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VIDEO | El repaso de Pablo Fernández (Podemos) al presidente (PP) y vicepresidente (Cs) de Castilla y León, “los Epi y Blas de la meseta”

Vox entra en Cortes de Castilla y León para decir "lo que nadie más diría"

Laura Cornejo

“Yo duermo muy bien porque tengo a un vicepresidente, que es Francisco Igea, que cree en España y en los españoles, que cree en la democracia”, ha asegurado el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, cuando el portavoz del Grupo Mixto, Pablo Fernández (Podemos) ha inquirido sobre el anuncio que hizo Igea la semana pasada de revisar todos los pactos en busca de una “gran coalición” que anulase el acuerdo entre PSOE-UP para el Gobierno de España. Hasta este momento, Fernández Mañueco había rehusado pronunciarse sobre unas declaraciones que levantaron ampollas no sólo en el PP, también en la descabezada cúpula de Ciudadanos.

“Lo que no sé”, se preguntó el presidente, “es cómo dormirán en su partido tras pactar con el PSOE que ha sufrido el mayor caso de corrupción de toda Europa”, dijo en referencia a la sentencia de los ERE de Andalucía conocida este martes.

Pablo Fernández, en su habitual tono literario y bronco, había preguntado a Fernández Mañueco su opinión sobre el “ofrecimiento” de Castilla y León, “de 700 cabezas de ganado, 20 fanegas de centeno o, visto lo visto, vaya usted a saber, de 100 doncellas, que hasta ahí podrían llegar las retrógradas ideas del señor Igea”. Fernández dijo de este último que había llegado al paroxismo en su “carrera enloquecida por intercambiar sillones”. Ha advertido al presidente de que si sigue dando cancha a Igea “podría llegar a convertir Castilla y León en un remedo de El cuento de la criada”.

También ha definido el acuerdo entre PP y Ciudadanos para gobernar la Comunidad, “más que un matrimonio sin sexo ni amor”, como lo definió Francisco Igea en un Pleno anterior, “es una imposición” comparable a las de los “señores feudales”. “Todo con tal de mantener el poder del Partido Popular, cualquier cosa para que no se levanten alfombras después de 32 años, alfombras que destilan un insoportable hedor a corrupción”. Esa es la razón por la que, según Pablo Fernández, “traga el sapo de Igea” aunque este proponga “vender” Castilla y León. Lo único que les importa es “el poder” para poder “seguir perpetrando trapacerías como el nombramiento a dedo de Cosidó -cargo de confianza en la Junta- o Maroto” -designado senador autonómico por Segovia tras no sacar escaño en Álava-.

Fernández ha definido el tándem Mañueco-Igea como los “Epi y Blas de la Meseta” o los pícaros “Rinconete y Cortadillo del siglo XXI”. 

Fernández, que nunca desaprovecha la ocasión de criticar la oratoria de Fernández Mañueco, del que ha dicho que “no es un orfebre de la palabra”, ha retado al presidente a que le conteste a una batería de preguntas sobre sanidad, despoblación, educación, o privatización de servicios sociales evitando términos “manidos” como “bolcheviques, peligrosos rojos, Andalucía, Venezuela o apocalipsis” y a que “no eche espumarajos por la boca cuando hable del futuro gobierno de España”.

. El efecto ha sido justo el contrario al buscado: Fernández Mañueco no ha dicho una palabra más sobre Castilla y León y la situación del pacto PP-Ciudadanos en la Comunidad, sino que ha empezado a citar frases de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias antes del preacuerdo con Unidas Podemos, ante el enfado y las protestas de Fernández, a quien el presidente de las Cortes ha llamado al orden.

Alfonso Fernández Mañueco ha augurado que Pablo Iglesias, futuro vicepresidente, dormirá “a pierna suelta”  cuando se forme gobierno “con Otegi o con Rufián”. El presidente no ha pronunciado la palabra “apocalipsis” pero la ha anunciado. Según él, el nuevo gobierno entre PSOE y Unidas Podemos traerá una subida de impuestos, una crisis económica y una Castilla y León que “pagará los platos rotos”.

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