Aitana Mas, candidata de Compromís: “Tenemos que apostar por un Alicante que hable de tú a tú a Valencia”
“No soy lesbiana, ni pertenezco a ninguna minoría…”, con este encabezamiento comienza Aitana Mas (Crevillent, 1990) su spot de cara a las primarias de Compromís, donde compite entre otros con el conseller Rafa Climent por ser la número uno por Alicante. “Soy de las personas que necesitamos saber que los que están en las instituciones van a garantizar que ninguno se queda detrás”, añade en el vídeo.
En 2011 comenzó su andadura como concejal del Ayuntamiento de su localidad, gobernado ininterrumpidamente por el popular César Augusto Asencio hará ahora 24 años. Entonces ella tenía 21 y se convirtió en la política más joven de España en encabezar una lista para el Congreso de los Diputados, pero se quedó fuera. En 2015 pasó a desempeñar la dirección general de Transparencia y su diagnóstico es que “de manera silenciosa, tranquila y sin mirar al pasado, puede que hayamos tenido menos titulares que otras consellerias, pero hemos hecho el trabajo que teníamos que hacer”.
¿Por qué liderar ahora el proyecto?
Pertenezco a un partido, Iniciativa del Poble Valencià, y con la renuncia de Mireia Mollà a volver a presentarse hacía falta que alguien diera un paso adelante y en este caso se me brinda la oportunidad. Creo que es importante que haya autoliderazgo femenino en la circunscripción de Alicante. Pero no ha sido un paso fácil de dar porque la verdad es que trabajando en el gobierno del Botànic durante cuatro años también he vivido muchas otras experiencias; quizás, más bien la otra cara, la ejecutiva y no tanto la legislativa, pero ese mismo trabajo es el que me ha llevado a pensar que puedo aportar muchas cosas en las Corts Valencianes, sobre todo esa visión de trabajo interno del ejecutivo que tiene la posición de una dirección general, que al fin y al cabo es un cargo político pero mucho más técnico en el aspecto de relación con funcionarios, llevar a cabo políticas públicas concretas… Es un cargo no tanto institucional como puede ser el de un conseller o secretario autonómico. Al final se trata de trasladar la realidad interna del ejecutivo de la Generalitat, y también de conocer las políticas para poder legislar.
Si Mireia Mollà se hubiera presentado como número uno por Alicante, ¿también lo hubiera intentado por ese puesto?
Esa sería ya otra cuestión. Mi motivación viene evidentemente a partir de que Mireia no se quiere presentar. Yo no hubiese competido con ella de cabeza de lista porque ella es una persona a la que yo admiro como diputada y a la que le reconozco todo el trabajo que ha hecho, que ha sido mucho y además mucho tiempo ella sola. En ese caso hubiese optado a ir en el resto de la lista.
En su candidatura defiende que usted quiere ser “la voz del sur que continúa reclamando las inversiones que Alicante necesita”. ¿Cómo convencer al electorado y simpatizantes de Compromís de que la política valenciana ha estado mirando al sur si la sensación sigue siendo la contraria?
Compromís ha sido la fuerza que los valencianos y valencianas identifican como la única que se preocupa por los derechos de los alicantinos y lo hemos demostrado hace unas semanas en las negociaciones de los presupuestos del Estado. Y creo que tenemos que seguir en esa línea. Pero quizás también rompiendo con el tópico del Alicante llorón. Creo que tenemos que apostar por un Alicante que hable de tú a tú también a Valencia, que no somos el hermano pobre ni unos inquilinos, somos copropietarios de esta comunidad y tenemos que continuar haciendo ese tipo de políticas hacia Alicante, pero no como algo condescendiente, sino como una realidad. Alicante es una circunscripción que tiene un potencial económico muy importante dentro de la Comunidad y se tiene que trasladar a una normalidad absoluta.
¿Qué ejercicio de autocrítica hace de su paso por el Consell?
¿Una autocrítica? Tengo varias. Dentro de la gestión siempre hay errores y sobre todo cuando no se ha gobernado nunca. Una de las principales ha sido durante los dos primeros años esa falta de conocimiento de la administración autonómica que nos ha hecho evidentemente ir por momentos perdidos al no conocer toda la burocracia interna, los intríngulis del gobierno… Eso nos ha hecho tener retrasos, pero yo creo que con el tiempo hemos ido aprendiendo y en los dos últimos años ya los hemos adquirido, esos conocimientos. Otro de los errores que cometimos fue pensar que iba a ser más fácil de lo que ha sido. Sabíamos que la Generalitat estaba en muy mal estado y que la herencia iba a ser complicada, pero no nos lo creímos de verdad.
Teniendo en cuenta que su compañero Manuel Alcaraz no va a seguir en la política, ¿se ve ocupando la Conselleria de Transparencia en caso de retener el gobierno?
No, no creo. Alguien me ha hecho alguna vez la broma de que me tocaría a mí, pero el legado de Manuel es alto y para mi es una lástima que él no continúe. Considero que lo ha hecho muy bien, que ha conseguido dirigir una conselleria con temas delicados y que se ha creado expresamente con este gobierno y que crear con todas las dificultades que ya había, una conselleria expresamente para temas de transparencia no ha resultado fácil. Yo me voy a centrar en cubrir ese espacio que Mireia deja en las Cortes y que es esa cohesión con todo el grupo parlamentario, trasladar la capacidad de diálogo que con el Botànic ya hemos tenido en el gobierno y que pueda servir para la vida diaria del parlamentarismo.
Pero ni a PP ni a Ciudadanos les ha convencido de la utilidad de esa cartera. ¿Cree que al menos sí ha convencido a los suyos, a la izquierda valenciana?
Creo que ha habido plena confianza con la propuesta que tuvo Compromís en el inicio de la legislatura de tener una nueva conselleria. Y que además lo hemos demostrado estos cuatro años. Solo tienes que ver las referencias estatales de otras comunidades autónomas, que te dan la enhorabuena, te preguntan cómo has hecho las cosas que estás haciendo. Es quizás un reconocimiento más externo que interno, pero la realidad es que la conselleria ha conseguido marcar la normalidad democrática en un gobierno que necesitaba volver a dignificar la institución y cambiar la imagen de la Comunidad de cara a fuera.