En el mundo de la creación audiovisual estamos constantemente abocados a buscar la última novedad, la próxima gran cosa. Esto tiene que ver en gran medida con el avance de las diferentes posibilidades técnicas, los softwares, pero también con la búsqueda de percepciones más intensas, de estéticas más envolventes, de más espectacularidad. El llamado mapping audiovisual consiste en hacer una proyección de imágenes sobre fachadas de edificios, interiores o cualquier otra superficie, incorporando técnicas que permiten adaptar el contenido de la proyección a la morfología de la superficie proyectada. Esto permite aprovechar las formas del soporte físico, bien sea para tenerlas como base, o bien para modificarlas, creando efectos de distorsión sobre ellas.
Las proyecciones sobre edificios significativos con un contenido histórico hace años que se utilizan por parte de artistas contemporáneos. No siempre la fuerza de la proyección radica en el mensaje y si, en cambio, en la sofisticación técnica de un mapping. En este sentido, el compositor visual, Xavi Bové, considera que “el mapping es sólo una técnica. Debe ser transparente. Lo más importante son las ideas que se quieren transmitir sirviéndose de la tecnología y la técnica”. Se refiere a mappings audiovisuales con contenidos proyectados no sólo intrínsecamente relacionados con la estructura física del edificio sino que, además, suelen tener relación con la historia, el contexto o la cultura del lugar donde se proyectan, tratando de establecer un vínculo sensorial y emocional con el público a través de una narración audiovisual.
Este es, justamente, el planteamiento y el método de trabajo que ha utilizado Bové para concebir Moviments Granados, un espectáculo visual de gran formato, producido por la Fundació Catalunya-La Pedrera, en el que se interpretará, en directo, piezas del compositor Enrique Granados en el centenario de su muerte. La propuesta visual girará en torno al agua y las olas del mar, relacionándose así con las ondulaciones características de la Padrera. El hilo argumental será su vida y el último viaje que hizo por mar desde los Estados Unidos, en que murió ahogado después de que su barco fuera torpedeado por un submarino alemán. En cuanto a la gama cromática, predominarán los ocres, tonalidad extraída de los cuadros de Goya -de quien Granados era un gran admirador- y estrechamente relacionada con los tonos de los patios interiores de la Casa Milà. La admiración que el célebre compositor leridano sentía por la obra de Francisco de Goya le llevó a dedicar una de sus composiciones, Goyescas, a las pinturas más románticas del artista.
Xavi Bové ha elegido fragmentos de la composición Trío Opus 50 que Granados compuso en 1895. Su dedicación a la música pianística y vocal no le impidió componer obras de cámara. Una formación musical compuesta para piano, violonchelo y violín interpretará -durante 15 minutos- los fragmentos situados en el balcón del primer piso de La Pedrera, mientras que el director de orquesta estará ubicado a pie de calle, sobre una tarima. De esta manera, Moviments Granados, quiere ser también una experiencia interactiva participativa, ya que el público, después de cada proyección, podrá tomar el lugar del director de orquesta y 'hacer mover' La Pedrera con la interacción de los movimientos del mismo cuerpo con la luz que se proyectará en la fachada.
El artista leridano, afincado en Girona, sigue así el trabajo iniciado con la instalación interactiva Cançons Visuals que presentó el mes de diciembre en el nuevo centro artístico gerundense La Volta. El visitante podía elegir una canción y hacer su personal representación pictórica mediante la elección de unos pinceles y una paleta cromática. En esta ocasión la interactividad venía dada por el análisis del sonido en tiempo real y del movimiento del cuerpo del espectador mientras la música se reproducía. El visitante se convertía también en director de orquesta de pinceles virtuales. El trabajo de Xavi Bové vincula el arte, la tecnología, la imagen y la música. Galardonado por su trayectoria, especialmente en la ópera -trabajó en el Liceo de Barcelona- y la música electrónica, utiliza la tecnología para proponer una reflexión crítica apelando a las emociones en el público. Actualmente es el director artístico de FIMG, Festival Internacional de Mapping de Girona y miembro del colectivo artístico Playmodes.