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El director asistencial del Hospital de Igualada: “La falta de personal nos está destrozando”

Sanitarios a las puertas del Hospital de Igualada

Pau Rodríguez

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Se cumple una semana desde que la Generalitat ordenó el confinamiento de Igualada por un brote descontrolado de coronavirus con epicentro en su hospital. La epidemia está poniendo al límite la capacidad de este centro, según relata el director asistencial del Consorcio Sanitario de Igualada (del que depende este centro), Joan Miquel Carbonell. Todavía no se ha llegado al colapso de las UCI, un escenario que en Madrid sí se está bordeando,. En Igualada hay camas y aparatos de respiración asistida pero el problema más grave es que no los pueden usar todos porque no tienen suficiente personal: el 35% de la plantilla está en casa, enferma de coronavirus o confinada, y esto es lo que en estos momentos más preocupa a Carbonell.

En la zona confinada han registrado hasta la fecha 207 positivos de coronavirus, de los que 24 han fallecido. Un total de 91 infectados, casi la mitad, son sanitarios.

Se cumple una semana desde que se decretó el confinamiento de Igualada por un brote descontrolado que afectaba al hospital. ¿Cuál es la situación ahora mismo en el centro? 

El hospital está trabajando a medio gas, parcialmente, por la falta de personal. Hemos cerrado consultas externas y mantenemos solo la actividad quirúrgica urgente y la oncológica, como el resto de centros del país, pero con la diferencia de que nosotros tenemos cerradas una parte de las plantas de hospitalización y reducida la capacidad de la UCI porque nos faltan profesionales. Tenemos en casa a casi 300 trabajadores confinados o enfermos de una plantilla de 850 [el 35%]. Esto nos está destrozando absolutamente. 

¿A qué unidades está perjudicando más la falta de personal? ¿Se ve resentida también la capacidad de las UCI por ello? 

Intentamos que afecte sólo a las zonas en las que nos lo podemos permitir, la que es más factible de desprogramar más allá del hospital de día oncológico o la hemodiálisis, que sigue funcionando, o el servicio de Urgencias, que está con una carga muy importante. La dificultad es que no podemos tener todas las camas abiertas. En la UCI hay 10, pero solo podemos tener 8 en marcha por este motivo. El plan de contingencia prevé ampliar la UCI hasta llegar a 16 camas, pero nos falta personal. No tenemos enfermería suficiente ni siquiera para las actuales. 

El alcalde hizo un llamamiento para que les enviasen más profesionales, también para reclutar voluntarios, pero de estos últimos han llegado solo ocho. ¿Por qué? 

Ahora ya son diez médicos y seis o siete enfermeros, algunos jubilados, otros gente joven. Tenemos habilitado un correo electrónico para quien quiera. Desde el Hospital de Bellvitge nos mandaron un adjunto de su plantilla. Al principio, al ver que íbamos a ser el hospital más golpeado por el coronavirus, hubo cierto movimiento hacia aquí, pero ahora todo el mundo, desde Barcelona hasta Vilafranca, empieza a tener una saturación importante que le impide prescindir de personal. 

¿Cuál es la situación actual de la UCI? 

Tenemos material y respiradores para abrir las 16 camas. Hemos llegado al límite de capacidad en cuanto a profesionales pero todavía no en material. Nuestros esfuerzos van centrados en encontrar personas con experiencia para trabajar en ellas. Llevar a estos enfermos es complejo. 

Se lo pregunto porque en Madrid dan por hecho que estas unidades van a colapsar, que pronto ya no habrá aparatos de ventilación mecánica para todos. ¿Será así en Igualada? 

Lo será. Aunque abramos las 16 camas probablemente serán insuficientes. Es muy duro cuando los intensivistas trabajan en estos escenarios. Por ahora algún crítico que no cabía en la UCI lo hemos enviado a hospitales de Vic y Barcelona. Sobre esto, tendremos que esperar movimientos del departamento de Salud, quizás el de habilitar una macroUCI en Barcelona. Pero por ahora nosotros estamos preocupados en lo que ocurre dentro del hospital, no fuera.

Pidieron que se habilitase una residencia privada cercana al hospital para tener más capacidad. ¿Se ha hecho ya?

Se han hecho los primeros contactos. Este jueves veremos cómo de avanzado está, porque no sé en qué situación está la residencia. 

¿Faltan equipos de protección individual para sus sanitarios, como ocurre en muchos otros centros de salud? 

Tenemos lo que necesitamos día a día. Mascarillas, batas, gafas, guantes… Pero vamos día a día para cubrir necesidades.

El alcalde denunció la paralización de 4.000 mascarillas por parte del Ministerio de Sanidad dirigidas al hospital. ¿Fue así? 

No tengo información sobre las cosas de fuera. Sé que el área de logística estaba negociando y que este sábado recibiremos una entrada importante de mascarillas. Pero no sé si tiene que ver con esto. 

¿Cree que tiene sentido mantener el cierre de Igualada cuando el confinamiento se aplica a buena parte del territorio?

No tengo criterio para decir qué conviene o qué no. Dicho esto, todas las medidas que vayan en la línea del distanciamiento, de no estar a menos de un metro los unos de los otros y de toser en el codo, son buenas.

¿Se sabe cuál fue el inicio del brote descontrolado?

La Agencia de Salud Pública de Catalunya (ASPC) lo está investigando y tiene unas conclusiones muy preliminares. Lo único que puedo decir es que fue un brote que tuvo gran efecto en el personal porque llegó por varios puntos de entrada de profesionales contaminados que vinieron a trabajar en el mismo momento, lo que supuso que en varios puntos del hospital hubiese coronavirus. Creemos que el primer caso fue el día 7.

¿Cómo están los dos sanitarios ingresados en la UCI?

Se mantienen críticos. No han empeorado, lo cual supone una mejora relativa. La neumonía bilateral es amplia y los pulmones están muy afectados, pero la esperanza es que vaya bien.

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