Toni Cantó y la tormenta de Ciudadanos
Las próximas semanas serán para Ciudadanos una batalla entre familias al estilo de los partidos de la “vieja política”. Con los principales dirigentes abandonando el barco se abre un periodo prebélico en la formación naranja hasta la elección del nuevo presidente. Presidenta, más bien.
Este sábado tiene lugar una reunión del Consejo General del partido en la que se constituirá una gestora de entre 10 y 15 miembros que deberá conducir a la formación hasta la mencionada asamblea. Los terremotos políticos siempre tienen réplicas y en este caso se darán prácticamente a la par. El portavoz parlamentario valenciano y secretario de Comunicación, Toni Cantó, ha ido anunciando su intención de hacer una reforma orgánica integral del partido de la forma más clara posible: “Yo quiero cambios en el partido”, avisa.
Desde el batacazo electoral del 10N han ido abandonando la dirección su líder, Albert Rivera, su exportavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta; el secretario general José Manuel Villegas, el secretario de comunicación, Fernando de Páramo, y el secretario de Organización, Fran Hervías. Con la Ejecutiva del partido huérfana, el Consejo General de este sábado se prevé, cuanto menos, largo. Todos los dirigentes autonómicos parecen acudir a plantear cuestiones que llevaban tiempo en el cajón y Cantó, con gran relevancia nacional, será uno de los que hable más fuerte.
Los afines al portavoz parlamentario llevan meses esperando un congreso autonómico que adecue la estructura del partido a los nuevos liderazgos. El esqueleto orgánico de Ciudadanos es harto complejo; es un partido profundamente jerarquizado y que separa la estructura político-institucional de la de partido. Así, como ocurre en el caso valenciano, si el secretario de Organización está enfrentado al portavoz parlamentario, éste último tiene menos margen de decisión.
Toni Cantó regresó a Valencia en enero para ser candidato a la Generalitat y tiene casi el doble de diputados en las Corts Valencianes que el grupo en el Congreso. Su discurso consiguió que la formación ascendiera de 13 a 18 diputados, mientras que en la cámara baja se han quedado en 10. Y en la ciudad de Valencia, de la que responde Fernando Giner, portavoz autonómico, se quedaron con los mismos concejales. Sin embargo, a nivel orgánico, el papel de Cantó es menor. Y lo piensa reclamar.
Los resultados de las sucesivas elecciones dan alas a Cantó para liderar la formación. De cara a la galería ya lo hace. Es a quien preguntan los medios de comunicación y quien organiza las convocatorias para explicar las líneas del partido o cualquiera de sus iniciativas. Cantó ironizaba el pasado lunes sobre esto; “¿Quién es el portavoz autonómico?”, planteaba cuando le preguntaban por Fernando Giner.
Cuando Cantó dice que quiere cambios en el partido no señala directamente a nadie, aunque por la forma de organizarse en Ciudadanos es fácil saber por dónde va el tiro. La familia política contra la que compite Cantó es la de Emilio Argüeso, secretario de Organización valenciano, que fue apartado del grupo parlamentario a la vez que el responsable provincial, Juan Córdoba.
Argüeso, exzaplanista en el PP, salió de las listas por un conflicto con las cuentas del partido, a las que sólo él y Villegas tenían acceso. Córdoba, hombre de confianza de Argüeso, fue apartado por la misma cuestión. La salida de ambos se vendió mediáticamente como una dedicación exclusiva a las tareas del partido. Más tarde, Argüeso fue nombrado senador territorial y Córdoba diputado provincial.
En otro frente se encuentra la guerra por el control del partido en las provincias de Castellón y Alicante, un relevo que tendrá que esperar al cónclave nacional y autonómico. En el objetivo de Cantó está Sandra Julià, diputada en el Congreso durante la breve legislatura del 28A por Castellón, a la que se le reprocha la participación en la maniobra de Félix del Pozo, coordinador de la agrupación local, para encumbrar a Alejandro Marín-Buck como alcaldable en las municipales para Castelló. El elegido por los de Cantó era Jesús Merino –hermano de la diputada autonómica Ruth Merino-, que fue defenestrado por la agrupación local.
El problema del portavoz en las Corts Valencianes es que sus principales apoyos, Fernando de Páramo y José Manuel Villegas, han abandonado sus cargos. El mismo con el que se encuentra Argüeso, huérfano sin Fran Hervías en la dirección. Las navajas comienzan a afilarse.