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Las Cercanías de Renfe en Valencia pierden 11 millones de usuarios en una década por el mal servicio, los retrasos y las cancelaciones

Número de viajeros (en millones) de las Cercanías valencianas. FUENTE: memorias anuales de actividades de Renfe Viajeros.

Miguel Giménez

Valencia —

Las Cercanías valencianas han pasado de 25,4 millones de viajeros registrados en 2006 a los 15,5 millones de pasajes de 2018. Esta caída se ha visto ligeramente amortiguada en los dos últimos años, ya que llegó a ser de cerca del 42% en 2006, 14,7 millones de pasajes -cerca de once millones de usuarios menos en una década-, tal y como se refleja en los datos de las memorias anuales de actividades de Renfe Viajeros recogidas por la Associació Valenciana pel Transport Públic (AVPTP).

Según la plataforma ciudadana, las razones de este considerable descenso son la “caída en picado” de la calidad del servicio y la “mala gestión”, con unas obras cuya justificación “más tiene que ver con el marketing político que con una necesidad real de la sociedad”, explican en redes sociales.

Entre las causas directas de esta pérdida de viajeros, la asociación destaca varios aspectos.

El primero de ellos es la impuntualidad: “La misma Renfe reconoce que la puntualidad ha empeorado en los últimos años”. De este modo, recalcan que el núcleo de Valencia es “el más afectado de toda España, con un 11% de impuntualidad”. Como referencia, indican que en Madrid el porcentaje es del 4% y la mejor de España, Málaga, no llega al 2%: “En estas cifras cuenta igual un tren que lleva 5 minutos de retraso que otro que lleva 30, caso que es bastante habitual”.

Otra de las razones que esgrimen es el tiempo de viaje: “Renfe ha incrementado los tiempos de viaje para tener más margen, ya que no podían cumplir los horarios”. Ponen como ejemplo un Cercanías entre Castellón y Valencia, “parando en todas las estaciones podía tardar entre una hora y siete minutos y una hora y doce minutos en 2004. En 2018, ese mismo tren tarda en hacer el mismo recorrido entre una hora y 21 minutos y una hora y 32 minutos, entre 14 y 20 minutos más de viaje”. Como referencia, subrayan que el mismo trayecto en coche cuesta una hora, lo que supone un ahorro de tiempo que puede llegar a ser de más de media hora.

Cancelaciones

También se refieren a las cancelaciones. “Renfe cancela servicios cada día por diferentes razones: falta de personal, de material (trenes) o incidencias técnicas, además sin tomarse la molestia de informar a los viajeros”, denuncian. En este sentido, insisten en que el núcleo de Valencia es “el más afectado de toda España” por las cancelaciones“, pasando del 0,1 en 2013 al 4,5 de 2018, ”ninguna de las otras redes llega al 1% de trenes suprimidos“, siendo Madrid la siguiente más afectada con el 0,6% de convoyes cancelados. ”Sólo hay que echar un vistazo para ver que prácticamente cada día hay cancelaciones“, lamentan.

La plataforma también critica la falta de información a los usuarios de las incidencias o modificaciones del servicio, “que son diarias. De hecho, es habitual encontrar a viajeros en las estaciones esperando un tren que ha sido cancelado”.

La Associació Valenciana pel Transport Públic llama la atención sobre el hecho de que los ingresos “se han mantenido” pese a la caída de la calidad del servicio y del número de viajeros debido a que los precios han aumentado. Así, el billete sencillo cuesta en 2019 un 50% más que en 2008, pese que la inflación en este período “ha sido únicamente del 14,28%”.

La AVPTP censura que el servicio de Cercanías de Renfe no esté integrado con otros sistemas de transporte público a través de transbordos, lo que, a su juicio, dificulta los desplazamientos cuando “lo más habitual es combinar diversos medios de transporte”. Aunque recuerdan que recientemente la Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia firmó un acuerdo con Renfe para poder cargar sus títulos en soportes móviles, “hasta que no se llegue a una integración tarifaria real, el problema seguirá existiendo”.

Mala gestión de base

Todas estas cuestiones, sostienen desde la plataforma, es consecuencia de factores como: “La mala gestión de base, que es una cuestión política; la falta de recursos humanos y materiales; la recesión económica entre 2008 y 2012; y las obras para llevar el AVE a diversas ciudades a costa de los Cercanías”. No obstante, no cuestionan las obras, “que son necesarias para poder tener un Corredor Mediterráneo competitivo y a la altura de las necesidades”, sino la forma de ejecutarlas. “En cualquier caso, consideramos que no se están dedicando los recursos necesarios para el Corredor”, mantienen.

Sí que cuestionan la necesidad de hacer llegar el AVE a Castellón, que califican de “movimiento de puro marketing político”. “No se trata de un servicio de alta velocidad porque la infraestructura no lo permite y la ciudad ya disponía de servicios equivalentes de larga distancia previamente”, insisten desde la AVPTP, que opinan que para lo que ha servido es para “empeorar el servicio de Cercanías y encarecer los trayectos de larga distancia”.

Por todo ello, consideran que el Gobierno central debería dedicar los recursos necesarios para que los Cercanías valencianos, “un servicio público esencial”, lleguen a un nivel de dignidad y calidad “que ahora no tienen”. “Eso garantizará los derechos de los ciudadanos y hará, indudablemente, que los viajeros aumenten”, concluyen.

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