¿Las vacas con nombre dan más leche?

Un estudio de la Universidad de Newcastle asegura que poner nombre a las vacas aumenta la producción de leche.

Cristina Castañer

Cuando José Manuel Vázquez consiguió hace 20 años la primera certificación para producir leche ecológica en España, no sabía que su granja en O Burgo de Negral (Lugo) iba a ser referencia para las ganaderías que deciden optar por la sostenibilidad y el respeto al equilibrio de la naturaleza. Ganaderías donde puede que a las vacas les pongan nombre, pero donde es seguro que las vacas pasten al aire libre los 365 días del año o que la alimentación se exclusivamente natural garantizan su salud y bienestar.

A raíz de la investigación realizada por la Facultad de Agricultura, Alimentación y Desarrollo Rural de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), que afirma que una vaca da hasta más de 235 litros de leche al año si se le trata de manera personalizada y no en grupo, José Manuel responde en una carta dirigida a la doctora Catherine Douglas, autora del  estudio: “Tomo nota y voy a pensar en nombres para mis 117 vacas, aunque para mí lo importante no es solo producir más leche, sino hacerlo de manera más sostenible”.

Su granja es la protagonista del vídeo con el que el Grupo Lactalis le rinde homenaje para celebrar dos décadas de producción de leche ecológica en España, la única que garantiza un compromiso efectivo con la sostenibilidad del medioambiente y del ganadero.

No te confundas, solo existe una leche 100% ecológica

El aumento de la conciencia ecológica por parte del consumidor ha traído consigo la irrupción en el mercado de diversas propuestas de leches que supuestamente respetan el medio ambiente y garantizan el bienestar del animal. ‘Leche de pastoreo’ ‘Leche de bienestar animal’ o ‘Leche eco’ son algunas de las certificaciones que pueden leerse en los diversos envases. Sin embargo, no todas estas denominaciones son iguales, ni ofrecen las mismas garantías.

La leche ecológica es la opción más completa, saludable y sostenible para todos y para diferenciarla de la “leche de pastoreo” y de las leches clásicas que reivindican el “bienestar animal”, simplemente hay que buscar la etiqueta de certificación ecológica europea que aparece como una hoja estrellada. Es el sello que identifica a la leche ecológica como la única con regulación oficial superior, la que informa a los consumidores de su origen y calidad de acuerdo con los requisitos establecidos en el Reglamento de Agricultura Ecológica de la UE.

La etiqueta leche ecológica es la única que puede certificar que los animales tienen unas condiciones de vida homologadas por la Unión Europea y lo hace implementando en las granjas medidas como estas:

  • Alimentación del ganado 100% natural: las vacas siempre comen pastos, forrajes y piensos de producción ecológica y libres de organismos genéticamente modificados. Así los ganaderos pueden controlar todo el proceso de producción de la leche.
  • Límite máximo de 2 vacas por hectárea: lo que asegura un espacio amplio para el pasto. Si tenemos en cuenta que una vaca come más de 80 kilos de hierba fresca al día, entenderemos cómo la agricultura ecológica mejora la fertilidad del suelo y favorece la biodiversidad.
  • Pastoreo en libertad los 365 días al año: siempre en función de las condiciones climatológicas. Para los tratamientos de suelo se deben respetar la fertilidad natural, y solo se permite el uso de un número limitado de productos fitofarmacéuticos autorizados por el reglamento. Sin plaguicidas, herbicidas ni insecticidas químicos.
  • Prohibición de los tratamientos veterinarios con antibióticos, y el uso de hormonas para estimular la producción: para abordar ciertas enfermedades se prioriza el uso de tratamientos alternativos para estimular las defensas naturales. La producción ecológica repercute en una mejor salud del animal y una mejor respuesta ante posibles infecciones.
  • Establos ecológicos diseñados para el bienestar animal: aunque suelen estar vacíos porque las vacas están en los prados, los establos tienen espacio suficiente para cada una de las vacas, que duermen cada noche en el mismo lugar. Tienen un mínimo de 6 m2 y un techo las protege de la lluvia, permitiendo la entrada de la luz del sol y del aire.
  • Prioridad a las variedades de animales autóctonos: la producción ecológica fortalece como opción la utilización de razas de las diferentes regiones.
  • Solo se ordeña a las vacas dos veces al día y durante un máximo de 15 minutos: lo que significa que se espera el doble de tiempo para utilizar su leche. La leche ecológica está separada en todo momento de la leche convencional tradicional (tanto durante la recogida y transporte como en la fábrica).

Las leches de “pastoreo” y “bienestar animal” siguen la normativa vigente para todos los fabricantes de leche y han introducido certificaciones privadas para acreditar y publicitar estas prácticas, pero las únicas que de manera oficial pueden acreditarlas son granjas como la de José Manuel Vázquez en Galicia, donde la producción ecológica garantiza que las vacas disfrutan de los más altos estándares de cuidado integral del animal, a través de una producción más natural y no forzada. Esto incluye también que los ganaderos deben utilizar técnicas de manejo para evitar el estrés de los animales, aunque, como asegura José Manuel en el vídeo del 20 aniversario de Lactalis: “Aquí cada vaca tiene mucho más que un nombre, son de la familia”.

Leche de pastoreo vs. de bienestar animal vs. ecológica

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