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Un cine nace y otro muere: cuando la cultura en la España rural es efímera

Proyección en Malagón

Francisca Bravo Miranda

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El cine puede ser “magia”. Una magia que nace de ofrecer un punto de encuentro y una alternativa de ocio cultural diferente, sobre todo en las localidades más pequeñas. Y trabajar con este recurso mágico es lo que ha estimulado a la asociación 'El escargot del séptimo arte' en Malagón, un pueblo de poco más de 8.000 habitantes en Ciudad Real. Gracias al impulso de esta organización ciudadana, desde principios de noviembre de 2023 se proyectan películas con frecuencia semanal en el histórico Teatro-Cine Edu, construido durante la posguerra en la década de 1940.

“El cine en Malagón ha sido una actividad cultural histórica. Las personas mayores se acuerdan de esto, era algo asociado a las noches de verano y a las reuniones”, explica Constantin y Marta, de la asociación 'El escargot'. Pero durante los últimos 10 años, no ha habido proyecciones regulares y la población no ha podido disfrutar de esta alternativa de ocio, a menos que fuese de manera esporádica. “Nosotros siempre hemos escuchado la frase de 'qué pena que no volvamos a tener cine'. Nos decían que con quince pesetas podían acudir a una doble sesión”, recuerda Marta.

Rescatar este arraigo cultural y la tradición de cine con la que contaba el pueblo fue el objetivo de la asociación, que resalta que solo cuenta con el apoyo del Ayuntamiento para la cesión del Teatro-Cine Edu. Las proyecciones que se han podido hacer hasta ahora se han llevado a cabo enteramente gracias al 'donativo' de la entrada, que actualmente es de 2,5 euros. “Queremos que las nuevas generaciones también sean capaces de decir: 'Cuándo éramos jóvenes, íbamos al cine en el pueblo'”, explican.

No pueden proyectar estrenos, por razones obvias de presupuesto. “No se trata de eso, sino de conseguir tener una actividad cultural que una a la población. Y también reivindicar el cine asociativo, que no hay mucho en España”, explica Constantin, de nacionalidad francesa.

“Lo que más nos dicen a la salida del cine es, pues mira qué bien que hemos podido salir de casa”, resalta Marta. “Eso es lo que queremos, animar la vida social de nuestro pueblo”, resalta. En los dos meses que se lleva prestando el servicio en Malagón, se han hecho nueve proyecciones y han acudido unas 1.500 personas. Para este domingo, día 14 de enero, tienen planificado proyectar 'Gladiador', en un homenaje a una proyección que se celebró hace 24 años en la localidad ciudadrealeña para inaugurar otro servicio de cine. Uno de muchos que ha habido.

Pero la realidad es que poder ofrecer este servicio no es sencillo en el medio rural,y depende mucho del apoyo de las instituciones públicas, a diferencia de las ciudades más grandes donde son las iniciativas privadas las que mantienen esta alternativa cultural. Existen modelos de colaboración con empresas como Proyecfilm o Exhicine, que han logrado mantener servicio en lugares como Mota del Cuervo o Daimiel.

“Hasta que el concejal de Cultura de turno quiera”, lamenta el gerente de Proyecfilm, Joaquín Fuentes. La empresa ofrecía el servicio de cine en Mota del Cuervo hasta que, tras el cambio de equipo de gobierno, se decidió finiquitar el acuerdo.

“El pueblo se queda sin cine, porque al ayuntamiento no le ha interesado seguir y punto”, explica Fuentes, que dirige proyectos de cine en varias localidades por toda España. En la pequeña localidad conquense, de poco más de 6.000 habitantes, el cine volvió en octubre de 2019 y el ayuntamiento comunicó en noviembre de este año que no se renovaba el acuerdo con la empresa. La nueva corporación, liderada por Irene Cabrera (PP), explicaba en un escueto comunicado que la asistencia era “limitada” en “muchas de las sesiones” y que los costes de “personal, limpieza y climatización” habían obligado a acabar con el contrato.

