Recuperar el patrimonio natural contra la despoblación
Con complejas estructuras de piedra, curiosos balancines de madera o con una simple teja, las fuentes de la Serranía invitan a un refrescante recorrido que busca revitalizar los pueblos con proyectos que pretenden “hacer comarca” enlazando rutas a través de la recuperación de antiguos caminos que unen municipios como es el caso de Valdemeca, Huerta del Marquesado o Huélamo, en pleno parque de la Serranía de Cuenca.
Una zona salpicada de manantiales, surgencias y fuentes en su mayoría sin canalizar, y otras tantas en desuso por el abandono de la actividad agropecuaria, principalmente como consecuencia del trasvase de vecinos a otros territorios.
La despoblación que atenaza a esta comarca hace necesario que se aprovechen todos los recursos naturales para enriquecer aún más las muchas posibilidades que ofrece la Serranía a nivel turístico. Así lo considera Moisés Heras García, uno de los impulsores de la recuperación de fuentes en este territorio.
Una actividad que comenzó a principios del 2000, después de que el grupo naturalista Esparvel y la Diputación Provincial realizaran un inventario de fuentes, manantiales y surgencias; primero en la Serranía y después en toda la provincial. Un trabajo que dio paso a la recuperación de estos elementos naturales, muy ligados a la historia, costumbres y actividad económica de los pueblos.
Desde entonces, Moisés Heras junto a otros voluntarios no ha dejado de trabajar en la recuperación de manantiales, canalizándolos y convirtiendo las fuentes en arte, gracias a la imaginación y el buen hacer de este artesano que además regenta una casa rural en Valdemeca, desde donde organiza actividades voluntarias para la recuperación de estos y otros elementos del patrimonio natural que si no es por actuaciones de este tipo terminarían desapareciendo de la memoria colectiva.
“Hay grupos de gente que piden una actividad, vienen con ganas de hacer algo pero no saben qué. Yo preparo el material y la idea, y en un día o dos tenemos lista una fuente”. En algunos casos están a pie de manantial, en otros hay hacer largas canalizaciones para acercarlas a los caminos. Eso sí, siempre sin alterar el entorno y utilizando elementos naturales.
De todas las fuentes que ha recuperado Moisés, la más curiosa es la denominada ‘Fuente Sacea’, por el balanceo que crea el peso del agua que se acumula en uno de los vértices del tornajo, hecho además con un tronco hueco. La más compleja es la ‘Fuente Grande’, “hecha con piedra del Nacimiento del río Cuervo”.
Este vecino de Valdemeca destaca que gracias a esta labor altruista, tanto este municipio como su entorno ofrecen una gran riqueza de manantiales y fuentes recuperadas que pueden disfrutarse a través de los distintos itinerarios que conforman la Ruta de las Fuentes, que en el caso de Valdemeca comprende cerca de una treintena de las más de cien que tiene catalogadas.
Uno de los itinerarios más atractivos es el que discurre por el Valle del río Valdemeca, hacia el norte, con dos variantes, una cruzando el río por el puente del Berral y remontando el arroyo del Molino hasta la fuente que lleva su nombre – prolongando el paseo de vuelta por el pueblo– y otro tomando un desvío a hacia el arroyo de los Urdiales.
La ruta es una de las más completas que se puede disfrutar pero hay más por el entorno. El objetivo es poder hacer proyectos en común que amplíen la oferta y atraigan un mayor número de visitantes. En las rutas, el propio Moisés explica la historia que acompaña a cada una de las fuentes, su uso, la vegetación asociada, la razón del nombre y las curiosidades que ha dejado la cultura popular.
“Lo que no podemos hacer es quedarnos de brazos cruzados”, apostilla Heras, quien destaca que algunos ayuntamientos están implicados para poder dar un mayor impulso a las actividades turísticas mediante el desarrollo de proyectos sostenibles que, además de aumentar la oferta de La Serranía, mejoran el medio natural. Y es que con las fuentes y manantiales también se recupera la biodiversidad asociada a estos y que, en muchos casos, había desaparecido tras el abandono de años.
