La película gallega “Lobos sucios”, seleccionada en el festival Mill Valley

La película española “Lobos Sucios”, producida por los gallegos Agallas Films, hará su estreno mundial el próximo 10 de octubre en la 38 edición del Festival estadounidense de Mill Valley (San Francisco, EEUU), según ha informado a Efe la productora Paula Cons.

Este film, ópera prima de Simón Casal, cuenta con un reparto internacional compuesto por Marian Álvarez, ganadora de la Concha de plata por “La herida”, Manuela Vellés (“Velvet”), Isak Ferriz (“Los últimos días”) y Ricardo Barreiro (“Los girasoles ciegos”), así como con actores belgas como Thomas Coumans o Sam Louwyck, y alemanes como Pierre Kiwitt.

El Festival de Mill Valley, considerado uno de los diez más prestigiosos de Estados Unidos, también recogerá el estreno de los últimos trabajos de directores como Paolo Sorrentino, Jacques Audiard, Todd Haynes, Tom Cooper, Nani Moretti o Hou Shiao Hseng.

“Estamos muy excitados con esta 38 edición” comentó en la rueda de prensa de presentación de esta edición Mark Fishkin, director de un Festival que según Zoe Elton, la programadora, “recoge obras de un año increíble en cuanto a calidad, los grandes filmes que exhibiremos son interesantes, provocativos, atractivos, y los films internacionales son fascinantes”.

“Lobos sucios”, que se proyectará en la sección World Cinema, es, para la programadora principal del festival, Janis Plotkin, “un thriller político lleno de maravillosas capas de aventura, amor y realismo mágico, y con excelentes interpretaciones, que estamos encantados de poder estrenar”.

Basada en una idea original de Felipe Rodríguez y con guión de Carmen Abarca, Felipe Rodríguez, Noelia del Río y Paula Cons, la cinta es la historia de una minera (Marian Álvarez) que trabaja en una mina de wólfram gestionada por los nazis en Galicia durante la Segunda Guerra Mundial y que se ve envuelta en un sabotaje para poder salvar a su hija enferma.

Así, “Lobos sucios” se inspira libremente en personajes reales y en las historias que sucedieron en estas minas gallegas de wólfram, también cárceles, que el gobierno español permitió explotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial mientras los espías aliados trataban de sabotearlas por todos los medios.