Ni de cereza ni de sandía: este gazpacho se hace con una fruta veraniega, está muy rico y es saludable
Durante los meses de verano, los platos fríos se consolidan como una alternativa habitual para quienes buscan combinaciones de sabor y frescura que permitan sobrellevar las altas temperaturas. Entre ellos, el gazpacho ha sido tradicionalmente identificado con el tomate, aunque en los últimos años se ha diversificado para incluir versiones elaboradas con frutas y hortalizas de temporada. Este tipo de preparaciones no solo amplía el abanico de sabores, sino que ofrece opciones que integran beneficios nutricionales adicionales.
Una de las versiones más representativas es el gazpacho de melón, que combina la suavidad y dulzura de esta fruta con ingredientes típicos del gazpacho clásico, como el pepino, el pimiento verde y la cebolleta. La incorporación del melón permite mantener la frescura característica de estas sopas frías y añade un nivel de hidratación natural que resulta adecuado en días de calor intenso. A diferencia de otros gazpachos frutales, su sabor no es excesivamente dulce, manteniendo un equilibrio que puede ser apreciado por un amplio espectro de comensales.
El gazpacho de melón se distingue por su facilidad de preparación y versatilidad. Puede servirse como primer plato, acompañamiento o incluso como bebida ligera durante comidas informales. Su popularidad se ha incrementado gracias a la posibilidad de adaptar la receta a diferentes necesidades dietéticas, incluyendo opciones sin gluten, veganas o bajas en calorías. De esta forma, se ha convertido en una alternativa que combina tradición e innovación dentro de la gastronomía española de verano.
Ingredientes para el gazpacho de melón
Para elaborar esta receta se necesitan los siguientes productos: 500 g de melón, limpio de piel y de pepitas; 50 g de pimiento verde italiano; 50 g de pepino; un diente de ajo; 40 g de aceite de oliva; 15 g de vinagre; una cucharadita pequeña de sal; y dos lonchas finas de jamón serrano para la decoración.
Cada uno de estos ingredientes aporta características específicas a la preparación. El melón proporciona dulzor y jugosidad; el pimiento y el pepino añaden frescor y un toque vegetal; el ajo y el vinagre incorporan matices de sabor; el aceite de oliva actúa como emulsionante y aporta suavidad; la sal realza todos los sabores; y el jamón serrano, utilizado como guarnición, introduce un contraste salado que complementa la mezcla.
Elaboración de la receta
Para preparar el gazpacho de melón, primero se procede a limpiar y cortar las frutas y verduras. Se toman 500 g de melón, se retira la piel y las pepitas, y se corta en trozos regulares para facilitar el triturado. Asimismo, se preparan 50 g de pimiento verde italiano y 50 g de pepino, al que se le retira parcialmente la piel para mantener parte de su textura natural. Un diente de ajo se corta por la mitad y se le extrae el germen interior, un detalle que suaviza su sabor y evita que domine el plato.
A continuación, los ingredientes se colocan en un vaso batidor o en el recipiente de una batidora de mano. Se trituran hasta lograr una textura líquida y sin grumos, procurando que cada componente se integre de manera uniforme. Una vez conseguida la mezcla base, se incorporan 40 g de aceite de oliva, 15 g de vinagre y una cucharadita pequeña de sal, mezclando nuevamente para que los sabores se amalgamen y la consistencia sea cremosa. Es recomendable refrigerar la preparación durante un mínimo de dos horas, ya que este reposo permite que los sabores se intensifiquen y que el gazpacho adquiera la frescura característica de esta sopa fría de verano.
Finalmente, se prepara la presentación para servir. Dos lonchas finas de jamón serrano se cortan en tiras alargadas que se utilizan como guarnición, aportando un contraste salado que resalta los matices dulces del melón. El gazpacho se sirve en vasos o boles individuales, pudiendo añadirse un chorrito adicional de aceite de oliva para intensificar la suavidad del plato. Esta receta permite disfrutar de una opción ligera y refrescante, adecuada como primer plato y, además, ofrece la posibilidad de adaptarse a distintos gustos y necesidades dietéticas sin complicaciones técnicas.
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