Ocurre lo mismo con los caminos, vías históricas de comunicación entre pueblos que han caído en el olvido al no haberse adaptado al tráfico rodado, prácticamente han desaparecido en muchos casos. Es lo que ha ocurrido con el camino que une Valdemeca con Huélamo, uno de los proyectos en los que colabora Moisés Heras con el pueblo vecino.
“El alcalde colabora con nosotros y esta es una de las actuaciones que tenemos en marcha. Esta zona es muy rica y hay que aprovechar todos los recursos naturales. Tenemos tan pocas oportunidades en los pueblos que el turismo es de lo poco que nos queda por aquí si no queremos echar el cierre, pero de forma individual se consigue poco, la idea es hacer comarca”, enfatiza Heras.
Una idea con la que coincide el regidor de Huélamo, Leopoldo Martínez, quien señala que aunque “no tenemos recursos, la idea es desarrollar un acuerdo de colaboración con los voluntarios de Valdemeca para seguir recuperando los caminos y arreglar las fuentes a su paso”. No es fácil por lo quebradizo del terreno pero la intención, dice, es que con el tiempo “se pueda hacer una ruta de fuentes conjunta entre los dos pueblos en lugar de hacerlas de forma individual.
Martínez destaca la labor que en este sentido realiza la Asociación de Senderismo. Cada año hacen una jornada con un recorrido entre Huélamo y Valdemeca (este año será a la inversa) en la que se realizan tareas de recuperación para finalizar con una comida entre los participantes. “Viene gente de Tragacete, de Valdemeca, de Huélamo y otros puntos. Algunas veces nos hemos juntado más de 100 personas”, apostilla el primer edil.
Ubicado entre la Sierra de Tragacete, La Sierra de la Madera y la Sierra de Valdemeca, Huélamo es un claro ejemplo de la riqueza de fuentes y manantiales que tiene la Serranía conquense. “Forman parte de nuestra cultura y tenemos la obligación de preservarlas”, dice el alcalde.
Esta población además conecta con la Sierra de Albarracín, que junto a la conquense es el nudo hidrográfico más grande de España, donde nacen el Tajo, el Júcar, el Turia, el Cabriel, el Guadiela o el Cuervo y otros tantos más pequeños. En Huélamo, con la aportación de arroyos como El Herrero y El Almagrero “es donde dicen que el Júcar se hace río”, añade el alcalde, que a su vez apunta que “los manantiales y las fuentes no se secan nunca, sólo en casos muy extremos hemos visto alguna seca, y tenemos más de 200 fuentes. Hemos recuperado muchas dentro y fuera del pueblo, gracias al trabajo de voluntarios y también de los jubilados pero aún nos queda mucho que hacer en este terreno”, concluye Leopoldo Martínez.
Ubicado entre la Sierra de Tragacete, La Sierra de la Madera y la Sierra de Valdemeca, Huélamo es un claro ejemplo de la riqueza de fuentes y manantiales que tiene la Serranía conquense. “Forman parte de nuestra cultura y tenemos la obligación de preservarlas”, dice el alcalde.
Esta población además conecta con la Sierra de Albarracín, que junto a la conquense es el nudo hidrográfico más grande de España, donde nacen el Tajo, el Júcar, el Turia, el Cabriel, el Guadiela o el Cuervo y otros tantos más pequeños. En Huélamo, con la aportación de arroyos como El Herrero y El Almagrero “es donde dicen que el Júcar se hace río”, añade el alcalde, que a su vez apunta que “los manantiales y las fuentes no se secan nunca, sólo en casos muy extremos hemos visto alguna seca, y tenemos más de 200 fuentes. Hemos recuperado muchas dentro y fuera del pueblo, gracias al trabajo de voluntarios y también de los jubilados pero aún nos queda mucho que hacer en este terreno”, concluye Leopoldo Martínez.