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Un debate incómodo para el PP, neutro para Podemos y triunfalista para PSOE y Ciudadanos

Debate a 4 en Castilla y León entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos.

Laura Cornejo

El primer debate entre candidatos a la presidencia de Castilla y León en 24 años, arrancó con cierto acartonamiento de sus participantes pero evolucionó rápidamente, aunque no igual para todos. Pasada la primera media hora, el candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, no consiguió sacudirse el aire de mitin mientras el resto, Francisco Igea (Ciudadanos), Luis Tudanca (PSOE) y Pablo Fernández (Podemos-Equo) se iban soltando.

Pablo Fernández no varió demasiado ni el discurso ni la actitud que suele tener en el hemiciclo: serio, casi enfadado y con léxico literario. Su intervención arrancó con cierto aire de victoria haciendo alusión al final del “largo y crudo invierno” de Castilla y León y ofreciendo lo que tiene que ofrecer todo político que quiere captar votos: empleo, educación, servicios sociales, infraestructuras y lucha contra la corrupción. Desgranó parte de su programa sin demasiadas ganas y sin grandes anuncios, apenas dos: una ordenación territorial por cabeceras comarcales y convertir a Castilla y León en el centro de la transición energética. Fernández sólo se creció un poco cuando se abordó el bloque de la regeneración democrática, un eufemismo para corrupción.

El candidato del Partido Popular, Alfonso Fernández Mañueco, optó por advertir de la “incertidumbre” que, según él, traería el PSOE. Es decir, arrancó abriendo fuego contra el partido que más votos captó en las generales y que repetiría buenos resultados en las autonómicas. El resto del tiempo, Fernández Mañueco pivotó entre ignorar las acometidas de sus adversarios o responder con algo que desviase la atención. No estuvo cómodo en ningún momento.

Por su parte, el candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, arrancó con inseguridad, comiéndose los tiempos marcados y quedándose a mitad de sus exposiciones, pero sí supo lanzar un primer mensaje que, sin aludir explícitamente a ningún partido sí lo hacía implícitamente: pedía elegir entre “el bipartidismo y su red clientelar” (PP y PSOE), entre “el sectarismo y los que levantan la bandera del bien y del mal” y la “opción de Ciudadanos”.

El candidato socialista, Luis Tudanca, quiso empezar marcando el terreno: agradeció el apoyo recibido en las elecciones generales que hizo ganador al PSOE en Castilla y León “después de 32 años” y anunció que es la hora de un “tiempo nuevo” en el que su partido acabará con la corrupción y garantizará un empleo digno, por lo que pidió el voto para un partido “decente y feminista”.

Mañueco anuncia una medida que no lleva en el programa

Uno de los primeros bloques que se abordaron fue el de la despoblación. Con una Comunidad que, tal y como recordó Tudanca, ha perdido 150.000 habitantes en los últimos 8 años, era imposible esquivar el tema. Pero no todos lo llevaban bien preparado. Tanto PP como PSOE coincidieron en que había que ofrecer beneficios fiscales para los habitantes del mundo rural, pero Tudanca fue más allá y para demostrar lo que le preocupa el asunto, habló de la vicepresidencia que crearía para afrontar el reto demográfico. Para no ser menos, Fernández Mañueco se lanzó y anunció que él crearía una Consejería del Medio Rural. Fue un patinazo que aprovechó el candidato del PSOE: en el programa de Fernández Mañueco no está recogida esa iniciativa. Tudanca le preguntó en qué parte de su programa iba exactamente. Fernández Mañueco no contestó. Tras una pausa breve, Tudanca volvió a la carga y Fernández Mañueco contestó, pero a otra cosa.

Aunque no llevó nada enmarcado como el líder de su partido, Francisco Igea sí tiró de algún que otro apoyo visual, como un mapa realizado por geógrafos en el que aparecían marcados por puntos negros, los municipios en riesgo de despoblación. Lo que se veía era una galaxia de agujeros negros, pero no pudo llegar más allá porque se acabó su tiempo, aunque sí alcanzó a musitar: “significa desigualdad”.

El PP, el partido del todo

A pesar de que las cifras son las que son y de que Castilla y León se vacía, Fernández Mañueco aseguró que el PP era “el partido del mundo rural” y reprochó a Tudanca que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero no hubiese cumplido el plan del mundo rural. La respuesta de Tudanca era obvia: “¿a qué ha estado esperando el PP?”, preguntó al tiempo que recordaba que habían llegado a negar la despoblación mientras prometían lo mismo durante “20 campañas electorales”.

