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Así fue la separación de Khadija y Cherive, las bebés siamesas que viajaron de Mauritania a Barcelona para operarse

Khadija y Cherive, en el postoperatorio

Pau Rodríguez

17 de noviembre de 2023 14:13 h

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A más de 2.000 kilómetros de España, en Mauritania, dos bebés nacieron el pasado 8 de octubre pegadas por el abdomen y con un único cordón umbilical. Khadija y Cherive, hermanas gemelas, estaban sanas, pero demasiado lejos de un hospital donde poder operarse para gozar de una vida por separado. Un mes después, ambas descansan, cada una en su cuna, en el Hospital de Sant Joan de Déu, en Barcelona. Y ya están listas para regresar a su país junto a su madre y a su tío.

No son nada habituales las operaciones para separar a siameses, dado que esta condición, la de nacer pegados por alguna parte del cuerpo, se da en solo uno de cada 250.000 nacimientos de gemelos en el mundo. La última conocida en España se llevó a cabo en el Hospital Vall d'Hebron en 2012; se intervino a unas bebés también unidas por abdomen e hígado. De ahí que en Sant Joan de Déu califiquen esta intervención como una de las más “excepcionales” que han llevado a cabo en su historia, y que implicó a una veintena de profesionales de distintas disciplinas. 

El hospital tuvo conocimiento del caso de Khadija y Cherive una semana después de su nacimiento, por una llamada del Ministerio de Sanidad del país africano con el que el centro barcelonés mantiene el programa de cooperación Cuida’m, a través del cual suele atender al año a una veintena de niños y niñas mauritanos con problemas de salud graves. “Lo primero que estudiamos fue si era factible operarlas y ofrecerles un tratamiento con buen pronóstico, y vimos que sí”, relata Ana Alarcón, pediatra neonatóloga del hospital. 

A través de las primeras imágenes e informes que recibieron desde Mauritania, el equipo de Sant Joan de Déu pudo comprobar que estaban unidas por el abdomen, pero tenían dudas de si compartían hígado, algo que ya en Barcelona pudieron comprobar. “Pudimos ver que estaban conectadas, pero a la vez se observaba que, pese a alguna conexión vascular, quedaba bien diferenciado que cada una de ellas tenía su órgano”, describe Xavier Tarrado, jefe de Cirugía Pediátrica del hospital. “Esto nos aportó tranquilidad para abordar la separación sin problemas”, explica. Si comparten órganos vitales de forma más extensa, añade, peligra la viabilidad de la operación.

Pero antes de la operación, tuvieron que ir a buscarlas. Primero viajaron a Barcelona la madre y el tío de las gemelas, y el 25 de octubre las pequeñas fueron trasladadas a la capital catalana en un avión del Ejército del Aire. “Estaban en un estado de salud óptimo”, recuerda la pediatra Alarcón, que participó en una expedición que transcurrió sin incidentes. 

Antes de la operación, que finalmente tuvo lugar el pasado 8 de noviembre, justo cuando Khadija y Cherive cumplían un mes de vida, entró en acción el equipo de simulación y 3D del hospital, que dirige José Quintilla. En todas las operaciones complejas que se desarrollan en el hospital, explica este doctor, suelen intervenir para simularlas previamente y así anticipar riesgos o mejorar su abordaje. Entre sus funciones, crearon un modelo en tres dimensiones del área de operación de las niñas. “Así el equipo quirúrgico pudo entender las relaciones anatómicas de las gemelas a nivel óseo, las zonas de unión de las niñas, los vasos sanguíneos que pudieran presentar riesgos…”, describe Quintilla. 

Con ese material se organizó una jornada de simulación de la operación, dentro del quirófano, con sus 20 profesionales y dos maniquís modificados con silicona para reproducir la posición de las dos gemelas. La simulación, añade el cirujano Tarrado, sirvió también para ensayar posibles escenarios críticos que finalmente –y por suerte, precisa– no se produjeron. En operaciones de este tipo, se trata principalmente de sangrados, fugas biliares o problemas en las vías aéreas. 

La operación, que duró cinco horas, transcurrió “sin incidencias y de forma plácida”, describe Tarrado. Tras la anestesia, que también presentaba cierta dificultad por la colocación de las niñas, se llevó a cabo la primera fase de separación de las vísceras compartidas, “con un buen control de sangrado”. La segunda parte también fue según lo previsto: la que consiste en cerrar la pared abdominal y la musculatura. “Con los propios tejidos de cada una de las gemelas pudimos darle cobertura y reparar el defecto resultante”, describe Tarrado. 

A las pocas horas de llegar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) neonatales, ya pudieron quitarles la ventilación mecánica. Y pronto recuperaron también la alimentación. “Llevamos menos de una semana desde que se sometieron a la cirugía y las niñas están muy bien, en planta y junto a su madre”, explica Alarcón. En los próximos días se espera que puedan recibir el alta y regresar a su país junto a un cirujano mauritano que estuvo presente en la operación y que hará el seguimiento de las pequeñas en su país. 

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