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Ante la creciente demanda de ferrocarril por parte de organizaciones de la 'España Vaciada', un periodista preguntó al alcalde de una ciudad de quince mil habitantes, de Castilla-La Mancha, si estaba preocupado por el devenir de la línea de tren convencional, Madrid-Cuenca-Valencia, con parada en su municipio y que llevaba tres meses sin servicio.
El alcalde dio una respuesta ambigua, que comenzaba con excusas políticas: “es un movimiento realizado por... la oposición”; seguía con banalidades demográficas: “Hay que poner en valor que todas las comunicaciones vienen bien... para que nuestra provincia no se despueble”; para acabar con advertencias económicas; “ el dinero público hay que hacerlo eficiente”, añadiendo: “ Lo importante es detectar qué medio de transporte es el más eficiente, el más efectivo y el menos costoso y que más servicio dé, para toda esta zona”.
Pues bien, sobre la eficacia, la eficiencia y la necesidad de recuperar el tren Madrid-Cuenca-Valencia, que atraviesa por zonas despobladas de Castilla-La Mancha, versa este artículo.
Conviene hacer notar, que el alcalde hablaba de eficacia y eficiencia de los servicios públicos, con criterios económicos, sin considerar que los servicios públicos no funcionan con la lógica del mercado. En las políticas de transportes públicos, se da la paradoja de que cuanto mejor funcionan (eficacia), pueden ser económicamente menos eficientes (más coste); a pesar de que el ferrocarril convencional, es el medio de transporte público más eficiente y sostenible; también el más rentable y económico, porque la infraestructura ya está hecha.
Una buena comunicación por ferrocarril es eficaz, cuando proporciona un servicio de transporte “socialmente eficiente”, porque responde a las necesidades básicas de las personas que viven en poblaciones aisladas. Por esto, si deseamos mejorar las condiciones de vida y blindar los derechos de las personas que viven en zonas despobladas, necesitamos que funcione bien el tren.
Es muy importante que el ferrocarril convencional funcione bien, porque permite que las personas puedan desplazarse para obtener otros servicios públicos a los que tienen derecho (salud, educación, cultura, seguridad social, servicios sociales) o disfrutar de ocio y, desde luego, favorece el turismo sostenible en las zonas despobladas.
Es fundamental recuperar la línea del ferrocarril convencional, Madrid-Cuenca-Valencia, para que las personas de las zonas despobladas, de Castilla-La Mancha, cuenten con un tren eficiente, en términos sociales, es decir, que tenga un precio asequible, sea seguro y cómodo, salga puntual, en las horas convenientes y en intervalos adecuados.
Sería un despilfarro de recursos, si los responsables del gobierno central deciden y los del gobierno autonómico admiten, no recuperar la red de ferrocarril convencional que, funcionando de manera adecuada, podría mejorar las condiciones de vida, favorecer la igualdad y garantizar el disfrute de los derechos, de las personas que viven en zonas despobladas.
Incurrirían en una incoherencia los gobernantes de Castilla-La Mancha, si al tiempo que hablan de reto demográfico, sostenibilidad y leyes pioneras para frenar la despoblación, contribuyen con su abandono al desmantelamiento del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia, en vez de emprender actuaciones para recuperar la línea, en interés de la población.
Cometerían un disparate los gobernantes de Castilla-La Mancha, si colaboran en que se desmantele la línea Madrid-Cuenca-Valencia, en este año Europeo del Ferrocarril, en el que la Unión Europea recomienda a los Estados reforzar el ferrocarril, destacando su papel en el desarrollo regional y local, el turismo sostenible, la educación y la cultura.
Por lo tanto, para una mejor protección de los derechos humanos y dar una respuesta consistente al reto demográfico de los territorios despoblados de Castilla-La Mancha, confiamos en que los gobiernos central y regional lleven a cabo la recuperación y mejora de la línea de ferrocarril convencional, Madrid-Cuenca-Valencia, aprovechando el Plan Europeo de Recuperación, por el impacto de la pandemia.
El gobierno regional denomina al Plan Europeo, Castilla-La Mancha Avanza. Uno de los Ejes del Plan, es conseguir la cohesión social y territorial, para que el mundo urbano y el rural tengan las mismas posibilidades. Dentro del Plan, la Agenda contra la despoblación de Castilla-La Mancha, contempla soluciones de transporte público en el mundo rural. En este marco, es donde la comunidad autónoma puede promover una inversión suficiente, para la recuperación del transporte menos contaminante: el ferrocarril convencional.
En el Año Europeo del Ferrocarril, 2021, los políticos de todos los colores, de Castilla-La Mancha, deberían impulsar la defensa del ferrocarril convencional, por ser un medio de transporte que fomenta la cohesión, eficiente, seguro y sostenible. Dignificar la línea de ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia, que atraviesa territorios de nuestra región despoblada, es de justicia porque garantiza los derechos de quienes residen en los pueblos y promueve que puedan disfrutar de mayores oportunidades vitales.
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