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La marcha del rey a Emiratos Árabes agita la precampaña catalana

Varias personas colocan una bandera republicana junto a una 'senyera' en la plaza de la República, en Barcelona

Arturo Puente

23 de agosto de 2020 21:47 h

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Cuando el CIS preguntaba con frecuencia por la monarquía, Catalunya solía despuntar como uno de los territorios donde la institución del rey tenía menos popularidad. Con un porcentaje de republicanismo que suele superar el 70% en las encuestas no es de extrañar que la marcha de Juan Carlos I a los Emiratos Árabes Unidos haya generado en Catalunya una competición entre los partidos por presentarse como el más combativo contra la monarquía y, de rebote, contra la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez en esta situación.

Junts, ERC, los 'comuns', la CUP e incluso las juventudes del PSC han saltado al ruedo de la crítica contra el rey emérito, la Casa Real o directamente la monarquía como sistema. Pero los dardos también han ido entre los propios partidos, en unas semanas estivales en las que ya comienza a notarse que las elecciones se acercan. El choque más sonado ha sido entre JxCat y ERC, a cuenta de la publicación de las resoluciones aprobadas por el Parlament, pero también los 'comuns' han marcado distancias respecto al PSOE y el Gobierno central, a quienes han pedido explicaciones en el Congreso.

Las iniciativas parlamentarias sobre la monarquía se han multiplicado en las cámaras, tanto en la nacional como en la autonómica. Este viernes la Mesa del Congreso rechazó las peticiones para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta Carmen Calvo comparecieran para explicar la salida del rey emérito, que habían solicitado Unidas Podemos, ERC, Bildu, JxCat, CUP y BNG.

“Una vez más vemos como los partidos del régimen del 78 vuelven a impedir que los ciudadanos conozcan sobre las corruptelas de la Casa Real”, cargó la diputada de Esquerra, Carolina Telechea. Los de Oriol Junqueras han utilizado el último escándalo del monarca para cargar contra el Gobierno central y, de paso, escenificar su distancia con Sánchez. ERC ha tratado de compensar así las acusaciones habituales de Junts, que les afean ser socios del PSOE en el Congreso.

“El Gobierno no puede mirar hacia otro lado”, aseguró Pere Aragonés, “tiene que ser parte activa y moverse ante el comportamiento de Juan Carlos de Borbón”. El líder de ERC ha cargado directamente contra el PSOE y Unidas Podemos, a quienes ha acusado de ser “republicanos asintomáticos”.

Los 'comuns', duros con el Gobierno

Esquerra no ha sido la única formación que ha utilizado la salida del país del rey emérito para tratar de marcar distancias con el PSOE. Destacadas figuras de Catalunya en Comú han criticado la actuación del Gobierno que comparten, subrayando su perfil republicano. En los días posteriores a que se conociera la marcha de Juan Carlos I, fue la propia alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien desde su cuenta de Twitter realizó un insistente marcaje a Sánchez. Primero, pidiéndole explicaciones sobre las gestiones realizadas y, después la comparecencia presidencial, reaccionando con un duro mensaje en el que hablaba de “decepción” y “vergüenza”.

Desde aquel dardo público los 'comuns' han tratado de abanderar el descontento interno en la coalición del Gobierno por la gestión del caso. Primero con la petición de comparecencia del presidente y la vicepresidenta, y después presentado una propuesta para despenalizar las injurias al rey, una posibilidad a la que el ministro de Justicia,  Juan Carlos Campo, descartó la semana pasada. La intención del partido es continuar reclamando que el jefe de Gobierno dé explicaciones y, además, que pueda celebrarse la comisión de investigación que tanto el Congreso ha rechazado en varias ocasiones.

A esto se le suman las iniciativas que lleven a otras instituciones sobre la cuestión real. Esta semana está fijado un pleno en el Ayuntamiento de Barcelona, pedido por los independentistas, en el que se votará retirar al monarca la medalla de la ciudad. La iniciativa pide también declarar que “la monarquía española es sucesora del régimen franquista” y reprobar al Gobierno por su supuesta colaboración en la marcha del rey emérito. Colau y los suyos deberán posicionarse sobre estas cuestiones y es probable que el Ejecutivo municipal, que comparten con el PSC, vote dividido.

Guerra entre republicanos en el Parlament

Si el viaje real a Emiratos Árabes ha descubierto las fricciones entre los socios del Gobierno central, en el caso de los independentistas ha sido la chispa que ha encendido la última batalla campal entre Junts y ERC. Poco después de conocerse la salida real, Torra pidió un pleno especial, que se entendió como una jugada para volver a confrontar con la realeza, como ya había hecho en momentos anteriores de la legislatura.

Sin embargo el secretario general del Parlament se negó a publicar algunas de las resoluciones aprobadas por el Parlament críticas con la monarquía, al entender que vulneraban sentencias del Constitucional, lo que se tradujo en un nuevo choque entre los miembros del Govern. El president pidió la destitución del secretario general, pero Torrent y ERC votaron en contra en la mesa, lo que generó una cascada de acusaciones cruzadas durante varios días.

“Ni republicanos, ni independentistas. Y es una lástima”, espetó la diputada de JxCat, Aurora Madaula, en relación a sus socios de Esquerra. Por su parte Ernest Maragall, diputado de ERC, acusaba a su vez al vicepresident del Parlament, Josep Costa (JxCat) de “degradar la función institucional que le corresponde, en contradicción con la dignidad de la presidenta Forcadell”. Lo que comenzó como una maniobra para capitalizar desde el independentismo la oposición a la monarquía acabó en un choque interno de dimensiones comparables los más profundos de esta legislatura.

La monarquía, nota del 1,6 en el CEO

Para los partidos independentistas, como también para los 'comuns', hacer suya la bandera del republicanismo es clave ante las próximas elecciones. La encuesta del CEO de la Generalitat refleja que la monarquía tiene en Catalunya un apoyo escasísimo, con apenas un 15% de los ciudadanos dando apoyo a la institución y más de un 70% destacándose como abiertamente contrarios a la existencia de un rey. Como consecuencia, la Casa Real suele estar en la cola en la valoración de las instituciones. En julio pasado, antes de la marcha de Juan Carlos I, la nota quedaba en un 1,6 sobre 10.

Más interesante es la valoración por partidos. Solo los votantes del PP aprueban a la institución, mientras que los socialistas es la institución que más bajo puntuan, por debajo de la Iglesia Católica, el Parlament o el Govern. Mientras, son los votantes de la CUP los que con más contundencia rechazan al rey.

Este clima contra la monarquía, que podría haberse exacerbado con las últimas novedades sobre los escándalos económicos del antiguo jefe de Estado, es el que formaciones como ERC o la CUP quieren aprovechar para obtener votos desde las filas del republicanismo no independentista.

A su vez, la formación de Colau ve un caladero de votos republicanos entre los votantes del PSC que estén en desacuerdo con la línea marcada por Sánchez. Por último, para Junts es importante presentarse como el ariete de la monarquía, tanto por su apuesta por la “confrontación” con el Estado, como para seducir a votantes tradicionales del centro-izquierda, al que ahora aseguran querer dirigirse.

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