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Vaya por delante nuestro apoyo a la concentración contra la instalación del cementerio nuclear que se celebra esta tarde en Cuenca. Fue un 30 de diciembre de hace tres años, cuando conocimos la decisión del Consejo de Ministros de situar y construir el basurero nuclear o ATC en el municipio conquense de Villar de Cañas, una concesión clara de la Presidenta de Castilla-La Mancha y Secretaria General del PP a los intereses partidistas y del lobby nuclear (aquel que mantiene en nomina a Aznar y González entre otros). A cambio ella tiene el control de la suculenta inversión que teóricamente se llevaría a cabo.
El día 4 de julio de 2012 tuvo lugar en Villar de Cañas la presentación del proyecto del basurero nuclear. El acto contó con la participación del Ministro de Industria José Manuel Soria, la Presidenta Cospedal y los responsables de Enresa. Para Cospedal el proyecto destaca por la creación de empleo y la transformación de Villar de Cañas en un “foco de atracción para empresas” y según el Ministro Soria el proyecto convertirá al municipio en un pueblo “próspero” y dará esperanzas sobre todo a los “jóvenes”. “Es un proyecto cargado de futuro, de oportunidad, de esperanza y es un proyecto para el empleo de Villar de Cañas y de Cuenca durante los próximos años”. Sin embargo, cada día que pasa está más claro que esas declaraciones suponen una auténtica estafa a los ciudadanos, ya que intentan lavar la cara al proyecto. Si tanto empleo crea, tanta riqueza conlleva, tanto millones de euros se van a invertir en el futuro desarrollo industrial, si se trata de un proyecto cargado de oportunidades de futuro para los jóvenes, etc.etc. ¿Por qué nadie lo quería? Mienten de forma consciente y pretenden tomarnos el pelo. Mientras se niega inversión en renovables, miles de trabajadores y trabajadoras del sector se van al paro, cierran empresas, o incluso se recorta sistemáticamente en servicios públicos básicos, se habla de una inversión cercana a mil millones de euros en el basurero nuclear.
Este tipo de instalaciones solo sirven para crear pobreza en los núcleos donde se instalan y alrededores, no encontrando ningún aspecto positivo en su instalación. La insalubridad y peligrosidad de este tipo de basureros nucleares es tal que los Estados necesitan “premiar” con grandes cantidades de dinero a los municipios que acogen instalaciones así y similares. El ATC no traerá ningún beneficio económico ni a la provincia ni a la región; la balanza siempre será desfavorable.
Por si todo esto fuera poco, en los últimos meses estamos asistiendo a la confirmación, punto por punto, de las denuncias de los colectivos contrarios a la instalación. Así, se ha constatado como los terrenos no son los más adecuados para una instalación que precisa de la máxima seguridad. Los mismos responsables del CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) o las empresas encargadas de supervisar dicha construcción hablan ya a las claras de la no idoneidad del terreno y piden más y más datos sobre los mismos. Para afianzar la idea de que toda la instalación gira en torno a cuestiones políticas y que, como empezamos a ver, solo beneficiará a ciertas grandes empresas y allegados, también han aparecido informaciones sobre supuestas “malas prácticas” del presidente de Enresa (de absoluta confianza de Cospedal) tanto en el manejo de fondos como en contrataciones. A esto se añade la huida hacia delante que se pretende con las adjudicaciones de obras cuando hay más dudas que nunca de que finalmente se pueda construir ahí el ATC y, además, no se dispone de ninguno de los seis informes preceptivos para poder iniciar las obras, ni tampoco los permisos preceptivos.
El empecinamiento en la adjudicación solo beneficiará a determinadas empresas que, por medio de la relación contractual que se está produciendo se aseguran jugosas indemnizaciones del erario público se construya o no el ATC (similitudes con el caso Castor).
Desde IU-CLM seguiremos insistiendo en el rechazo a un proyecto que está en la cuerda floja y apoyando las acciones de la Plataforma Contra el Cementerio Nuclear de Cuenca para conseguir la paralización del proyecto, objetivo cada vez más cercano.