El MNAC remarca que el conjunto de las pinturas de Sijena no ha salido nunca del centro

Barcelona, 4 jun. (EFE).- El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) ha remarcado este miércoles que el conjunto de las pinturas de la sala Capitular del Monasterio de Santa María de Sijena, en su actual ubicación en el Palacio de Montjuïc desde 1961, no ha salido “nunca” del centro.

Ante algunas informaciones dadas a conocer en los últimos días, a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo sobre la devolución de estas obras a la localidad altoaragonesa, hoy el MNAC ha hecho público un comunicado sobre esta cuestión en el que reconoce que hubo préstamos “puntuales”, de “pequeños fragmentos”, en “unos años y un contexto histórico en el que la disciplina de la conservación preventiva no tiene el desarrollo que hoy tiene”.

Rememora el equipamiento catalán que las pinturas fueron llevadas a las reservas del museo con motivo de las obras de remodelación del edificio y, cuando este reabrió en 1995, el conjunto se instaló en su ubicación actual, en una estancia “aislada”, sin “ninguna pared ni aperturas directas al exterior”, tratada para “conseguir una calidad del aire y unas condiciones climáticas especialmente estables”.

Entiende que esta sala es el lugar “idóneo” para la conservación de las pinturas, las “más frágiles” de la colección de arte románico.

A la vez, citando a la doctora en Ingeniería y Conservación Preventiva de Bienes Culturales y presidenta del Comité Científico Internacional de Pintura Mural del ICOMOS, Simona Sajeva, destaca que a partir de un informe aportado por el museo al juzgado, consideró que el conjunto pictórico “nunca ha sido objeto de una operación de transporte parecido o comparable a la que se llevaría a cabo en caso de ser instalado en Sijena”.

“Solo pequeñas partes de las pinturas han sido prestadas a otros museos. En todos los casos se ha tratado de porciones reducidas sobre contrachapado (recuadros provenientes en la mayoría de los casos del intradós), que garantiza una superficie continua, uniforme y rígida a las pinturas”, según el texto.

Fue entre los años 1970 y 1997 cuando “fragmentos” que forman parte del intradós han participado en varias exposiciones, igual que lo hizo en 1984 el arco con motivos vegetales, procedente del arrancamiento de 1961.

En el año 1970, un fragmento de un intradós con Er, Jesús, Eliezer, Jorim y Simeón viajó al The Metropolitan Museum of Art de Nueva York; en 1984, este mismo fragmento, así como otro del intradós, con Jessé y el Rey David, y un doble arco con motivos vegetales, se exhibieron en Londres, y en Girona se mostraron en 1988 fragmentos del intradós con Salatiel y Zorobabel y del intradós con Enos y Set.

Además, estos mismos fragmentos viajaron a Valencia en 1990 y para la exposición 'The Glory of Bizantium. Art and Culture of the Middle Bizantine Era', de 1997, en el The Metropolitan Museum of Art de Nueva York, lo hicieron el fragmento de intradós con Jessé y Rey David y otro fragmento de intradós con Er.

Desde hace 28 años ningún fragmento del conjunto ha viajado

Sin embargo, dado su estado de conservación “extremadamente frágil” y a los protocolos de conservación preventiva implementados en las últimas décadas, “desde hace 28 años ningún fragmento del conjunto museizado ha viajado y las pinturas están excluidas de préstamo”.

Por otra parte, el MNAC subraya que fue el primer museo del Estado que incluyó a un profesional dedicado a la evaluación de los riesgos.

En su comunicado, el equipamiento museístico asevera que el 45 % de la superficie plana de los arcos y un 25 % de los intradoses son “reintegraciones” de las pérdidas hechas por Josep Gudiol en estuco de yeso y pintura al temple de cola, a la manera de grisalla, entre 1940 y 1950.

Este método de reintegración, aplicado sobre una superficie tan amplia, supone un “unicum” en la historia de la conservación y restauración en Cataluña y “como tal, debe considerarse un bien patrimonial a preservar”.

Esta técnica se utilizó, por ejemplo, en 2006 para la reconstrucción de los frescos de Mantegna en la capilla Ovetari de Parma (Italia).