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Pedro Ruiz, el hombre que abrió el camino sindical en Castilla-La Mancha desde la resistencia antifranquista

Pedro Ruiz

Francisca Bravo Miranda

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“Histórico dirigente sindical”, “luchador antifranquista”, un “resistente”, “comprometido” con la libertad y la democracia. Son solo algunos de los atributos con los que se recuerda la figura de Pedro Ruiz, el primer secretario general de lo que hoy es Comisiones Obreras Castilla-La Mancha y que, cuando se fundó en 1977, se llamaba Unión Regional de CCOO de Castilla La Nueva. Ruiz falleció en febrero de este año, y el sindicato ha decidido rendirle homenaje en uno de sus 'frentes': Puertollano. La fecha no es ninguna casualidad, puesto que fue en este mismo día cuando se constituyó la primera Unión Local de CCOO en la localidad ciudadrealeña.

Fue precisamente la huelga de 1962 en Puertollano uno de los momentos en los que Pedro Ruiz “empezó a dar la batalla”. Mientras las jornadas de protesta de Asturias de esos años son ampliamente conocidas en España, las de la ciudad minera en Ciudad Real han pasado bastante más desapercibidas en los anales de la historia de España. Sin embargo, se movilizaron miles de personas poniendo en jaque a las grandes empresas del lugar, 'la Calvo Sotelo', de combustibles líquidos, y 'la Peñarroya', de minería.

“Durante el franquismo hubo tres actitudes: pasividad, resistencia y colaboración. Pedro Ruiz era la segunda. Era un resistente. Un resistente de la época más dura que ha atravesado nuestro país”, explica el sindicalista Jesús Camacho, histórico también en CCOO Castilla-La Mancha. Él ha contado muchas veces la historia de Ruiz y recuerda los orígenes en la huelga de los '30 duros' de 1962. “Entonces se fraguó un gran movimiento serio de reivindicación obrera”.

Y a partir de este movimiento nació el primer germen de las Comisiones Obreras. “Tras la huelga empezaron a coordinarse como movimiento, fraguándose en las zonas con más concentración obrera”, recuerda. En 1966, el franquismo convoca elecciones sindicales y la figura de Pedro Ruiz destaca, concretamente, en el sindicato del combustible, donde lideró el papel “combativo” de los representantes sindicales en las empresas.

“Muchos de los que se presentaron a las elecciones eran militantes de partidos obreros con inquietudes sociales, reivindicativas y que al ganar las elecciones empezaron a reclamar mejoras del convenio colectivo y de la organización interna del Sindicato Vertical”, explica Camacho. Pedro Ruiz luego fue expulsado de la Presidencia del sindicato precisamente por su carácter reivindicativo y por “no estar en las líneas del régimen que determinaba” el Sindicato Vertical.

“Explosión reivindicativa”

El protagonismo de Ruiz y tantos otros sindicalistas provocó una “explosión reivindicativa” en Puertollano, principalmente en torno a su persona, pero también de otras como Tomás Camacho o Hilario Martín. En los años posteriores a la huelga de 1962, hubo una “represión importante” en la zona por parte de la brigada político social, recuerda Camacho. Pedro Ruiz fue perseguido, y sometido a periodos de declaraciones y detenciones. Decenas de personas pasaron por la cárcel y estuvieron sometidos al Tribunal de Orden Público, recalca el sindicalista.

Inevitablemente, Pedro Ruiz fue detenido, tras una reunión clandestina celebrada en Madrid con Marcelino Camacho. Fue entonces cuando decide huir junto a otras personas al exilio en Francia. “Se exilian para evitar que los detengan y los encarcelen”, explica Camacho Segura.

Entre estas personas, estaban “el Huete” y Andrés Cejudo. Todos volvieron de forma clandestina a España, y junto a Julián Ariza, otro histórico dirigente, y Nicolás Sartorius, trabajaron intensamente en la reconstrucción de las Comisiones Obreras de Castilla La Nueva y Extremadura.

Fue él quien logró el hito de la primera Comisión Obrera en Castilla-La Mancha

De este modo, se convertiría en uno de los responsables de mantener el movimiento sindical en lo que hoy es Castilla-La Mancha, con la reconexión de contactos y la reagrupación de personas. Se volvió a consolidar así de forma “más seria” el movimiento sociopolítico de las Comisiones antes de dar el salto para constituirse como un sindicato. Fue el 28 de noviembre de 1976 cuando se constituye por primera vez la primera Comisión Obrera formal en Puertollano, explica Camacho. “Fue él quien logra el hito”.

Pero Ruiz no se detuvo ahí. Siguió trabajando y agrupando a personas. “Eligió Puertollano porque era de las zonas más conocidas, o dónde veía que había más posibilidades de asentar el grupo”, explica Camacho.

El 9 de enero de 1977 en el histórico despacho de abogados laboralistas de Atocha, se aprobó, con cincuenta votos a favor y una abstención, la constitución de la Unión Sindical de Comisiones Obreras de Castilla La Nueva. Pedro Ruiz García fue elegido como secretario general de una Ejecutiva compuesta por otras once personas, entre ellas una sola mujer, Mari Carmen Ruano. Pero todavía debería esperarse hasta abril de 1977 para ser considerado un sindicato legal. Quince días después tendría lugar la trágica matanza de los abogados laboralistas en el mismo despacho.

“Referente” sindical

“Pedro ha sido para nosotros un referente sindical. Para el grupo de personas que éramos jóvenes, veinteañeros, lo veíamos como un hombre paciente, un hombre reflexivo, un buen orador. Nos decía que nosotros éramos los líderes de la organización. Él era nuestra formación sindical y política”, recuerda Camacho Segura. Sobre todo, reflexiona, Ruiz era capaz de generar la confianza “para empujar el cambio, para generar el cambio que queríamos”. “Lo que queríamos, un sindicato con coraje, con gente dispuesta al avance y a la lucha”, concreta.

El proceso iniciado en Puertollano señala, se basaba en la idea de conseguir un sindicato “libre, con democracia y con elecciones”. Pero Puertollano no era el único lugar en el que había una base para permitir el proceso: también existía en Albacete, Toledo, Guadalajara o Ciudad Real. Más tarde vino en Cuenca.

El historiador y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Isidro Sánchez, resalta que gracias a la figura de Pedro Ruiz también se ha podido rescatar parte de la historia del sindicalismo en la región y en el país. “Nos descubrió [en un curso de verano de la Facultad de Letras] que Puertollano fue un bastión contra el franquismo. Hubo tres en la región, junto a Villa de Don Fadrique y Villamalea. Y así descubrimos una movilización desconocida que finalmente nos permitió escribir el libro sobre Comisiones Obreras, coordinador por David Ruiz”, recuerda. “Es un personaje muy importante para el movimiento obrero de Castilla-La Mancha”, concluye.

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