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La Justicia investiga como un delito penal el vertido que convirtió un arroyo de Valladolid en lodo negro

El arroyo, negro, desbordado.

Alba Camazón

16 de septiembre de 2021 22:15 h

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El arroyo de lodo 'negro' que se desbordó en Hornillos de Eresma (Valladolid) a primeros de abril podría tener consecuencias penales. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Medina del Campo mantiene abiertas unas diligencias de investigación penal por un delito contra el medio ambiente por el supuesto vertido que convirtió el arroyo de Sangujero en un lodazal negro que a varios vecinos recordaba al chapapote.

Según confirma el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León a este diario, el Juzgado está practicando diligencias de prueba para determinar la naturaleza del vertido. Cerca de Hornillos de Eresma se encuentra Olmedo, un municipio que tiene varias fábricas autorizadas para verter residuos en el arroyo.

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) explica a este diario que no se encontraron “indicios” de “anomalías originadas por vertidos bruscos e incontrolados”. “Parece mucho más verosímil que la incidencia viniera derivada de una gran crecida del caudal del arroyo debido a las fuertes lluvias, que provocaron el arrastre de fangos y vegetación que crecía sobre los mismos con escasa fijación en el terreno, y que acabaron gran parte en el tramo final del arroyo a su paso por Hornillos de Eresma”, apunta la Confederación Hidrográfica del Duero.

Según los datos de la CHD, estas son las empresas y administraciones autorizadas para verter residuos en el arroyo de Sangujero: el Ayuntamiento de Hornillos, Naturgy Renovables S.L.U por la planta de Cogeneración y tratamiento de purines, ACOR por su planta azucarera y el Ayuntamiento de Olmedo. También en Olmedo, aunque no vierta directamente en Sangujero, están autorizados ADIF (base de mantenimiento), Iberfresco Fresh Product Company y la Urbanización La Luz.

Ese lodo anegó el cauce del arroyo e incrementó su volumen hasta desbordarse en algunos puntos como parcelas, bodegas y caminos. Este “chapapote”, como lo definía entonces la alcaldesa del municipio, arrastró vegetación y ramas por la zona y levantó un olor “horrible” durante horas.

Según asegura la alcaldesa del municipio afectado, Coral López, la CHD se encargó de limpiar el arroyo, por lo que el vertido no ha supuesto ningún coste económico. La pelea del consistorio con los vertidos empresariales en el arroyo viene de lejos. Normalmente la CHD no limpia el cauce del arroyo porque se considera casco urbano (Hornillos no llega a 200 habitantes) y debe encargarse el Ayuntamiento aunque carece de medios, asegura su alcaldesa.

El área que rodea al arroyo de Sangujero y el río Eresma -en el que desemboca-, forman parte de las zonas de especial conservación (ZEC), que supone una figura de protección para el medio ambiente. La CHD asegura a este diario que ha eliminado “la mayor parte de los arrastres” acumulados en las proximidades de Hornillos a pesar la “gran dificultad” de extracción porque el arroyo se sitúa “muy encajado” en ese tramo.

En las siguientes semanas, se soltó mucha agua en el arroyo de Sangujero para poder limpiar el cauce y que dejara de tener esa densidad fangosa y color negruzco. También ayudaron las lluvias de la semana siguiente, que supuso una crecida del arroyo, pero aún así, todavía quedan restos de fango en el que no ha terminado de crecer la vegetación.

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