¿Ha cumplido la democracia las expectativas de las mujeres?
La pregunta la lanzaba Carmen Montón, consellera de Sanidad y responsable de igualdad del PSOE. “¿Ha cumplido la democracia las expectativas de las mujeres?”, planteaba la consellera al público y a sus compañeras de debate.
La casa de la cultura de Alzira, en la celebración de los premios de la editorial Bromera, reunió este martes a cinco mujeres de primera línea de la política para una reflexión colectiva sobre qué significa ser mujer en el siglo XXI en este campo predominantemente masculino. Éstas eran, además de la líder socialista, Mónica Oltra, vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad, que elaboró un discurso previo a la mesa; Maria Josep Amigó, vicepresidenta de la Diputación de Valencia, Maria José Catalá, exconsellera de Educación y diputada autonómica y Ángela Ballester, diputada en el Congreso, que participó enviando un vídeo desde el parlamento.
“Conseguimos el derecho a voto, pero nos encontramos con la brecha salarial, una representación política desigual, la violencia de género, el cuestionamiento de los derechos sexuales y reproductivos...” continuaba preguntando la consellera, enumerando una larga lista de lacras hacia el público. Las participantes -y los miembros del público, también los varones- llegaron en sus reflexiones a una serie de máximas, siguiendo todas un eje claro: hay que hacer una apuesta feminista en la sociedad. “Feminista, que no femenina”, matizó Montón.
Cinco representantes de cinco formaciones políticas diferentes -Compromís, Bloc, PSPV-PSOE, PP y Podemos- y corrientes ideológicas que se reunían para debatir sobre el papel de la mujer en la política del siglo XXI sacaron diversas conclusiones, si no idénticas, con un trasfondo común: “los pasos que dé la sociedad no pueden ser en base a la buena voluntad”, “necesitamos hombres feministas”, “la lucha debemos llevarla todos”, y el machismo “se revierte desde la educación”, enunciaron las representantes.
Sacaron diversas conclusiones similares, pero hubo dos puntos de disentimiento presente durante el debate: ¿La lucha feminista debe ser patrimonio de los partidos políticos? Para las representantes de las formaciones más a la izquierda, sí. “El feminismo si habla de algo es de política. Los partidos firmamos un contrato con los ciudadanos en forma de programa electoral, que refleja nuestras intenciones” esgrimía la responsable de igualdad del PSPV. Por contra, para la dirigente popular, es una cuestión que hay que sacar de los partidos. “La gente está harta de guerra política”, argumentaba Catalá.
El segundo eje de discordia lo protagonizaron las llamadas cuotas de paridad. También llamadas cuotas de género, se trata de un aspecto introducido en España por la ley de Igualdad de 2007, que vela por la representación equitativa de hombres y mujeres, en este caso en los cargos políticos y públicos. De nuevo, dos posiciones distintas en izquierda y derecha. Oltra introdujo este aspecto en su discurso inicial -ya que luego no participó de la mesa de debate-, alabando esta medida. “La igualdad no llega sola, hay que luchar por ella”, explicaba la vicepresidenta al respecto, mientras que la representante de Podemos la calificaba de “fundamental”, camino que siguieron las dirigentes del Bloc y PSPV.
La diputada popular, por su parte, trató de explicar una visión negativa que algunos sectores tienen de las cuotas, similar a una “obligación”. “Yo no quiero ser una obligación. Quiero que me valoren por mi misma, no por ser mujer”, argumentaba Catalá. Ante este argumento, Montón y Amigó, que esgrimieron teorías similares durante el debate, respondieron que las cuotas de paridad no tratan de hacer una discriminación positiva, sino “eliminar la corrección machista” que tienen las listas per se.
“Hay unos techos invisibles que nos impiden crecer”
La vicepresidenta del Consell, por problemas de agenda, no puedo presenciar todo el debate en Alzira, así que realizó su aportación en forma de discurso introductorio. Oltra puso sobre el atril algunos de los prejuicios y estereotipos a los que todavía hoy se enfrentan las mujeres, a diferencia de los hombres, que no son cuestionados por los mismos motivos.
Habló sobre el progreso en la defensa de los derechos, pero también sobre sus límites. Los llamó techos invisibles y techos de cristal; barreras que no se ven, pero que frenan. Muchas veces autobarreras, otras tantas prejuicios. “Queremos romper esas barreras y llegar a la cima, pero no para conquistarla, sino para hacerla accesible a todo el mundo”. Para Oltra ese es el sentido de feminizar la política y la sociedad: conseguir, a base de ganar espacio para las mujeres, que “todos los espacios sean accesibles para todas las personas”.
Insistió en la importancia del lenguaje como construcción de la realidad y en el uso que hacen los medios de comunicación del mismo. “A las mujeres se nos tiene que adjetivar porque somos invisibles -relataba refiriéndose al deporte femenino-, pero lo de los hombres es lo normal”. Hasta en las listas paritarias, criticaba la vicepresidenta. “Ellos tienen nombre, no hay problema en encontrarlos, pero a ellas... a ellas hay que buscarlas, aunque estemos allí”.
“Creadoras de futuro” es el nombre del primer ciclo de conferencias que se inauguraba este martes. Las representantes quisieron darle un toque de optimismo, dentro de la crítica, alabando los avances que se habían realizado desde las primeras feministas hasta ahora, recordando figuras como Clara Campoamor o la recién galardonada Alejandra Soler. Recorrieron las representantes el camino andado, pero recordaron: “hay todavía unos techos invisibles que nos impiden crecer”.