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“El mundo al revés”: una valenciana logra que el tren de cercanías llegue a su hora y recibe una multa de 800 euros

Los viajeros rodean en la Estació del Nord de València a los agentes cuando intentaban identificar y retener a la usuaria que inició la protesta por los retrasos.

Lucas Marco

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La usuaria de Renfe que consiguió, mediante protestas por los retrasos sistemáticos, que su tren de cercanías llegue con puntualidad a la Estación del Norte de València, se ha llevado una multa de 800 euros por una infracción tipificada como grave por la llamada ley mordaza. A. S., la mujer sancionada, cree que es “el mundo al revés” y anuncia que recurrirá la sanción. La usuaria sufrió durante prácticamente todo el año 2019 retrasos diarios de 15, 25 o incluso 30 minutos en los trenes de cercanías que usa cada mañana a primera hora para desplazarse a su lugar de trabajo. Tras los primeros retrasos preguntó en la oficina de atención al cliente sin obtener respuesta, asegura, y puso reclamaciones por escrito. “Tengo derecho a un servicio público digno y correcto, es lamentable llegar tarde al trabajo”, dice por teléfono a este diario.

A la mujer se le ocurrió ir cada día a la estación con la tapa de una cacerola y una cuchara: “Dejaba unos minutos de cortesía y, si no había aparecido el tren, me ponía a hacer ruido”. Así estuvo prácticamente todo el año 2019, protestando en “auténtica soledad”. Para hacer más ruido, A. S. optó por usar las columnas metálicas de la estación en vez de la cacerola. El 24 de enero del 2020, otro joven se unió a la protesta y apareció una patrulla de policía de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana.

Aquella mañana, el tren de cercanías llevaba un retraso de 25 minutos, según indica el tuit de Renfe que advertía de la recurrente incidencia. “Hacer ruido aún no es delito en este país y no puede estar sancionado administrativamente”, señala la mujer multada. “La ira es doble: tener que soportar un retraso injustificado y que se presenten cuatro policías nacionales”, apostilla. A. S. le dijo al agente que podían continuar hablando mientras ella protestaba. “Me pide la identificación y me parece triplemente humillante”, asegura la usuaria de Renfe, que asegura que tardó diez minutos en identificarse. “Por eso se me sanciona con 800 euros”, critica.

Tal como recoge el video grabado por uno de los pasajeros que también esperaba en el andén debido al retraso del tren, el resto de usuarios protestaron ante la intención de los agentes de identificar a A. S. La mujer lamenta que “para el Estado esto sea grave y que no lo sea que los ciudadanos sufran un servicio nefasto de la Administración pública”. “No se nos compensa como a los usuarios del AVE, hemos seguido pagando el billete íntegro y es intolerable”, añade.

En la notificación de la sanción tramitada por la Delegación del Gobierno, se acusa a la mujer de “dificultar a los agentes su identificación golpeando repetidamente con objetos metálicos a escasos centímetros de la cara” de los policías y de “alterar el orden público golpeando el mobiliario” de la Estación del Norte. Además, según los agentes, la mujer les dijo, en “actitud chulesca y desafiante”, frases como: “No voy a parar de hacer esto porque me lo digáis vosotros”; “me niego a dejaros mi DNI” o “si me hacéis perder el tren, os acordaréis”.

Ante la intención de identificar a la mujer e incluso de llevarla a las dependencias policiales en la estación, otros viajeros que también protestaban por el retraso del tren se ofrecieron a ser identificados. Finalmente, A. S. pudo subir al tren. Las protestas iniciadas por esta usuaria a consecuencia de los retrasos propiciaron que desde hace meses los trenes lleguen con puntualidad, al menos en la línea que usa cada mañana. Desde que se reincorporó al trabajo tras los meses de confinamiento por la COVID-19, y en contraste con los retrasos sistemáticos contra los que protestaba, su tren solo ha salido tarde un día.

Compromís pregunta al Gobierno por la multa

El senador de Compromís Carles Mulet ha pedido que sea el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luís Ábalos, quien abone la multa de 800 euros. Mulet lamenta que “le llegue antes una sanción que unas disculpas o explicaciones” y pide que se anule la sanción o que compense de alguna manera a esta usuaria.

La multa es “indecente e injusta”, señala Mulet, quien reprocha que “le llegue antes una sanción que unas disculpas o explicaciones”. “El Gobierno tiene un grado importante de responsabilidad política ante el mal funcionamiento del servicio y desespero de los usuarios, ya que lejos de mejorar el servicio como sería esperable lo ha empeorado durante la pandemia”, critica el senador de Compromís.

La plataforma Indignats amb Renfe también ha mostrado su apoyo y solidaridad con A. S. “Esta es la respuesta de Renfe y de las instituciones ante las continuas quejas de la ciudadanía, utilizar la conocida como ley mordaza para atemorizar a todas las personas indignadas por un servicio totalmente indecente”, señala la plataforma de afectados por los retrasos de Renfe en un comunicado. Indignats amb Renfe pide que se sancione a la empresa por sus incumplimientos con “el contrato-programa con el Estado, la accesibilidad a los trenes, la distancia social, el cumplimiento de la agenda 2030 o el incumplimiento sistemático de horarios frecuencias”.

Los trenes de cercanías de Renfe en Valencia, tal como informó este diario, perdieron 11 millones de usuarios en una década por el mal servicio, los retrasos y las cancelaciones, según los datos de las memorias anuales de actividades de Renfe Viajeros recogidos por la Associació Valenciana pel Transport Públic (AVPTP).

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