Ni la lluvia ha podido minar el ánimo de los 10.361 espectadores que se han acercado al barrio de Ruzafa durante los diez días que ha durado el que ya se ha consolidado como festival de otoño de las artes escénicas. En total han sido un millar más el número de pases repartidos en esta edición respecto a la anterior.
Unos números que se podían prever teniendo en cuenta el incremento en la oferta de propuestas que Russafa Escénica albergaba en esta cuarta edición bajo el lema de “Lo prohibido”, con 30 estrenos absolutos repartidos en 23 Viveros, que en total han atraído a casi 7000 espectadores; 6 Bosques por los que han pasado alrededor de 3000 personas y el Invernadero, un taller de creación teatral puesto en marcha por alumnos de último curso de artes escénicas bajo la dirección de Gabi Ochoa que ha acercado a la Sala Ruzafa a medio millar de personas.
Las actividades paralelas propias del festival: visitas guiadas, diálogos entre música y pintura, representaciones en balcones, jornadas escénicas y charlas han conseguido colgar el cartel de completo en muchas ocasiones durante la semana y media que dura un festival que comenzó hace cuatro años con apenas siete propuestas y alrededor de 3000 espectadores.
Jerónimo Cornelles, director artístico del festival, no puede dejar de estar agradecido y destaca la colaboración e implicación de todo el barrio, además de agradecer especialmente “la labor de la asociación vecinal Plataforma per Russafa, la participación de un nuevo sponsor que se suma este año a los que ya estaban, cerveza Turia y el trabajo de la Junta municipal del barrio por facilitarnos los permisos para organizar conciertos en el marco del festival, algo histórico”.
Una consigna de todo el equipo es que Russafa Escènica es el festival de las personas, y ello lo demuestran cada una de las 300 que participaron este año para sacar adelante el festival, entre actores y actrices, profesionales de otras disciplinas artísticas, voluntarios y organizadores.
Todavía se desconocen los datos de la próxima edición de Russafa Escènica, la que sería la quinta, pero como afirma Cornelles, la clave para seguir trabajando es recordar que “los proyectos pueden ser más o menos viables y más o menos exitosos, pero segurísimo que como ser humano te darán una felicidad que ninguna otra cosa similar pueda aportarte”.