Castilla-La Mancha está en crisis

Vaya novedad, pensarán algunos. No es una exclusiva, desde luego, pero ahora más que nunca conviene recordarlo porque abrimos, en un par de días, año electoral. Y es que para algunas y algunos la memoria es muy débil a la hora de ir a la urna, y son del PP o del PSOE como el que es del Madrid o del Barça pero no les gusta mucho el futbol.

Castilla-La Mancha es esa región donde, desde 2011, hay 7.000 profesoras y profesores menos, donde su presidenta desacata al Tribunal Supremo para readmitir a los trabajadores, donde los niños con cáncer tienen que viajar a Madrid o Valencia, cuando en Toledo tienen unas instalaciones punteras para su tratamiento, y donde las y los jóvenes tenemos que elegir entre la emigración de nuestra tierra, el paro, o los trabajos que sueñan con tener condiciones dignas y llegar a mileuristas.

En Castilla-La Mancha es donde se quiere construir un Almacén de Residuos Nucleares, y a la vez se quiere cerrar Elcogás, la planta térmica menos contaminante de Europa, y pionera en la captura del CO2. Es la región donde más del 50% del presupuesto de su universidad pública, construida y desarrollada con el dinero de todas y todos, se recibe de manos privadas cuyo objetivo es utilizarla para producir beneficios económicos para los “amiguetes” del PP.

Castilla-La Mancha es esa región donde se construyó el maravilloso aeropuerto sin aviones, donde se construyó la torre del vino que no va a ninguna parte y desde la que no se ve ningún viñedo, es la primera región de España donde quebró la caja de ahorros, la CCM, gestionada por PP y PSOE y cuyos desmanes ahora pagamos entre todas y todos, pero sin embargo miles de pacientes no han podido recibir su vacuna especial contra la gripe este 2014.

Esa región donde las ayudas en dependencia no llegan, o llegan muy tarde, donde la Junta sólo ayuda a una de cada 2000 familias que lo necesitan, donde el paro juvenil está por encima del 50% y donde las residencias públicas (de estudiantes y de mayores) o están cerradas, o privatizadas, o con unas tasas inasumibles para la mayoría de la sociedad.

Castilla-La Mancha ha sido y es el laboratorio de pruebas de la Troika, el FMI, el BCE, y sus lacayos del PP y del PSOE para ver hasta dónde están dispuestas a tragar las y los españoles. Y el test para comprobarlo será el próximo mes de mayo. Es el momento para que la sociedad abandonemos a estos parásitos del sistema, rompamos con la oligarquía que nos hace más pobres y más miserables cada día, y de una vez por todas, ganemos Castilla-la Mancha.