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El pueblo que tendrá cajero por primera vez y otras historias de la lucha rural contra la brecha financiera

Todo listo para el cajero en Fuensanta, al lado de la Asociación de Cazadores

Francisca Bravo Miranda

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Maranchón, en Guadalajara. 300 personas viven en esta localidad y más del doble en verano. Servicios: panadería, bar, gasolinera, supermercado y centro de salud. Pero desde hace unos meses, ni banco ni cajero. “Teníamos uno de Ibercaja y lo quitaron porque estaba muy viejo y nos dijeron que no iban a costear uno nuevo”, explica el alcalde, José Luis Sastre. Hasta ahora. O por lo menos, en un futuro no muy lejano, porque ya está todo listo para instalar un cajero nuevo: el edificio, la instalación eléctrica, la fibra óptica necesaria para su funcionamiento.

“Sólo falta que lo traigan y lo instalen”, explica Sastre. Maranchón es una de las diez localidades que se ha acogido al convenio firmado en diciembre del año pasado para instalar cajeros automáticos en aquellos lugares en el que no hay acceso a servicios financieros. Como este pequeño pueblo del norte de Guadalajara, tan al norte que casi colinda con Castilla y León, hay varios en Castilla-La Mancha y por eso se puso en marcha el acuerdo entre la Junta de Comunidades y RECAMDER, la Red Castellanomanchega de Desarrollo Rural.

Maranchón explica que desde que quitaron el cajero, los vecinos le preguntaban que qué pasaba con el servicio. “Me decían que así no se podía, que mucha gente no tiene medios para ir a los pueblos con cajero, que para sacar dinero hay que recorrer ochenta kilómetros, y esto con el coste de la gasolina”, explica. Ochenta kilómetros, porque son cuarenta los que separan la localidad de Sigüenza o Molina de Aragón, los pueblos más cercanos con este servicio. “En verano, por lo menos vienen los nietos y las personas mayores pueden solventarlo mejor”, reflexiona el edil. 

La previsión era la instalación de cien cajeros con un presupuesto de 3,5 millones de euros. Sólo lo han pedido hasta ahora diez localidades. La idea es que sirva de empuje para que otros pueblos también lo pidan y cuenten así con este servicio, cajeros que no sólo sirven para sacar dinero sino también para pagar recibos y hacer otros trámites. No es el único programa puesto en marcha en este sentido en la región: la Diputación de Guadalajara se adelantó y ha instalado ya más de 30 cajeros automáticos en la provincia, dentro del Programa Provincial de Cajeros Automáticos 2022-2026.

Es algo fundamental tener un cajero en tu pueblo

José Manuel Núñez Alcalde de Fuensanta (Albacete)

El primer cajero de Fuensanta, en Albacete

Ahora bien, por mucha voluntad política que haya con la firma de acuerdos y convenios, la realidad es que los procesos son largos. La Diputación de Guadalajara, por ejemplo, anunció a finales de 2020 que se pondría en marcha este plan y la licitación para instalar los cajeros se pudo concretar este año. Es lo mismo que ocurre con el convenio entre la Junta y RECAMDER, avisan desde la consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, que no son actuaciones que se puedan emprender en pocos meses. De hecho, el primer cajero se instaló seis meses después de que se firmase el convenio. A todos los plazos, además, ha habido que sumarle la situación sanitaria de la COVID-19.

El estudio preliminar de la Junta de Comunidades señalaba que había 449 localidades sin cajero. Fuensanta es una de ellas. De hecho, explica su alcalde, José Manuel Núñez, nunca han tenido cajero porque La Roda está a sólo ocho kilómetros y ha servido siempre como el centro administrativo. “Y la gente siempre ha ido a La Roda a hacer sus comprar, sus trámites, sus papeles administrativos. Pero la población ya es muy mayor. No tenemos transporte público directo con La Roda, aunque sea nuestra centro administrativo”, reflexiona el alcalde.

Comisión de 1,25 euros por operación

“Nunca hubo cajero, sí una oficina del Santander y antes venía Caja Castilla-La Mancha para los jubilados, pero entidad bancaria propia realmente nunca hemos tenido porque La Roda está muy cerca”, explica Núñez. Por eso, el Ayuntamiento decidió pedir las ayuda y ya tiene listo el edificio donde se ubicará próximamente el cajero. Dentro de lo posible, antes de Navidad. El acuerdo alcanzado por la Red Castellanomanchega de Desarrollo Rural fue con Prosegur, encargado de la gestión y el mantenimiento de los cajeros, por lo que cada operación que se realice tendrá un coste de 1,25 euros.

