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Pere Fuset: “La investigación de un cargo no puede ser la línea roja para dimitir”

El concejal de Compromís, Pere Fuset.

Carlos Navarro Castelló

13 de diciembre de 2022 22:47 h

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El concejal de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, ha sido absuelto de la causa abierta por el accidente laboral en el montaje de las gradas para los conciertos de Viveros de 2017, en el que falleció un trabajador. Tras un largo proceso judicial en el que han intervenido hasta tres jueces y casi tres años después de dejar sus responsabilidades como concejal de Cultura Festiva y presidente de Junta Central Fallera al dictarse su procesamiento, el edil está libre de causas judiciales y encara su futuro político con optimismo. De momento, como comentó este martes el alcalde de València, Joan Ribó, se abordará la restitución de sus competencias de forma dialogada con el actual responsable, Carlos Galiana.

Anteponiendo que los principales afectados esta desgracia son los familiares de la persona fallecida, ¿cómo se encuentra después de su absolución tras más de tres años de procedimiento judicial desde que fue imputado?

La verdad que lo he vivido como una película, es como cuando salen los créditos y aún no has acabado de entenderla pero sabes que ya ha terminado. Ha sido una situación surrealista y ahora por lo que respecta a mí estoy en paz.

¿Situación surrealista por qué?

Ha sido surrealista todo el proceso. En la instrucción un juez que apenas llevaba un mes ante el que nunca había declarado decidió procesarme contra el criterio de la Fiscalía que desde el minuto 1 pedía mi absolución en base a una sanción al Ayuntamiento de la inspección de Trabajo que la propia inspección dijo que no tenía ninguna relación con el accidente.

Recuérdenos, ¿cuál fue el motivo de aquella sanción?

Fue por un tema administrativo sobre si aquello que contrataba el Ayuntamiento, es decir, el escenario de los conciertos y las infraestructuras auxiliares donde no estaban incluidas las gradas, debía ser considerado como una obra o un servicio. El Ayuntamiento lo consideró como un servicio y la inspección consideraba que era una obra. Aquella sanción no la pudimos recurrir porque llegó en agosto y se quedó en una mesa hasta que pasó el verano, por lo que se pasó el plazo para alegar. En definitiva, este tercer juez decidió procesarme apoyado en esta sanción.

¿Tercer Juez?

Sí, hubo uno de refuerzo, el titular y el tercero ante el que nunca declaré y que nunca llamó a ningún técnico para corroborar la veracidad de mi versión y que decidió cerrar el caso con mi procesamiento. Pero el surrealismo sigue. Como digo la Fiscalía desde el minuto uno consideró que no debía estar ni siquiera investigado puesto que no era el promotor del graderío. Como finalmente después hubo otra causa paralela quedó acreditado que ciertamente no tuve intervención en la colocación de las mismas y que se apreciaba la legalidad de la autorización para la instalación de las gradas se decretó el sobreseimiento libre. Es decir, desde hace dos años tengo acreditado que todo se hizo dentro de la legalidad y no había opción de aportarlo hasta el lunes en el día del juicio. Para alguien como yo que no está acostumbrado al derecho es algo ciertamente surrealista.

¿Cree que hay alguna motivación política detrás de todas estas circunstancias?

Llegados este punto prefiero no contestar. Lo que sí que creo es que la aspiración de la familia es legítima y celebro que se haya hecho justicia de conformidad por todas las partes con una sentencia firme que condena a unos tal y como pedía la fiscalía y me absuelve a mí tal y como pedía la fiscalía.

Hay quien dice que es un acuerdo entre las aseguradores y no una absolución, ¿qué le parece?

Es realmente asqueroso que haya quien confunda lo que es una responsabilidad civil subsidiaria a la que los seguros de las partes puedan hacer frente con las responsabilidades penales. Está negro sobre blanco en el auto de sobreseimiento de hace dos años como en una sentencia firme que me absuelve de manera clara y condena a los responsables de ese accidente.

¿Recuerda el momento del accidente, cómo lo vivió?

Pues también fue surrealista porque no hubo comunicación oficial hasta días después. Lo recuerdo con máximo dolor y con rabia. Esta obra estaba promovida por terceros y el Ayuntamiento se limitó a autorizarla. Cuando tuvimos conocimiento ya oficialmente de lo que había pasado lo primero fue ponernos a disposición de la familia para lo que pudiera necesitar, pero nunca pensamos que esto podía convertirse en lo que ha sido. Pero lo primero mostrar la solidaridad a quien realmente era la víctima de este trágico suceso. En estos cinco han pasado muchas cosas pero nada les va a devolver la ausencia trágica de Vasile, un padre y un hermano y por fin hay una sentencia con condenados y algún absuelto que espero que les devuelva cierta paz.

¿Cree que dejar la concejalía de Cultura Festiva y en cierto modo la primera línea política después de su procesamiento fue una decisión acertada?

Fue sobre todo la que me dictaba mi conciencia y creo fue útil y necesaria. En aquel momento estaba procesado y con dos o tres imputaciones. Hoy en día está todo archivado, pero en aquel momento mi conciencia me decía que tenía que dar un paso a un lado. Pero también tener la valentía y resiliencia para saber que esto, como decía la aquella falla municipal, también pasará.

¿Qué opina del debate sobre las líneas rojas por las que un cargo público debe dimitir?; ¿empatiza con otros compañeros que han estado también mucho tiempo imputados, aunque por otras causas?

Yo empatizo con los que tienen que hacer frente a una justicia que no es especialmente rápida. Y a juicios mediáticos paralelos. No voy a empatizar con quien claramente ha participado con condena o no de hacer política poco ética o directamente corrupta. Y tampoco empatizo con quien ha utilizado la justicia para hacer lawfare (guerra sucia en los tribunales) y emprender una guerra judicial con la que ensuciarte. Ha sido mi caso con ocho o nueve denuncias de cierto asesor del Partido Popular. Pero ciertamente creo que por ese mismo motivo la investigación no puede ser la línea roja, porque que estés investigado hoy en día en política es lo más fácil, basta con que alguien vaya y ponga una denuncia.

Desde su partido sí que han sido exigentes con cargos investigados de otras formaciones.

Yo en primera persona nunca y creo que hay multitud de declaraciones de dirigentes de mi partido que marcan claramente que la investigación no debe ser la línea roja, debe haber otros hechos y habría que ir caso por caso para analizarlo. No es lo mismo el que haya una grabación telefónica que diga que estás haciendo algo para enriquecerte o que estés confesando un posible delito con otras situaciones.

El alcalde, Joan Ribó, ya ha dicho que van a hablar con Carlos Galiana para abordar su restitución como concejal de Cultura Festiva, ¿usted lo da ya por hecho?

Sí, he escuchado las palabras del alcalde y estoy completamente de acuerdo, creo que debe ser una decisión colectiva, hablada, sobre todo amable y buena para los intereses de la ciudad. Por lo tanto vamos a hablarlo, aún no hemos tenido la oportunidad de encontrarnos y hablarlo, y estoy convencido de que será una buena decisión.

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