El café te sienta mejor o peor dependiendo de tus genes
¿Necesitas café cada mañana para ser persona? ¿Tienes que controlarte porque si no pasas la noche en vela, o eres de esas que pueden tomar cinco tazas, o ninguna, y estar igual de bien? ¿Te pones de los nervios o te ayuda a concentrarte? El que pertenezcas a uno u otro caso depende de tus genes.
La cafeína es la droga psicoactiva más consumida en el mundo. El 90% de los humanos la toman de una u otra forma, y no es de extrañar porque tiene muchas ventajas: reduce la fatiga, aumenta ligeramente la presión arterial, aumenta la sensación de alerta, libera más energía de las células y mejora el rendimiento deportivo. No en vano la cafeína en altas dosis se considera una sustancia dopante en competiciones deportivas.
Sin embargo, no todo el mundo obtiene los mismos beneficios o perjuicios del café. Los estudios han encontrado que el café es saludable en la mayoría de los casos, pero en otros pocos se han detectado efectos negativos sobre la salud cardiovascular. ¿Qué está pasando?
Pues que hay quien metaboliza la cafeína rápidamente, y hay a quien le cuesta más. Si te tomas varios cafés y no te hacen tanto efecto, eres un metabolizador rápido. Tu hígado se deshace del café en unas pocas horas. Si por el contrario eres un metabolizador lento, una sola taza de café puede estar en tu sistema durante todo el día, produciendo problemas gástricos, arritmias, dolor de cabeza e interfiriendo con tu sueño.
La vida media de la cafeína, que es el tiempo que tu cuerpo tarda en metaforizar el 50% de la dosis, depende de la actividad de una enzima llamada CYP1A2. El que esta enzima sea más o menos activa depende concretamente de una mutación en dos genes, y hay una distribución en la población de los efectos. Un 20% de las personas es súper rápida y metaboliza cualquier cantidad de café en un par de horas. Un 15% son tan lentos que casi no pueden metabolizarlo y les sienta fatal. El resto de la gente está en algún punto intermedio.
Las diferencias en los efectos son importantes:
- Despiertos o agitados: los metabolizadores rápidos se concentran mucho mejor con un par de tazas de café. Los lentos se ponen nerviosos, tienen palpitaciones o dolores de cabeza.
- Bueno o no para el corazón:en los metabolizadores rápidos el café baja el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero en los metabolizadores lentos lo incrementa.
- Rendimiento deportivo: en los metabolizadores rápidos la cafeína favorece la utilización de energía por los músculos y mejora el rendimiento, pero el efecto es mucho menor en los metabolizadores lentos, como se comprobó en un estudio con ciclistas.
- Peor para las mujeres: las enzimas que metabolizan la cafeína tienen mayor actividad en los hombres que en las mujeres, y por si fuera poco los anticonceptivos orales hacen que la cafeína se metabolice aún peor, y puede incluso empeorar los dolores menstruales.
El café nada más levantarnos incrementa los efectos del cortisol que de forma natural está elevado por la mañana. Con el cortisol elevado, tu cuerpo almacena más grasa, y si eres un metabolizador lento, los efectos durarán muchas más horas. Es mejor esperar antes de tomar ese primer café.
Independientemente de cuáles sean tus genes, el café tomado seis horas antes de dormir puede interferir con el sueño de casi todo el mundo, así que nos conviene que esa taza después de la comida sea la última del día.