“Mota del Cuervo es un pueblo con mucha actividad cultural, asociacionismo y tradiciones que hacen que gran parte de los fines de semana del año el auditorio se encuentre ocupado. Estos y no otros han sido los motivos por los que se ha tomado dicha decisión. Queremos buscar otros eventos y actividades que acerquen a nuestra población a todo tipo de formas de cultura, haciendo del auditorio un espacio en que todo tenga cabida”, explicaba el ayuntamiento.

Cabrera señalaba que “no es fácil suspender un servicio público” pero que “existen obligaciones económicas que acometer para garantizar el suministro de los servicios públicos esenciales para la ciudadanía”. Se comprometían igualmente a buscar “alternativas” para proyectar películas.

Un cine en un pueblo “da la vida”

“Está claro que un cine en un pueblo da la vida y el coste para el Ayuntamiento era prácticamente cero. La calefacción, por ejemplo, había que encenderla igualmente para otras actividades. En resumen, lo que pasa es que no les interesó seguir”, señala Fuentes, que explica que se llegó a tener “miles” de asistentes al mes en los varios pases que se ofrecía en la localidad conquense. El actor Carlos Iglesias acudió a la inauguración del servicio, que debutó con la proyección de 'Abuelos'. Más de 300 personas acudieron ese día al cine moteño, que ofrecía proyecciones por hasta 5 euros el pase. “Claro que fue una inversión costosa para Proyecfilm, teníamos una pantalla de 14 metros que no tenía nada que envidiar a los cines convencionales”, subraya Fuentes.

Jacobo Medianero era alcalde cuando se impulsó el servicio. “A nadie le importa lo que le parezca a la antigua corporación la decisión de acabar con el servicio. Lo que importa es lo que piensa la población, que se ha quedado sin una alternativa de ocio”, resalta el antiguo edil, de Unidas Podemos. Recuerda que en Mota tampoco ha habido un servicio regular de cine. “Hubo uno privado en los años 90', que volvió a abrir hasta el 2005 y desde entonces, nada”.

Por eso, señala, el objetivo era ofrecer una oferta cultural “estable” en el pueblo. “Los primeros meses fue realmente espectacular. Llegamos a vender una barbaridad, ocho mil entradas. Incluso en los peores momentos, vimos cómo se proyectaba para unas 2.000 personas. La acogida siempre fue buena”, explica Medianero. Ahora, quien quiera ir al cine en Mota del Cuervo, deberá trasladarse a Alcázar de San Juan, “donde la entrada cuesta bastante más que cinco euros”, o a Las Pedroñeras. “No se entiende que se elimine este servicio sin dar ninguna alternativa”, remata el antiguo alcalde.

El cine que viene y va

Efectivamente, en Las Pedroñeras, localidad conquense a unos 15 minutos de distancia de Mota del Cuervo, también hay cine, impulsado por un gobierno municipal del PP en convenio con la empresa Exhicine. Se hacen proyecciones desde hace menos de un año. “El cine en los pueblos es que viene y va”, explica el alcalde José Manuel Tortosa. “Es nuestra labor desde los ayuntamientos mantener los servicios para la gente. Pero cuando veamos que deja de haber interés y no se recauda lo suficiente, habrá que decidir qué hacer con él”, explica el edil.

En Las Pedroñeras, recuerda Tortosa, siempre ha habido cine. “Incluso el Rex, que también había en Gran Vía”, recuerda. Pero luego cerró. Y después vino un cineclub. Ahora, lo que se ha hecho es acudir a la fórmula de convenio con una empresa privada, que proyecta cine de estreno. “Funciona bastante bien y nuestro auditorio reúne las condiciones y la tecnología suficiente. El convenio no es costoso para el ayuntamiento y solo nos queda esperar que la gente siga respondiendo”, reflexiona el alcalde. “Por el ayuntamiento no va a ser”, zanja.

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