El pasado día 5 de diciembre, a las puertas del Día de la Constitución, la política catalana nos regaló una foto que simboliza el momento de cambio político y social que estamos viviendo en nuestro país. La foto de los líderes catalanes del PP, PSC y C's brindando junto a la delegada del gobierno, la señora Llanos de luna (sí, aquella que homenajea a los integrantes de la fascista División Azul) y del cuerpo del ejército.
Sólo faltaría que cada cual no pudiera libremente brindar con quien considere y celebrar lo que se siente como suyo. Creo, honestamente, que hay dos partidos que han cometido uno de los errores estratégicos más graves de los últimos años: el PSC y C's. El PSC para salir en la foto de la mano del españolismo, el moderno y el antiguo, que quiere asfixiar con la confrontación de banderas el pueblo de Cataluña. Y C's para fulmina su imagen de partido ligado a la regeneración democrática situándose al lado de un bipartidismo corrupto que se ha convertido uno de los grandes males de nuestra democracia. Eso sí: no soy yo, ni me corresponde a mí determinar cuáles son sus estrategias.
Lo que más me preocupa es el trasfondo de esta imagen del nacionalismo español nuevo y moderno brindando contra el pueblo. Porque hoy, por desgracia, defender esta constitución es defender a los que quieren atacar la soberanía del pueblo. Y, evidentemente, no hablo de la soberanía desde el punto de vista identitario, ni siquiera nacional, hablo de la soberanía fiscal, de la soberanía energética, de la soberanía social... En definitiva, de la soberanía popular. Nos han enredado demasiado tiempo y no debemos permitir que nos sigan enredando: esta Constitución que ellos defienden no es la Constitución que ratificó el pueblo español en referéndum el miércoles 6 de diciembre de 1978. Es otra. Esta de hoy es su Constitución, la del bipartidismo y del españolismo, la que usan contra el pueblo. También contra el pueblo español.
Aquella Constitución de diciembre de 1978 apostaba por el “derecho a la educación” en su artículo 27. Hablaba de que “todo el mundo contribuirá al sostenimiento del gasto público de acuerdo con la capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad” en el artículo 31. Decía en el artículo 35 que “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo”. O afirmaba en el artículo 39 que “los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia”. Unos artículos que el bipartidismo, esos que salen en la foto con grandes risas, no han cumplido debido a su falta de voluntad de generar un estado socialmente justo. Así pues, no nos engañar.
Pero es que la Constitución de 1978 no es la que hoy rige el estado español. Hoy, la Constitución que ellos defienden es la del 23 de agosto de 2011. De forma expresa, con nocturnidad y alevosía, el PP y el PSOE pactaron una modificación constitucional que vulnera claramente el espíritu de la Constitución de 1978. Se trata de la modificación del artículo 135 que nos arrodilla a los poderes del Mercado, al capitalismo y a la dictadura de los grandes banqueros. Es aquel artículo que obliga a que si el estado tiene un euro, éste debe ir primero a pagar los intereses de la banca que no a la escuela pública o a la sanidad de todos y todas. Es decir, si la Constitución de 1978 antepone la cobertura social (educación, sanidad, desempleo, pensiones, etc) y universal de nuestros servicios públicos, la constitución de 2011 sitúa estos servicios públicos y su cobertura como subsidiarios de los intereses de la banca. Total, que nos han cambiado esta Constitución y, encima, nos quieren hacer creer que es la misma y que la tenemos que defender porque se sometió a votación y que es la garantía de un estado de derecho. Una nueva mentira del bipartidismo: no es la garantía de un estado de derecho, es la garantía de un estado de derechas. Que es diferente.
Así pues, yo no quiero saber nada de la gente que aparece en esta foto y los quiero, democráticamente y legítimamente, echar de los puestos de responsabilidad pública, de donde se toman las decisiones, los hemiciclos donde ellos votan contra los intereses de la clase trabajadora. Su brindis es la señal de la victoria de los poderosos contra un pueblo que ahora les empieza a dar miedo porque estamos organizados: los que son poderosos porque lo llevan en el ADN, los que son poderosos porque han imitado las políticas de la derecha y los que son poderosos porque han sido artificialmente creados por el poder.
Yo quiero brindar con otro poder: con la gente del SAT de Andalucía, que nos señala a los culpables expropiando los supermercados; con AGE de Galicia, que nos esclarece por qué Feijóo es un narcopresidente; con los trabajadores de Syriza, en Grecia, que defienden su universidad pública con uñas y dientes; con los comunistas franceses, que deben batallar contra el fascismo de Le Pen; con la izquierda portuguesa que canta el 'Grándola villa Morena' para acallar al primer ministro Passos Coelho; con los agricultores de Guatemala que luchan por sus derechos laborales; con los pueblos oprimidos del Sahra, Palestina... con éste es con el poder que yo quiero brindar: con el poder popular.
Y este debe ser el contrapoder a esta foto que destila clasismo, falta de democracia e imposición. Este poder sólo podremos construirlo desde una alternativa social, política y también electoral que confronte con el antiguo régimen, el del bipartidismo. La izquierda democrática, alternativa y transformadora debemos comprometernos a dejar atrás sectarismos, personalismos y protagonismos porque lo que tenemos en juego es que estos de la foto continúen brindando contra nosotros. Por cierto, CiU no sale directamente en la foto, pero su espíritu está presente. Con lenguas diferentes, defienden lo mismo.
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