Navamorcuende, el pueblo toledano que rescata sus costumbres y oficios con un belén viviente en Navidad

En Navamorcuende, un pueblo de unos 700 habitantes de la Sierra de San Vicente, hay un evento que se recibe cada año con mucha ilusión y en el que “participa todo el mundo de una manera u otra”. Se trata del Belén Viviente que realizan cada Navidad y que cumple su decimoctava edición. Más de doscientas personas se caracterizan con todo lujo de detalles para escenificar un poblado hebreo, con casas y puestos artesanos con más de cuarenta oficios.

“Es el más significativo de la comarca. Se ubica en los aledaños de la Iglesia de Santa María de la Nava, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Hay muchos utensilios de carpintería, como una mesa que tiene más de un siglo, se instala el molino de harina, el de aceite, un arroyo con una noria o se recrean animales que lo ensalzan mucho”, describe a este medio Jesús Pastor, miembro de la Asociación Cultural Belenista de Navamorcuende.

Este belén, recuerda, nació de la mano de la Asociación de Mujeres de El Piélago a principios del siglo XXI y cada año ha ido adquiriendo mayor relevancia. Calculan que durante las tres representaciones que hacen en estas fiestas -los días 17 y 25 de diciembre y el 1 de enero, desde las 19.00 horas- pueden visitar el mismo unas “3.000 o 4.000 personas”. “Es de un interés impresionante en la zona”, remarca el alcalde de la localidad, Luis Mariano Valdés-Padrón.

En 2020 no pudieron celebrarlo con motivo de la pandemia y el año pasado solo pudieron realizar un pase por un brote de COVID, por lo que este año están entusiasmados con su celebración. Así lo destaca el representante de la asociación, que valora la implicación de todos los vecinos y vecinas, así como del colegio del pueblo o del propio Ayuntamiento en la organización del Belén Viviente.

“Hay muchos que llevan participando desde el primer año. Cada vez se renuevan las rocas, los utensilios o las luces. Este año tenemos como novedad animales en marquetería que ha realizado un joven, Juan Carlos, que los ha pintado muy bien”, apunta Pastor, que destaca también oficios como el de la castañera o las lavanderas que se sitúan en el arroyo.

En este sentido, apunta que cada participante tiene ya definido su personaje. “Un mes antes, con la asociación, revisamos todos los trajes y si hay que reponer utensilios o decoración”, explica, al tiempo que recuerda que todo el recorrido se ubica en el exterior de la imponente Iglesia, realizada por Pedro de Tolosa en el siglo XVI.

“Da vida al pueblo”

En este segundo pase programada para el domingo 25 van a contar además con el grupo infantil de Pastores Zambomberos de Casavieja (Ávila), que muestran también “sus tradiciones ancestrales” y deleitan con sus villancicos el pase del belén. “La gente se va sorprendida y encantada” con la visita, en la que también obsequian al final del recorrido con unas pastas o un vino.

Se trata de un evento que “da vida a estos pueblos”. “También para los bares o los restaurantes. No nos queda otra”, remarca al tiempo que indica como anécdota que unos visitantes quedaron tan encantados con el entorno natural en el que se ubica Navamorcuende que decidieron comprar una casa en el pueblo.

Aparte de esta representación, existen otros belenes de gran trascendencia en la localidad como el Belén Parroquial o un Belén Articulado creado por un vecino de Navamorcuende -Antonio, natural de las Islas Canarias- de forma solidaria y altruista. “Es precioso, se lo curra durante tres meses”, destaca Pastor sobre este otro ya tradicional belén de la localidad.