“Matumbo”, una crónica desde Kenia

Madrid, 25 feb (EFE).- Matumbo en suajili es intestinos, tripas, vísceras… Y desde ahí, desde las entrañas de Kenia, es desde donde surge una colección de historias y crónicas periodísticas que recogen el paso del corresponsal de Efe Javier Triana por el país africano.

Relatos que recorren la historia del país, desde el dominio colonial británico y la dictadura de Jomo Kenyatta, al tráfico de esclavos y la construcción del ferrocarril que une la costa índica con el lago Victoria y vertebra un país cuyas fronteras fueron trazadas con escuadra y cartabón desde los despachos de las metrópolis occidentales.

Son historias que reflejan la cruda realidad de un país sacudido por la corrupción y la impunidad de las élites gobernantes, las luchas intestinas entre tribus enfrentadas en sangrientas olas de violencia electoral, y la miseria de una mayoría de la población que vive en chabolas donde conseguir agua puede convertirse en la hazaña del día.

Pero también hay hueco en “Matumbo” para el optimismo y la esperanza, con crónicas sobre el poder emancipador del deporte, la sororidad o la lucha de la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, por proteger la riqueza natural del país frente al poder arrasador de las grúas.

El libro trata, según reconoce el autor en declaraciones a Efe, de “la porción que le toca a Kenia de los asuntos mundiales de este momento”.

Asuntos como el ecologismo y la preocupación por el medioambiente, las desigualdades entre hombres y mujeres, las condiciones de vida en los campamentos de refugiados o los enfrentamientos étnicos entre las decenas de tribus kenianas que los corruptos dirigentes azuzan para mantener su poder sin responder por sus abusos.

De acuerdo con Triana, son “temas que se repiten en todos los países. Las historias suenan cercanas porque también nos afectan”.

Pero pese a la universalidad de los temas, las historias son únicas en un país con tanta diversidad, donde se pueden encontrar grandes ciudades de poblados chabolistas, reservas naturales pobladas por leones y jirafas o valles que dieron origen a la Humanidad.

Nairobi fue la primera experiencia de Javier Triana como periodista internacional, una ciudad a la que llegó primero como becario y donde volvió después ya para encargarse de la corresponsalía de Efe en el país.

“La cobertura que más me tocó fue la de la explosión de un oleoducto en el poblado chabolista de Sinaí”, en la ciudad de Nairobi en 2012, que causó un centenar de muertos, un episodio que relata el periodista en uno de los capítulos de “Matumbo”.

LA SINGULARIDAD DE UN PAÍS DIVERSO

Javier Triana (Logroño, 1983) ha sido corresponsal para distintos medios de comunicación, entre ellos la Agencia Efe, además de en Kenia, en Filipinas, Turquía y China, donde trabaja en la actualidad.

“Es muy difícil comparar Kenia con estos países”, afirma el periodista. “Pero el grado de necesidad tan básica que te encuentras allí no lo ves en otros sitios”, añade.

Esos niveles de carestía le recuerdan, afirma, “a la España que me contaban mis abuelos”, salvando todas las distancias que demuestran que las preocupaciones de la población de Kenia no tienen nada que ver con las de los países occidentales.

El corresponsal cuenta una anécdota en la que esta realidad se dio de bruces con su mentalidad europea.

Nairobi es un importante centro tecnológico en África, conocido popularmente como “Silicon Savannah” o “Digital Savannah”.

Pero Triana se sorprendió cuando descubrió el tipo de aplicaciones que desarrollaban los informáticos kenianos. El periodista se encontró con que, en lugar de sofisticadas herramientas de software ultramoderno, la mayoría de avances tecnológicos se centraban en cuestiones tan mundanas como contar cabezas de ganado.

“En los países occidentales tenéis otras necesidades”, le espetaron entre risas cuando preguntó por estos desarrollos informáticos.

Lucas Tarancón