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Ada Colau busca la triple abstención: las claves de los presupuestos de Barcelona para 2018

La alcadesa de Barcelona, Ada Colau / EFE

Pau Rodríguez

El Gobierno de Ada Colau se va acercando poco a poco a la aprobación de los presupuestos de 2018. Si el PDeCAT negoció su abstención a cambio de rebajar la tarificación social a las guarderías, este miércoles ha sido ERC quien ha anunciado que se plantea hacer lo mismo tras pactar con Barcelona en Comú un abaratamiento del coste de los servicios funerarios.

Sólo faltaría ahora un voto en blanco del PSC (además del concejal no adscrito Gerard Ardanuy) en el plenario de este viernes para que los 11 concejales de los 'comuns' sean suficientes para aprobar las cuentas. La triple abstención es la apuesta de equipo de gobierno para evitar tener que recurrir, como el año pasado, a una cuestión de confianza para sacar adelante la medida más importante del curso.

Los presupuestos para este año, que el teniente de alcalde Gerardo Pisarello presentó en octubre, contienen un gasto no financiero de 2.643 millones de euros, un 2,4% más que el ejercicio anterior. También el capítulo de inversiones sube un 1% hasta los 432 millones. Desde el Ayuntamiento defienden especialmente la apuesta por el transporte público, cuyo presupuesto aumenta un 14% respecto a 2017, y la nueva fase de inversión del Plan de Barrios, la medida “estrella” -según Pisarello- de 50,9 millones para los distritos de la ciudad más desfavorecidos.

En la plaza Sant Jaume reivindican que el aumento progresivo de casi todas las partidas de carácter social demuestra una “fuerte apuesta por la cohesión social”, pero en el plano político no les resultará suficiente. La oposición les ha criticado sobre todo que no hayan negociado lo bastante. Por eso las cuentas representan también el primer escollo del Gobierno municipal para llegar a acuerdos tras expulsar a los socialistas por el 155.

Estas y otras son algunas de las claves de las cuentas que se votan el viernes.

Inyección de dinero a los barrios desfavorecidos

“Es la propuesta estrella con la que queremos garantizar la cohesión social”, afirmó recientemente Pisarello. El Plan de Barrios, que entra en 2018 en la fase de inversión después de pasar por la de diagnóstico, es para el consistorio la guinda de unas cuentas que destinan 334,7 millones a servicios y promociones sociales, un 2,5% más que el curso pasado y un 29% más que en 2015.

Así, el Plan de Barrios consiste en una serie de pequeñas inversiones (36 millones en total, más 14,7 de gasto corriente) para mejoras sociales y urbanísticas sobre todo en distritos desfavorecidos como el Besòs, Ciutat Vella o Sants. Proyectos socioeducativos, de orientación laboral o adecuaciones de accesibilidad en la vía pública se cuentan entre las medidas previstas por el plan.

Más carril bici a la espera del tranvía

El principal aumento del gasto previsto en los presupuestos, de un 14%, corresponde al transporte público. 21 millones de euros adicionales para ampliar la red de buses o crear nuevos carriles bici. Todo ello, según reclamó Pisarello, “pese a la falta de inversiones por parte del Gobierno central”.

Para lo que no habrá ninguna partida es para la conexión del tranvía por la Diagonal. BComú aceptó unas alegaciones del PDeCAT para retirar los 401.250 euros previstos para la redacción del proyecto de conexión. Sin embargo, desde el Gobierno municipal precisan que esta concesión no supone freno alguno a una iniciativa urbanística, la conexión del tranvía, que dependerá de las conclusiones y consensos políticos que surjan de la comisión que lo estudia.

Difuminada la tarifación social en las guarderías

Esta es la principal concesión de Colau a la negociación de los presupuestos, al suponer un paso atrás en una medida que se puso en marcha este mismo curso escolar. En septiembre Barcelona estrenó un sistema de tarificación social para las guarderías con diez cuotas distintas para que las familias pagaran en función de su renda. Sin tiempo para evaluar la medida, BComú ha concedido al PDeCAT una partida de 1,5 millones para rebajar la cuota a las familias que integran los tramos superiores, con rentas de 50.000 euros o más.

Así, ningún hogar pagará una cuota superior a 290 euros al mes, la tarifa fija que había antes de la llegada de Colau. Lo que no se tocará serán las reducciones en la mensualidad aplicadas a los hogares desfavorecidos.

Pacto con ERC para abaratar los funerales

ERC ha anunciado este miércoles que están cerca de la abstención gracias al pacto al que han llegado con Colau para abaratar los entierros. La fórmula consistiría en prescindir de los operadores privados de los tanatorios y que sea la empresa pública Cementiris de Barcelona la que se haga cargo del proceso por un coste de 1.800 euros (2.400 si la familia quiere velatorio). La gran incógnita por resolver es cómo se habilitarán los cementerios para estas funciones.

El pacto tiene además una lectura a largo plazo: hace más difícil que Colau vuelva a sacar su propuesta de funeraria pública del cajón adónde la mandó el pleno, aunque el acuerdo con ERC no excluye explícitamente esta iniciativa.

La bandera de la vivienda

En los presupuestos de 2018, la inversión para vivienda es de 72,7 millones de euros, de los cuales 49,2 corresponden al Patronato Municipal de la Vivienda. El ente que gestiona el parque público de pisos contará con 9 millones más que en 2016, destinados a construcción de nuevas viviendas y a la rehabilitación.

Colau anunció además esta semana que quiere impulsar un “acuerdo de ciudad” para combatir la escalada de los alquileres y evitar la expulsión de vecinos a los que la propiedad no renueva el contrato. Empezó por prometer que se condicionaría la concesión de licencias de rehabilitación de fincas a que los inquilinos fueran realojados durante las obras y luego pudieran volver a su casa, para evitar casos de mobbing, aunque esto no impediría que los vecinos tengan que abandonar sus casas cuando les venza el contrato de alquiler.

La medida llegaría un año después de presentar el Plan de Vivienda, que prevé ampliar el parque público de vivienda hasta el 4% del total en diez años. Y para el que se prevé destinar 1.666 millones hasta 2025.

La estabilidad política, en juego

Colau lo articuló así en su encuentro anual con la prensa esta semana en el Col·legi de Periodistes de Catalunya: “Las diferentes fuerzas catalanistas nos podemos poner de acuerdo para poner la ciudad en el centro”, afirmó. Bajo este paraguas entiende BComú que se cobijan PDeCAT, ERC y PSC, los tres partidos con los que tratará de llegar a acuerdos en esta recta final de legislatura.

La primera prueba son los presupuestos, pero luego vendrán la unión del tranvía por la Diagonal, la multiconsulta que plantea municipalizar el agua o la ordenanza de civismo. De la la triple abstención de PDeCAT, ERC y PSC este viernes (aunque estos últimos parecen a día de hoy los más reacios) depende que los 'comuns' aparezcan como una fuerza transversal o condenada al aislamiento.

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