“¿Es caro? Bueno, depende de cómo lo mires el coste. Es bastante más caro hacer el viaje a La Roda, eso sin contar el tiempo que necesitas simplemente para ir ahí al cajero”, reflexiona el edil. En Fuensanta hay 310 personas empadronadas, la mayoría de ellas muy mayores que necesitan este servicio porque realmente ya no pueden desplazarse a otros lugares. “Están todos realmente contentos, porque es todo lo que sea tener un servicio en tu pueblo es algo positivo, además de que todo está muy caro. Al final es algo fundamental tener un cajero en tu pueblo”, señala. El Ayuntamiento también ofrece ayuda para los trámites que se tengan que hacer por internet.

Pero Núñez va más allá, y reflexiona de por qué él como alcalde al final tiene que tomar decisiones para que se garanticen servicios que se entregan desde entidades privadas. “Esto ocurre porque han quitado toda la mano de obra y de mantenimiento de las oficinas. Lo comparo con el servicio de gasolineras. Admitimos que nadie saliese a echarnos el combustible y asumimos que eso conllevaba una pérdida de trabajo. Pero también tenemos que adaptarnos a las nuevas mentalidades, porque al final todos estos pueblos pierden población y todo lo que se pueda hacer desde un ordenador habrá que hacerlo”, relata.

Los trámites para poder contar con el cajero empezaron hace casi un año, pero había que tener unas condiciones, como la puerta acorazada, que han ralentizado el proceso. “Pero la obra civil ya está acabada y espero que llegue lo antes posible y así poder seguir ofreciendo más servicios”, resalta.

“No son muchos kilómetros, pero es un trastorno”

También en Guadalajara está Corduente, un pueblo que ostenta el cajero número 22 dentro del Programa de Cajeros de la Diputación Provincial. Son 250 habitantes y lo más cercano que tienen para ir a sacar dinero también es Molina de Aragón, que está a unos 10 kilómetros. “Que no son muchos kilómetros, pero es un trastorno”, asegura el alcalde, Juan Carlos Muñez. Por eso no dudó en pedir las ayudas para acometer las obras, porque es una manera de “quitar kilómetros a los abueletes” no sólo del pueblo, sino de toda la zona. “Haces el apaño”, resalta.

Corduente tenía servicio de banco, pero sólo dos veces por semana y luego desapareció. “Estuvimos años sin que vinieran y obligas a la gente a hacer veinte kilómetros para ir a sacar dinero. Y eso, desde aquí, pero desde otras pedanías es mucho peor, como desde Torete que les pilla mucho más retirado”, recalca. Así que el cajero que se ha instalado no sólo es para sus 250 habitantes, sino hasta más de 300 si juntas a los de otras pedanías. “No es algo correcto que seamos nosotros los que tengamos que dar el paso adelante, debería haber salido de los bancos”, reflexiona.

“Esto no deja de ser un servicio básico. Y nosotros en los pueblos pagamos los mismos impuestos que en las ciudades y no tenemos ni la mitad de los servicios que en las ciudades. Y esto, en concreto, es algo que servirá para todos: los habitantes, los que vengan en verano y los que vengan simplemente de paso”, concluye.

Mesa contra la exclusión financiera en Albacete

La Diputación de Albacete ha puesto en marcha su propia mesa contra la exclusión financiera, una instancia gracias a la cual han llegado a la conclusión de que hay 13 municipios en la provincia que no tienen ni cajero ni oficina bancaria. El presidente de la institución, Santi Cabañero, enviaba este mensaje a las entidades financieras: “Nosotros entendemos perfectamente que, al final, un banco es una empresa que ha de mirar a su cuenta de resultados, pero no pueden olvidar que también tienen una responsabilidad social, que también cuando hablamos de despoblación y de que hay que ayudar a los pequeños municipios, aquí todos tenemos una tarea que desempeñar”.

De este modo, ha insistido: “No se puede perder de vista que unas cosas llevan a otras y, si de verdad creemos en el Reto Demográfico, si somos conscientes de que la despoblación es un problema y la superpoblación también, y de que necesitamos que la gente siga viviendo en nuestros pueblos, creo que las entidades financieras tienen que poner su granito de arena porque, si no, no serán creíbles cuando digan que desde las políticas públicas hay que ayudarles cuando vengan mal dadas”.

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