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Mas pierde el órdago y extiende la mano a ERC

La cúpula de Convergència i Unió al balcó de l'Hotel Majestic. / Edu Bayer

Jordi Mumbrú

Barcelona —

El órdago ha salido mal. La “mayoría excepcional” que reclamaba Artur Mas parece ahora un chiste. CiU se sentía muy fuerte y soñaba con lograr nuevos apoyos. El golpe ha sido monumental. Los militantes convergentes que se habían concentrado en el Hotel Majestic esperando vivir una jornada épica e histórica se quedaron sin habla. Seguían la evolución en directo, desde las televisiones que se habían habilitado en varias salas del hotel. La multitud sólo se oía cuando el escrutinio le daba otro diputado al partido. Entonces aplaudían con fuerza. Cuando el número de diputados de CiU dejó de subir, los militantes pasaron a aplaudir los que sumaba ERC, con gritos de independencia. En la primera planta del hotel, la dirección del partido analizaba los resultados y preparaba un discurso que no se había previsto. Como los militantes, la dirección del partido también pensaba en los republicanos.

A las once de la noche, Artur Mas compareció ante los medios y los militantes y tras celebrar la alta participación, entró en materia. “Esta no es la mayoría que hacía falta” reconoció el candidato, pero aseguró que sus aspiraciones nacionales no se han tambaleado: “La consulta sigue en pie”, dijo Mas entre gritos independentistas de la militancia y aseguró que intentará llevarla a cabo en los próximos cuatro años. Mas dijo que la fuerza de los partidos que están a favor de la consulta es “indiscutible”, pero que si además se quiere ganar, habrá que seguir “ensanchando esta mayoría”.

Mas también habló del futuro próximo. Con sus 50 diputados, necesita un socio para poder gobernar. “No nos podemos hacer responsables únicos de la gobernabilidad del país” y añadió: “Esto requerirá una reflexión por parte de otras fuerzas políticas”. Su intención es seducir a ERC. Los republicanos no tienen ningún problema en pactar con CiU para llevar a Catalunya hacia la independencia pero los convergentes no tienen ninguna intención de cambiar su política de austeridad y esto incomoda y mucho a los republicanos. Consciente de ello, Mas dijo que “hay otras formaciones políticas que han crecido mucho pero que todavía están muy lejos de CiU que se tienen que hacer corresponsables de los éxitos pero también de la situación”. Mas insistió por si no había quedado claro que “las dos cosas van juntas: la dureza de las decisiones del Gobierno, el día a día, y dar fuerza a este proyecto de país”. Nadie dudó de que hablaba de ERC. Es más que probable que los dos dirigentes ya hubieran hablado.

Mas destacó que en crisis la mayoría de gobiernos europeos han perdido las elecciones y en cambio CiU continua gozando de “un apoyo importante”. Mas recordó que los convergentes tienen más del doble de votos que la segunda fuerza. Según aseguró, no se arrepiente de haber convocado las elecciones: “Ha sido una buena decisión, des del punto de vista estrictamente de país, para saber si la fuerza de la calle se trasladaba a las urnas”. Artur Mas, como es costumbre, salió al balcón del hotel ara dirigir unas palabras a los militantes que esperaban en la calle. Habló poco. Mas reconoció que el resultado no es el esperado pero intentó animar a la militancia: “La situación no queda fácil pero iremos adelante”, prometió.

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