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Dos de cada tres colegios públicos de Barcelona doblan en inmigrantes al concertado más cercano

Dos de cada tres colegios públicos de Barcelona doblan en inmigrantes al concertado más cercano

Pau Rodríguez / Arturo Puente / Victòria Oliveres

Los extremos a los que llega la segregación escolar en el sistema educativo se aprecian en barrios como Sant Andreu, en Barcelona, donde hay un colegio público con el 38% de alumnado de origen inmigrante y, a su lado, uno concertado con el 0,8%. Diferencias abismales como esta son una constante en la ciudad. El 63,8% de los colegios públicos –es decir, casi dos de cada tres– tienen más del doble extranjeros que su concertado más cercano.

La segregación escolar no se mide tanto por si un centro tiene muchos o pocos alumnos extranjeros –o de clase baja–, sino si está muy alejado de lo que es la composición social que le rodea. En este sentido, la comparación entre centros vecinos en Barcelona arroja grandes desigualdades. Aparte de Sant Andreu, en Nou Barris hay dos centros separados por 200 metros con un 48% y un 1,2% de inmigración. En el distrito de Sants-Montjuïc, uno con el 30% y otro con el 1,32%. Los primeros son públicos; los segundos, concertados.

La brecha entre escuelas públicas y concertadas es una realidad en la mayoría de casos más exagerados de la ciudad. De los 20 colegios con mayores diferencias respecto a su centro vecino, en 17 casos el que tiene más porcentaje de inmigración es una pública y el que menos, una concertada. Aun así, es cierto que también entre colegios públicos existe segregación. Si se compara entre públicas más cercanas, hasta en un 27% de casos una duplica –o más– la inmigración de la otra.

La concertada, la mitad de inmigración

Barcelona es una de las pocas ciudades de España en la que históricamente ha habido más plazas de concertada que en la pública (hasta 2018, que se invirtió la tendencia). Aun así, los centros concertados –financiados con recursos públicos– no han asumido más alumnado extranjero que los públicos, según se desprende de los datos facilitados por el Departamento de Educación a eldiario.es y 'El Diari de l'Educació', después de un recurso a la Comisión de Transparencia. El curso 2017-2018, el sistema público tenía escolarizados el 70% de los niños extranjeros que hay en la ciudad, pese a que las matrículas en la pública en Barcelona suponen solo el 44% del total.

En otras palabras, que la escuela concertada asume la mitad de los alumnos inmigrantes que le tocarían. Entre los motivos que hacen que los inmigrantes vayan menos a la concertada están las barreras económicas que ponen estos centros en forma de cuota mensual –puesto que muchas de las familias extranjeras son de clase baja– o el hecho de que la red concertada esté copada principalmente por instituciones católicas.

Aun con excepciones, entre los colegios con menos alumnado de nacionalidad no española, la práctica totalidad son concertados. 17 de ellos no llegan al 1% de escolares extranjeros, un porcentaje lejos de la media de cualquier distrito (el que tiene menos, Sarrià-Sant Gervasi, tiene el 6%). Al otro extremo, 15 de los 18 colegios barceloneses que cuentan con más de un 50% de alumnado migrante son públicos. Tres son concertados, en los distritos de Ciutat Vella, Sants y el Eixample.

La escuela que tiene un volumen más elevado de inmigración es una del Raval, que alcanza el 87% de alumnado inmigrante. Cabe recordar sin embargo que este barrio es el que tiene un mayor porcentaje de alumnado extranjero: un 49% frente al 14% de media en el conjunto del sistema escolar de Barcelona.

Sants y Ciutat Vella, los más segregados

Ningún barrio de Barcelona es ajeno a la segregación escolar, aunque en algunos este problema es más acusado que en otros. En los distritos de Sants-Monjuïc y Ciutat Vella, con un porcentaje elevado de inmigración, es donde hay más diferencias entre colegios en cuanto al origen del alumnado. Una forma de calcularlo es con la llamada desviación estándar, es decir, cuan alejados están todos los colegios de un determinado barrio de la media del mismo, como se aprecia en el siguiente mapa:

Así, el barrio que presenta mayor segregación es la Bordeta, en Sants. Con un 32% de alumnado inmigrante de media, en su zona hay un solo colegio público con el 48% de estos escolares y dos concertados con el 13,5% y el 1,3%, respectivamente.

En el distrito de Ciutat Vella, barrios como Raval, Gòtic o Barceloneta presentan importantes desigualdades internas entre sus colegios. Destaca también el caso de Trinitat Vella, en Nou Barris: con una media de alumnado extranjero del 34,4%, hay uno concertado con el 8% y dos públicos con 43% y 49%, respectivamente. Por contra, el barrio con una distribución más equitativa de este alumnado es Montbau, en Horta-Guinardó. Solo tiene dos colegios públicos, uno con el 7% y otro con el 5%.

El curso contra la segregación

Hasta ahora, tan solo el Síndic de Greuges (el Defensor del Pueblo catalán) y algunas entidades, como las federaciones de AMPA, los sindicatos o la fundación Jaume Bofill, habían alertado insistentemente sobre la segregación escolar en Barcelona y Catalunya. En 2017 el Departamento de Educación aceptó crear el Pacto contra la Segregación con la comunidad educativa y las instituciones concertadas, pero la aplicación del 155 lo dejó en nada. El nuevo conseller, Josep Bargalló, lo retomó con el nuevo Govern asegurando que el curso actual, 2018-2019, debía ser el año del combate contra la segregación.

Sin embargo, a la espera de que el Pacto contra la Segregación consensúe sus primeras medidas, no habrá cambios de calado para el curso que viene. Lo único que ha anunciado el Ejecutivo catalán es que, de cara a las preinscripciones que se abren en marzo, se reducirán los puntos extra por afinidad familiar y se eliminarán los que daba hasta ahora la celiaquía y otras enfermedades del sistema digestivo.

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