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Toro cumple tres meses sin agua potable por la contaminación de arsénico

Un hombre rellena una garrafa de agua en una potabilizadora de la Diputación de Zamora.

EFE

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Los 8.500 vecinos de Toro (Zamora) se han acostumbrado a vivir sin agua potable en sus casas, un problema que sufren desde hace tres meses y que afrontan “con muchísima paciencia”, aunque su alcalde, Tomás del Bien (PSOE), ha avisado de esta situación se puede dar en muchas otras poblaciones debido a la contaminación y sobreexplotación de los acuíferos.

Del Bien ha echado mano de informes del grupo ecologista Greenpeace para advertir de que más del 70% de las aguas subterráneas de Castilla y León están contaminadas, y de que el acuífero de Los Arenales, del que se abastece Toro y es uno de los más grandes al extenderse por las provincias de Segovia, Ávila, Valladolid y Zamora, está sobreexplotado al 187 por ciento.

A ello ha atribuido que los niveles de arsénico del agua de Toro estén por encima de los permitidos desde el 21 de diciembre (también anteriormente lo estuvieron durante tres días), sin que la situación tenga visos de solución de forma inminente y se trabaje a contrarreloj en una potabilizadora provisional que pueda utilizarse dentro de dos meses y, a medio plazo, en una captación directa del río Duero compartida con otros municipios.

En este caso la culpa ha sido del arsénico pero en otros pueblos son los nitratos o el flúor, ha añadido un día antes de la celebración del Día Mundial del Agua, instituido en 1993 por Naciones Unidas.

Sea por una u otra causa, la falta de potabilidad del agua de la red de abastecimiento es cada vez más frecuente en municipios que la captan del subsuelo, por lo que Del Bien ha reclamado al Gobierno de España y a la Junta de Castilla y León que busquen soluciones viables a largo plazo.

No potable, pero el recibo llega igual

Mientras llegan, los habitantes del tercer mayor municipio de la provincia de Zamora afrontan con resignación la situación, aunque muchos de los vecinos de Toro coinciden en criticar que pese a que el agua del grifo no es potable les siga llegando uno de los recibos de agua más caros.

Esa crítica la ha hecho en voz alta a los micrófonos de EFE el toresano Javier García, que ha asegurado que antes pagaba entre 33 y 34 euros en el recibo bimensual del agua y ahora lo mismo.

Como muchos otros, este vecino opta por usar para cocinar el agua de garrafas que llena en una de las siete potabilizadoras portátiles instaladas en la ciudad a modo de fuentes y para el consumo directo el agua embotellada que compra en el supermercado.

Este trajín de garrafas lo padecen especialmente los establecimientos de hostelería y algunas empresas de la pujante industria alimentaria de este municipio zamorano, cuna de la Denominación de Origen del Vino de Toro.

En los bares, con un ojo en la cafetera

El camarero de uno de los bares de la Plaza Mayor, Iñaki Blanco, ha explicado que cambia prácticamente a diario la garrafa de veinticinco litros que utilizan para suministrar agua a la cafetera y que debe estar pendiente de que no se vacíe del todo, ya que si entra aire en vez de agua la máquina con la que hacen los cafés puede estropearse.

Además, en su establecimiento hostelero han recurrido a las botellas de litro y medio de agua embotellada para servirla a quien, por desconocimiento o por no querer gastar en un botellín, le pide un vaso de agua del grifo.

Entre los negocios más afectados, según un estudio de la asociación empresarial CEOE de Toro, figuran las panaderías, aunque en una de las más tradicionales, con 102 años de historia, han sorteado el problema porque disponen de pozo de agua propio y en él los análisis periódicos descartan el problema de arsénico de la red de abastecimiento.

La responsable de esa panificadora, Goya Escudero, ha apuntado que, aunque consumen “muchísima agua” para la elaboración del pan y los dulces en su establecimiento tienen “el problema solucionado” al recurrir a garrafas y al pozo del que se abastecen. 

El resto de vecinos del municipio deben resignarse y confiar en una solución más o menos rápida y en que al menos la situación no les suponga un quebranto económico, al anunciar el Ayuntamiento que habilitará una partida de 30.000 euros para subvencionar la compra de agua embotellada.

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