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España paga más de tres millones de euros en abogados para no devolver el Pissarro del Thyssen robado por los nazis

La baronesa Carmen Thyssen posa ante la obra 'Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia' de Camille Pissarro en octubre de 2013

Peio H. Riaño

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La sentencia del Tribunal Supremo de los EEUU sobre el cuadro de Camille Pissarro en poder de la Fundación Thyssen-Bornemisza apunta una solución inminente a un litigio que se ha prolongado dos décadas y ha condicionado los gastos del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. La reclamación de la familia Cassirer del cuadro expoliado en 1939, en Munich, podría quedar resuelta en un año y a favor de los demandantes. La sentencia de la jueza del Supremo norteamericano, Elena Kagan, ha dado la vuelta al caso que arrancó cuando el fotógrafo Claude Cassirer (1921-2010) encontró colgado en el museo madrileño el lienzo Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia (1897). Era el cuadro que 60 años antes el marchante nazi que expoliaba a los judíos en peligro había arrebatado a su abuela, antes de huir del país con su marido.

La corte estadounidense ha resuelto que el caso se determinará a partir de las leyes estatales de California, que concluyen que un expolio debe restituirse siempre. De hecho, los principales museos europeos han devuelto estos robos sin llegar a pleitos. En el Museo del Louvre se conoce a las obras provenientes del expolio nazi con el sobrenombre de “huérfanas”. El Gobierno francés entregó a la institución miles de ellas para custodiarlas y en estos momentos mantienen una campaña que busca a los descendientes de los dueños de unas 1.700 para devolvérselas.

Solo el museo español ha protagonizado un litigio tan dilatado y costoso —3.253.000 euros desde que arrancó el caso y hasta 2021—, para no entregar la obra a sus legítimos dueños. La fundación que gestiona la institución pública y el Ministerio de Cultura mantienen una pugna con los herederos expoliados para que el cuadro se quede en el Museo Thyssen-Bornemisza. El barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza lo adquirió por 360.000 dólares, en 1976, en la galería neoyorquina de Stephen Hahn. La pintura pasó al patrimonio español en 1993, cuando el Estado pagó a los Thyssen 350 millones de dólares por casi 800 obras de la colección del barón.

Una factura millonaria

España conoce desde el año 2000 a los dueños legítimos de la pintura de Pissarro, que la reclamaron. Pero el Estado decidió no atender la reclamación de devolución e iniciar un pleito que ha devenido en una factura millonaria en honorarios de abogados. El 10 de mayo de 2005, Claude Cassirer presentó una demanda ante el juzgado de distrito de su lugar de residencia, en California (EEUU), contra el Reino de España y contra la Fundación Thyssen-Bornemisza, solicitando la restitución de la pintura o una indemnización de daños.

Tal y como el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza indica a este periódico, desde entonces España la minuta de los letrados que representan los intereses de la Fundación Thyssen-Bornemisza en la causa supera los tres millones de euros. Nixon Peabody es el bufete de abogados que se encarga de la defensa de la fundación demandada. Uno de los abogados, Thaddeus J. Stauber, especialista en casos de restitución de obras de arte, ha señalado durante el proceso que los tribunales norteamericanos han estado dispuestos a reconocer la soberanía nacional y las leyes de otros países. Sin embargo, tras la decisión del Supremo los demandantes han logrado atraer el caso a los tribunales de los EEUU.

La publicación de las cuentas anuales del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, cuya vicepresidencia ostenta Carmen Cervera, solo han hecho referencia al pago de estos “servicios profesionales” en dos ocasiones: 2018 y 2019. Entonces se gastaron 1,5 millones de euros y 186.000 euros respectivamente. Tras la pregunta de este diario a la Fundación ahora sabemos que hasta 2013 se destinaron a la causa 660.000 euros. Y que en 2014 la cantidad ascendió a 293.000 euros; en 2015 fueron 302.000 euros; en 2020, 84.000 euros; y en 2021, 228.000 euros. El pleito no ha finalizado, así que la minuta de los letrados seguirá creciendo a lo largo de 2022 y 2023 si España decide recurrir una sentencia contraria. Hoy, el Pissarro en litigio está valorado en más de 25 millones de euros.

Otro robo, a subasta

Precisamente otra pintura de Camille Pissarro, La anse des pilotes, Le Havre (1903), saldrá a subasta el próximo 14 de mayo, en la sede de Nueva York, valorada en casi dos millones de dólares. Es un caso similar al protagonizado por el museo español: la pintura fue robada por los nazis cuando sus propietarios judíos huyeron de Alemania. Más tarde la obra fue adquirida por otra familia judía en los EEUU. Ahora ambas familias han acordado ponerla a la venta, aunque Christie's no ha revelado los detalles del reparto de los beneficios.

De esta manera se resuelve una disputa que reclamaban la docena de herederos de Ludwig y Margaret Kainer, quienes abandonaron el Pissarro junto con el resto de su colección de arte cuando huyeron a Suiza, en 1932. Gerald Horowitz compró la pintura en Nueva York, en 1994. “Los nazis se apropiaron indebidamente de cientos de miles de obras de arte como parte de su campaña genocida contra el pueblo judío”, indica la demanda que presentaron en 2015 los Kainer en su lucha por la propiedad legítima de la pintura. Los herederos descubrieron la pintura en 2014, cuando la familia Horowitz prestó la obra para exhibirla en el High Museum of Art de Atlanta.

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