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No es pasta ni pizza: esta receta típica italiana que puede tomarse fría o caliente es perfecta para acompañar las últimas comidas de verano

La peperonata se prepara mediante una cocción lenta y prolongada de pimientos y tomates.

Edu Molina

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Con el final del verano, los consumidores buscan opciones culinarias que combinen facilidad de preparación, frescura y sabor. Entre las recetas italianas que cumplen estas condiciones se encuentra la peperonata, un plato basado en vegetales cocinados lentamente que puede servirse tanto caliente como frío. Su composición principal incluye pimientos de varios colores, cebolla y tomate, cocidos con aceite de oliva y condimentados con sal y hierbas aromáticas. La combinación de estos ingredientes permite que la receta se adapte a distintos contextos gastronómicos, ya sea como acompañamiento de platos principales o como parte de un menú vegetariano.

La peperonata es reconocida por su versatilidad y por su presencia en la tradición culinaria del sur de Italia. Su preparación no requiere técnicas complejas ni ingredientes difíciles de conseguir, lo que facilita su inclusión en la dieta cotidiana. Además, puede conservarse en refrigeración durante varios días sin perder sus propiedades, lo que la convierte en una opción práctica para planificar comidas con anticipación. La receta admite variaciones según la disponibilidad de vegetales y preferencias personales, pero mantiene su esencia basada en la cocción lenta de los pimientos, el tomate y la cebolla.

Ingredientes y elaboración de la peperonata

La receta básica requiere cuatro pimientos grandes, que pueden ser de distintos colores para equilibrar sabor y apariencia, una cebolla, tres tomates maduros o 200 gramos de tomate triturado, y dos dientes de ajo, que son opcionales. Se completa con cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto, una cucharadita de azúcar, y albahaca o perejil fresco para decorar.

La preparación comienza lavando y cortando los pimientos en tiras finas, retirando semillas y nervios. La cebolla y el ajo se pican finamente, y, en caso de usar tomates frescos, estos se pelan y se trocean. En una sartén grande, se calienta el aceite de oliva, se añade la cebolla y el ajo, y se sofríen a fuego medio hasta que se tornen transparentes. Posteriormente, se incorporan los pimientos y se cocinan a fuego medio-bajo, removiendo con frecuencia hasta que comiencen a ablandarse, aproximadamente entre 15 y 20 minutos.

A continuación, se añade el tomate picado o triturado, y se sazona la mezcla con sal, pimienta y la cucharadita de azúcar. Todo se cocina a fuego lento durante 30-40 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que los vegetales estén tiernos y la preparación alcance una consistencia melosa. Finalmente, se rectifica la sazón y se sirve decorada con albahaca o perejil fresco picado. La receta admite variaciones según la disponibilidad de ingredientes y preferencias personales, manteniendo siempre su esencia basada en la cocción lenta y la integración de sabores.

Usos, conservación y variantes

La peperonata puede consumirse de varias maneras, adaptándose a diferentes momentos del día y tipos de comida. Por ejemplo, resulta adecuada como aperitivo o entrante cuando se sirve templada o fría sobre rebanadas de pan tostado. También se puede incorporar a la pasta, acompañar quesos frescos como la burrata o actuar como guarnición de platos de carne y pescado a la parrilla. Además, es posible utilizarla junto a huevos, o emplearla como relleno de tartaletas y empanadillas, lo que evidencia su versatilidad y capacidad de integrarse en distintas preparaciones culinarias sin perder sus características principales.

La conservación es sencilla: el plato puede mantenerse en un recipiente cerrado dentro del refrigerador durante varios días y también puede congelarse, aunque se recomienda consumirlo preferentemente dentro de los primeros días para garantizar la frescura de los vegetales. Existen variaciones regionales de la receta, como la peperonata alla Leccese, que puede incluir un mayor aporte de aceite de oliva, aceitunas o alcaparras, siempre manteniendo el método de cocción lenta y la combinación de pimientos, cebolla y tomate como base principal.

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