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Mujer, con sueldo muy bajo y sin contrato: la realidad de las trabajadoras de hogar

1 de cada 3 empleados del hogar en España no cotiza a la seguridad social.

Lourdes Cifuentes

El próximo 30 de marzo se celebra el Día Internacional de las Trabajadoras de Hogar, un colectivo altamente feminizado (se estima que el 80% de estos trabajadores son mujeres) y en el que las condiciones laborales siguen siendo una asignatura pendiente. La realidad y los datos muestran que, a día de hoy, uno de cada tres trabajadores de hogar no están dados de alta en la Seguridad Social.

Sólo en la provincia de Albacete se contabilizan alrededor de 4.000 trabajadores de hogar en activo, con contrato y cotización, pero la cifra real llegaría hasta los 6.000 ya que casi un tercio de ellos lo hace sin papeles. Así describen la situación desde la Plataforma de Apoyo a las/los Trabajadoras/es del Hogar en Albacete, compuesta por el sindicato USO y las ONGs Cruz Roja y Cáritas, que este martes se ha echado a la calle para mostrar la realidad del sector y que deja un perfil muy concreto: mujer, con salario muy bajo y, al menos una de cada tres, sin contrato.

Ionica es un ejemplo de la precariedad que se sufre. Es inmigrante y lleva 15 años viviendo en Albacete. En esta ciudad sólo ha trabajado de empleada del hogar y lo ha hecho, hasta ahora, sin que la hayan dado de alta en la Seguridad Social. Ella habla directamente de que “se aprovechan de nuestra situación” y relata que estuvo fino años trabajando en una casa en la que hacerle los papeles para tenerla con todas las garantías contractuales no entraba en los planes de sus empleadores. “Te contratan para una cosa y luego te ponene a hacer millones de cosas”, explica Ionica. La experiencia no fue buena. El sueldo tampoco: percibía por trabajar de 08:00 a 14:00 horas de lunes a viernes, “aunque a veces tenía que ir algún sábado o domingo”, 470 euros al mes.

La precariedad de su situación se vió todavía más acentuada cuando le diagnosticaron un cáncer y “no tenía derecho a nada porque no constaba que había estado trabajando”. Tanto es así que tuvo que acudir a la ayuda de Cruz Roja para poder acceder a las medicinas que requería su tratamiento.

Ahora Ionica está de “vacaciones no pagadas”. En realidad se ha quedado dos semanas sin trabajo y sin remuneración porque su empleador se ha ido de vacaciones por Semana Santa y como sigue sin tener un contrato, al no trabajar, no cobra.

Aún con contrato, no tienen derecho a prestación

A la realidad de la calle, en la que los casos como Ionica no son la excepción, hay que sumar que la actual legislación diferencia entre estos trabajadores y el resto. Tienen un régimen especial de cotización que no contempla que puedan acogerse a prestación por desempleo si pierden el trabajo. Es decir, no hay paro.

Además, con el envejecimiento de la población el trabajo que tradicionalmente han venido realizando los empleados del hogar ha ido variando. Ahora se centra en el cuidado de ancianos que, a su vez, está haciendo que cada vez haya más hombres en el sector.

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