Aunque Igea parecía algo perdido, acabó por recuperarse y volvió a tirar de imagen. Esta vez era un titular de prensa de la exministra de Agricultura, Isabel García Tejerina. “Sin el PP no existiría la PAC”, decía. “Ustedes no inventaron la PAC, es una iniciativa europea, ustedes no inventaron la agricultura, ni siquiera inventaron la rueda”, afirmó burlonamente. Fernández Mañueco no lo contradijo, simplemente siguió anunciando o repitiendo medidas.

Igea volvió a arremeter contra Fernández Mañueco en el bloque de empleo. “Si en Castilla y León hay 2 puntos menos de paro, como usted ha dicho, es porque hay 5 puntos menos de tasa de actividad”, recordó en tono didáctico para a continuación criticar duramente unos planes de empleo que reparten dinero entre los sindicatos pero no entre los trabajadores.

Un punto de coincidencia entre PSOE y Podemos fue su apuesta por planes que erradiquen la brecha salarial que sufren las mujeres y que acaben con el paro juvenil. Mientras, Fernández Mañueco, que cinco minutos antes había dicho que el PP era “el partido del mundo rural”, se descolgó con el que el PP “es el partido del empleo”, o sea, que el PP era el partido de todo lo que se debatiese allí. Pablo Fernández le respondió que era más bien el de “repartir miseria”.

Igea habla del caso Enredadera y de una conversación pinchada al propietario de RTVCyL, que emite el debate

No había llegado aún el peor momento para el candidato del PP. Quedaba el bloque de la corrupción, que los candidatos convirtieron en el bloque de 'esto lo arreglo yo'. En previsión de la que se le avecinaba, Fernández Mañueco comenzó diciendo que sentía “bochorno” por los casos que “hayan violentado” la confianza en el partido. Y a continuación soltó un chorreo de medidas que el PP puso en marcha para que no hubiese corrupción. Lo que no explicó es qué salió mal exactamente, pero sí se refirió a la eliminación de “puertas giratorias”, a la creación de un código ético, o a la ley que protege al informante de los casos de corrupción -se le olvidó precisar que los funcionarios que denuncien en un caso que se cierre sin culpables serán sancionados-.

El culmen llegó cuando anunció que crearía una “comisión de expertos contra la corrupción” y Pablo Fernández casi se atraganta. “La única comisión de expertos que puede crear el PP es una comisión de la corrupción”, espetó. Fernández enumeró los casos Trama eólica, Perla negra, las sedes comerciales en el exterior -revelada por eldiario.es- y precisó que el PP puso a Castilla y León “en el epicentro de la corrupción”. No sólo eso, la convirtió “en Sicilia y León”, un lugar de donde los empresarios huyen “porque no pueden pagar las mordidas que les piden”.

Luis Tudanca, afirmó que “el PP ha manchado Castilla y León” y que por ello pondrá en marcha una oficina anticorrupción. Y llegó el guiño a Ciudadanos, que podría ser la llave para acceder a la presidencia: anunció que suprimiría los aforamientos, una medida siempre exigida por el partido de Rivera y que en Castilla y León nunca llegó a fraguar. Fernández Mañueco tenía que contestar por alusiones y preguntó qué miembros del gobierno están condenados actualmente. Tudanca fue rápido: recordó que “todos los vicepresidentes de la Junta han sido condenados o imputados” en tramas de corrupción. Tudanca también enseñó la sentencia del Constitucional que obligó al PP a reactivar la comisión de investigación de la Trama Eólica, la personación en el caso Perla Negra o la carta amenazante que le envió el exvicepresidente Jesús Merino, condenado posteriormente en Gürtel.

El momento más surrealista llegó de la mano de Igea. En un debate que emitía Radio Televisión Castilla y León, propiedad de Antonio Miguel Méndez Pozo, condenado por el caso de la Construcción, y de José Luis Ulibarri, acusado en Gürtel e imputado en el caso Enredadera, se atrevió a decir que “hay que acabar con 'la administración soy yo'”. La frase aparece en un pinchazo judicial del sumario Enredadera, se la dijo el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, al principal imputado, José Luis Ulibarri. Fue el único que se atrevió a poner el caso sobre el atril. Pero aún fue más allá, al recriminar cómo “se amenaza -a los periodistas- con el plan de medios de la Junta”, que reparte la publicidad institucional. “Necesitamos una prensa libre”, recordó. Fernández Mañueco aprovechó para preguntarle si estaba diciendo que los periodistas no eran libres y además, le recordó el 'pucherazo' de las primarias. Igea supo recoger el guante: “no esperaba que hiciese esto, pero se lo agradezco, me viene bien”, replicó.

El minuto de oro de cada candidato fue más de lo mismo, un resumen de su arranque sin un mensaje que calase. Igea no tiró del ya célebre “¿lo oyen? es el silencio”, para decepción de algunos, que esperaban un poco de pirotecnia.

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