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El líder del sindicato independentista catalán pierde la batalla legal contra los críticos con su gestión

Perelló, en una imagen de archivo

Oriol Solé Altimira

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Nueva derrota en el juzgado del secretario general de la Intersindical–CSC, Sergi Perelló, en el conflicto por razón de su gestión que desde hace meses le enfrenta a varios afiliados del principal sindicato independentista catalán. Un juez de Barcelona ha desestimado la demanda de Perelló contra uno de los críticos al descartar que las acusaciones que vertió contra el líder sindical en las redes sociales supongan una vulneración del derecho al honor.

A caballo del proceso soberanista, la Intersindical logró hacerse un hueco en el sindicalismo catalán, en especial entre funcionarios de la Generalitat (cuarta central con más representación) y el sector educativo. La central soberanista se mantuvo residual en la industria y tampoco logró romper la hegemonía de CCOO y UGT en la comunidad. Ambas centrales lograron el año pasado 21.048 y 18.939 delegados respectivamente en las elecciones sindicales, frente a los 827 de la Intersindical.

Uno de los conflictos de la Intersindical se vivió en la sectorial educativa, cuyo secretariado dimitió en bloque y entre críticas a la dirección del sindicato por “desacreditar, menospreciar y desconfiar” a sus responsables de enseñanza durante más de un año y medio. Según los docentes, Perelló y su número dos, Núria Ferrandis, impusieron un reglamento sobre liberados sindicales y obstruyeron la comunicación de los correos electrónicos entre la sectorial y el secretariado nacional del sindicato. 

Perelló respondió con demandas judiciales las acusaciones internas de decenas de militantes de base contra su gestión. Los críticos acusan al todavía secretario general y a la cúpula de la central de falta de democracia interna y de transparencia, así como de nepotismo y contrataciones de empresas vinculadas a jefes del sindicato. 

Los militantes también acudieron a la Justicia, pero para pedir amparo ante lo que ven como una vulneración de sus derechos sindicales por parte de la dirección. En la primera sentencia sobre el conflicto, un juez de Barcelona dio la razón a uno de los militantes de base y concluyó que la dirección del sindicato “conculcó” el principio de igualdad de armas y su libertad de expresión y pensamiento.

Ahora una nueva resolución judicial desestima la demanda que Perelló interpuso contra uno de los militantes por los mensajes críticos en redes sociales contra su gestión y que, según el dirigente sindical, suponían una vulneración de su derecho al honor. El juez niega la tesis de Perelló y concluye que los tuits y publicaciones de Facebook están amparadas por la libertad de expresión.

En su sentencia, el juez enumera las distintas publicaciones denunciadas por Perelló: acusaciones de “prepotencia”, “autoritarismo”, “no escuchar a la gente trabajadora”, haber convertido al sindicato en “agencia de colocación e amigos y conocidos” y bloquear las cuentas que le preguntaban si había “enchufado” a su hermano y cuánto pagaba a los “chiringuitos” que contrataba.

El magistrado repasa a continuación los requisitos para que un descalificativo vulnere el derecho al honor de una persona y concluye que el de Perelló sigue intacto. El líder sindical, recuerda el juez, es un personaje público, lo que le confiere menor protección frente las críticas, que además se enmarcan “en el ámbito de tensión sindical”.

Los tuits críticos no solo “se corresponden con la versión de los afectados por el conflicto sindical”, sino que para el magistrado “tienen interés tanto para la actividad sindical como en su contexto, pues se realizan sobre el ejercicio de un cargo de proyección pública”.

Además, el juez considera que todas las publicaciones cumplen con el requisito de veracidad y no hay ninguna que sea “inequívocamente ofensiva”, ya que todas ellas son “ácidas críticas” hacia la gestión de Perelló y están relacionadas con el conflicto interno. En suma, las críticas “entran dentro del ámbito constitucionalmente protegido de la libertad de expresión”.

Recuerda la sentencia que durante el juicio Perelló “no negó” tener un sueldo en el sindicato, ni que su hermano hubiera sido nombrado jefe de informática del sindicato ni que otros familiares o amigos suyos hubieran accedido a cargos del sindicato. Todas esas actuaciones de Perelló, remarca la sentencia, pueden ser “plenamente legítimas y legales”, pero también tienen que estar sujetas a crítica.

La sentencia que desestima la demanda de Perelló se ha traducido al catalán porque así lo pidió el militante demandado. Pese a tratarse de un sindicato comprometido con la lengua catalana, Perelló optó por contratar los servicios de un despacho de Madrid especializado en litigios por derecho al honor, lo que provocó que la defensa del sindicalista solicitara la traducción al catalán de la demanda, originalmente redactada en castellano.

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