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De ruta por 'El Provencio Subterráneo', el pueblo hueco

Tinaja en la cueva de la calle Don Félix Lorca de El Provencio (Cuenca)

Carmen Bachiller

En El Provencio, un municipio conquense de algo más de 2.500 habitantes, hace décadas que circulan entre sus habitantes una serie de relatos míticos e incluso esotéricos sobre el subsuelo del Casco urbano repleto de pasadizos subterráneos.

En este pueblo “hueco”, como dicen sus vecinos, se ha hablado siempre sobre la amplia red de túneles que lo recorren. Se ha llegado a decir que a través de ellos pasaban, sin problema, hombres a caballo o que servían para comunicar a todos los conventos propiciando ‘encuentros amororos’ entre religiosos. Pero todas estas galerías son en realidad cuevas, excavadas a dos o tres metros bajo la cota de la calle. Se cree que llegó a haber más de 300 pero se desconoce en qué siglo comenzaron a construirse.

La parte ‘olvidada’ de este municipio conquense y que ha pasado a formar parte de su oferta turística ha sido estudiada por Santiago David Domínguez-Solera y Míchel Muñoz García en un libro de reciente publicación y que corresponde a los trabajos arqueológicos y de investigación realizados entre 2016 y 2017.

No han podido acceder a todas las cuevas que llegaron a existir en El Provencio. Muchas fueron inutilizadas rellenándolas de tierra y agua. Otras fueron tapiadas, se derrumbaron (eran habituales las inundaciones debido a la presencia de aguas subterráneas) o no se puede acceder a ellas por expreso deseo de sus propietarios.

En una de ellas se han encontrado, entre los cantos rodados, herramientas de sílex, instrumentos que elaboraban los neandertales y que el equipo científico estudia en otras partes del pueblo. Las cuevas se empleaban sobre todo para conservar los alimentos y en algunos casos para producir vino, aunque lo habitual es que se hiciera en otras bodegas y caseríos en los alrededores del pueblo.

Se conoce incluso la disposición de cada producto en la cueva: las patatas en el suelo, el agua, el aceite y el vino en las tinajas laterales, los productos de la huerta, frutas y algunas piezas de carne adecuadas a estos espacios húmedos.

Las cuevas como refugio antiaéreo

Otro de los usos que se dio a las cuevas fue el de refugio antiaéreo. Según se cuenta en el libro, la provincia de Cuenca se mantuvo fiel a la II República en 1936 al comienzo de la Guerra Civil y así permaneció hasta casi el final de la contienda. No hubo batallas en la zona pero sí “mucha actividad bélica a nivel social y político y se produjeron múltiples ataques aéreos en Tarancón, Cuenca capital y en muchos otros pueblos a manos de la aviación franquista y de sus aliados de la Italia fascista y de la Alemania nazi”, se detalla.

Y es que, se buscaba ante todo destruir infraestructuras logísticas y bases militares que le resultasen útiles al enemigo. Se intentaba atacar a los convoys de combustible o al campo de aviación en San Clemente y “por una concatenación de desafortunadas acciones”, las bombas terminaron cayendo sobre la población civil de El Provencio, produciendo varios muertos y heridos.

Estas y otras muchas historias, han pasado a formar parte de la ruta turística ‘El Provencio Subterráneo’ durante esta Semana Santa. Algunas de las galerías estarán abiertas a las visitas durante el Jueves Santo y el Sábado Santo entre las 11 y las 13 horas. Las reservas pueden realizarse a través de la Oficina de Turismo de El Provencio en el teléfono o vía whatsapp en el número 637 51 78 69.

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