Sala Russafa acoge la segunda propuesta de su 'Ciclo Compañías Nacionales', una programación que del 13 de noviembre al 13 de diciembre ofrece cuatro estrenos de destacadas compañías de distintos puntos de España que hasta ahora no han tenido oportunidad de mostrar su trabajo en Valencia.
Es el caso de la formación afincada en Vitoria Zanguango, que en 22 años ha llevado a las tablas 16 espectáculos propios, creados a partir de la improvisación y el trabajo en equipo. Una metodología de creación con la que han forjado un personalísimo estilo que apuesta por el teatro físico y huye de los artificios, apoyándose en el humor absurdo.
Del 20 al 22 de noviembre, Sala Russafa acoge el estreno en la Comunitat Valenciana de Cualquiera que nos viera, una divertidísima propuesta en la que encontramos a dos personajes atrapados en un gimnasio. Se están poniendo en forma, preparándose afanosamente para afrontar una futura oportunidad que les permita salir, reintegrarse en el engranaje social. Sin embargo, temen abandonar el gimnasio en el que se han atrincherado, huyendo de la realidad. Humor cargado de mensajes sutiles constituye esta deliciosa pieza que, al tiempo que invita al público a reflexionar, es capaz de arrancarle carcajadas.
Otra propuesta nacional ocupará el escenario de Sala Russafa esta semana, esta vez en la programación familiar. Se trata de Pulgarcito (21 y 22 de noviembre), Premio al Mejor Espectáculo infantil en el Festival de Almagro en 2014.
Vuelve al teatro de Ruzafa esta versión del cuento de Charles Perrault de la compañía vasca Teatro Paraíso, Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia 2012. Un espectáculo en el que dos actores recrean situaciones alejadas de la narración original, pero estrechamente ligadas con esta famosa historia del niño que es abandonado por sus padres en el bosque, al no poderle alimentar.
Situaciones absurdas, enredos y suspense en este nuevo acercamiento al clásico de la literatura infantil que combina miedo y humor. Un montaje para espectadores a partir de 6 años y con doble intencionalidad: por un lado, entretener a los pequeños y por otro, estimular la reflexión en los padres en torno al tema del abandono, creando ciertos paralelismos con la actualidad y evidenciando que hay muchas maneras de desentenderse de los pequeños.