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Una coalición de izquierdas, ¿pero con qué partido por delante?

Aurelio San Emeterio, concejal de Izquierda Unida y Javier Mateo, coordinador local

El crear una coalición de izquierdas que concurra unida a las próximas elecciones autonómicas no es ninguna novedad. Desde Izquierda Unida se está tendiendo la mano a Podemos y desde el partido liderado por Pablo Iglesias se están “dejando querer” a sabiendas de que unidos son más fuertes que por separado, más aún con la última reforma de la ley electoral. El último barómetro del CIS en estimación de voto daba a ambas formaciones unidas un 23'5% de los votos, superando incluso al PSOE. Extrapolado a Castilla-La Mancha esos datos no serían tan altos, obteniendo entre ambos entre un 18 y un 20% de los votos.

Actualmente las encuestas y sondeos de cara a las elecciones autonómicas de dentro de 9 meses están tan ajustados que la diferencia puede radicar en pequeños detalles como que algunos partidos confluyan juntos o separados a las mismas. Hasta una diferencia de 4 escaños puede haber entre tomar una decisión u otra. Izquierda Unida conoce el tirón de Podemos, que crece exponencialmente en estimación de voto casi cada mes desde su creación, mientras que Podemos sabe que con Izquierda Unida tienen una base importante ya afianzada y que comparten muchos ideales. En definitiva, parecen condenados a entenderse por su bien mutuo.

Sin embargo es inevitable, a la hora de pensar en participar juntos, el pensar en cómo se organizarían ambas formaciones para hacerlo, y sobre todo, quien llevaría la voz cantante, principalmente ahora que ambos tienen argumentos para pensarlo.

Izquierda Unida: una base sólida instalada en prácticamente cada municipio.

El punto fuerte de IU seguramente es el débil de Podemos, que es el ya tener una base instaurada en todas partes, con candidatos claros en los municipios. Se podría decir que tienen el punto de partido político que Podemos aún no tiene o que necesitaría tener para las elecciones si quiere explotar todo lo que indican las encuestas.

La bajada del bipartidismo que ha hecho precisamente emerger a Podemos ha hecho renacer también a los de Cayo Lara, aunque a pesar de los buenos resultados en las elecciones europeas, donde fueron la tercera fuerza política, la llegada de Podemos es tan grande que hasta a ellos mismos ya les está perjudicando en el ámbito de pérdida de votantes. Mientras que Podemos multiplica sus estimaciones, IU ha perdido algunas décimas en los resultados, muestra de que no consiguen recoger el voto que dejan los grandes partidos. Se han plantado en un umbral de votantes y no consiguen crecer de ahí.

Pero cuentan con la experiencia que no tienen en Podemos, para bien y para mal. En Castilla-La Mancha ostentan la alcaldía de Añover de Tajo (Toledo) y en las europeas fueron el partido más votado en Madrigueras (Albacete). Concejalías y representación en grandes ayuntamientos de la región, una comitiva precisamente la regional muy joven y que entraría bien con las ideas de Podemos y que ya ha indicado numerosas veces que trabajará “con quien sea necesario” para proteger los derechos de los ciudadanos.

Podemos: un carro desbocado que multiplica los apoyos.

Está claro que Podemos es el partido revelación de la década en el país. Desde la UCD de Suárez nunca se había asistido a tal crecimiento de votos de un partido desde su creación. Sus asambleas concentran cada día más gente, en Castilla-La Mancha prácticamente inauguran una asamblea local por semana, y las encuestas les dan más de 70 concejales en toda la región para las elecciones locales, con representación en el 60% de ayuntamientos de Castilla-La Mancha. Y eso a pesar de que Castilla-La Mancha es una de las regiones donde menos tirón están teniendo.

Renunciar a un apoyo tan masivo es complicado, mucho más difícil decidir si es un acierto o un error. La decisión de Pablo Iglesias de no participar en todas las ciudades en las elecciones locales puede acabar siendo un acierto, pero a día de hoy parece claro que Podemos debe presentarse en todas partes que pueda, porque la estimación de votos le da concejales en casi todas partes. Sería como “renunciar” a tener representantes.

Y he ahí el problema. El proceso asambleario es de lo más democrático que se ha visto nunca pero el tiempo corre como una cuenta atrás para la formación. La elección de candidatos, la depuración de las listas, las tareas a decidir...un proceso democrático pero lento, muy lento. Tienen 9 meses para hacer de las asambleas una lista, con nombres y apellidos, y con ideas concretas que llevar a cabo en un ayuntamiento. O en la Junta de Comunidades. Y para eso hace falta un apoyo localidad a localidad que aún no ha echado raíces en la región. Se podría decir que las elecciones de 2015 les llegan demasiado pronto.

Por un lado tiene la durísima labor de arraigarse para conseguir recoger los frutos de las encuestas y por otro el hacer que la burbuja de votos y encuestas que están viviendo no explote de aquí a mayo, que el sprint final no se le haga demasiado largo tampoco.

Al final ambos partidos parecen como dos piezas de un puzzle destinadas a encajar una a otra, con las carencias de uno siendo los puntos fuertes del otro. Sin embargo, quedará por ver si dentro de 9 meses han conseguido crear un frente común anti-Cospedal o si las diferencias de cada uno han sido más importantes que los puntos en común.

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