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Pablo Und Destruktion, el trovador asturiano que reivindica el pasado frente al capitalismo moderno

Luis J. Menéndez

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Pablo Und Destruktion

Pablo Und Destruktion

Futuros valoresHumoCANCIÓN7Futuros valores

Predación (2017), el último disco de Pablo Und Destruktion lo expuso a una inédita atención en su carrera. El trovador asturiano, siempre en el filo, comprometido con sus causas a la par que kamikaze en la toma de decisiones artísticas, decidió entonces dar un paso atrás que ha rebajado la intensidad de los focos y cuya consecuencia es Futuros valores.

En comparación con la intensidad de obras pretéritas, Futuros valores suena a disco cocinado desde la retaguardia, a partir de retales sonoros y muy especialmente conceptuales que resumen estos dos últimos años de reconfiguración personal y artística. Un tiempo durante el que incluso llegó a anunciar un cambio de nombre del que posteriormente se arrepintió.

También durante ese tiempo la pasión por Jacques Brel le llevó a fantasear con un álbum de versiones del cantautor belga. De aquellos día ha sobrevivido la canción elegida como single en la que el puerto de Amsterdam se convierte en el puerto de Gijón, una cover nada idílica que incluye prostitutas y chaperos en un paisaje urbano acorde con la particular iconografía de Pablo Und Destruktion, que sin embargo reivindica frente a la indignidad capitalista de los tiempos modernos.

Esa imagen idealizada de los valores y las formas de vida del pasado asoman cuando canta aquello de “creo que ya me he hecho mayor”. También, quién puede dudarlo, cierto cansancio que no puedo evitar asociar con sus propias dudas artísticas: ¿es a estas alturas Pablo Und Destruktion un francotirador o un producto más del gran circo del rock?

Él también parece haber reflexionado al respecto y el resultado es un disco en el que no termina de dar el paso que lo sitúa a un lado u otro de la línea, continuista y sin embargo alejado del carácter expansivo y ambicioso de Sangrín (2014), Vigorexia emocional (2015) o el citado Predación. Como un cantautor singular, el que intercambia fuego cruzado en Viva la gente pero renuncia a guerra abierta que planteaban sus trabajos previos.

 

Bill Fay

Bill Fay

Countless BranchesDead Oceans / Popstock!CANCIÓN9Countless Branches

Aquellos que reconozcan el nombre de Bill Fay conocerán su singular historia: tras publicar un puñado de discos en los años setenta desapareció de la vida pública para definitivamente convertirse en una figura de culto del folk-pop británico. El apasionamiento de David Tibet (Current 93) sacó de su discreto retiro a Fay, que desde entonces, hace ahora diez años, ha desarrollado una carrera ya mas prolífica (cuatro discos largos) y no menos asombrosa por su impacto emocional.

Countless Branches se sitúa a un nivel muy similar al de sus antecesores Life Is People (2012) y Who Is the Sender? (2015). En el aspecto lírico Fay sigue siendo ese hombre que en el otoño de su vida observa asombrado la belleza del mundo que le rodea y responde conmovido con canciones.

Unas canciones que se muestran más desnudas en que anteriores ocasiones, cercanas a la forma en que nacieron: con el propio Fay sentado al piano y arrastrándo su voz, a punto siempre de quebrarse, sobre esas preciosas líneas melódicas, arregladas tan sólo puntualmente por un cello, bajo, alguna guitarra acústica y percusiones prácticamente imperceptibles. Inexplicablemente sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la canción contemporánea.

 

Anti Flag

Anti Flag

20/20 VisionSpinefarm / Music As UsualPUNK720/20 Vision

Anti-Flag llevan cerca de un cuarto de siglo llevando su mensaje marcadamente politizado basado en máximas antirracistas, antihomófobas, antifascistas y antisexistas desde Pittsburgh (Pensylvannia) al resto del mundo. Profundamente activistas también fuera del escenario, involucrándose en el movimiento Occupy Wall Street y diversas campañas de Amnistía Internacional, entre muchos otros, los últimos presidentes de EEUU nunca han sido, como era de esperar, de su agrado: durante la era de Bush también editaron unos cuantos álbumes criticando su política de manera evidente y formaron parte del recopilatorio Rock Against Bush! junto a NoFX, Pennywise, Hello Biafra, etc.

Sin embargo, con 20/20 Vision han dejado al margen cualquier opción a la libre interpretación colocando una imagen de Donald Trump en la portada. Trump y su gestión están presentes a lo largo todo el disco, abordando temas como el desastre climático, el abandono a los pobres, el incremento del odio racial o haciendo referencias a los “niños en jaulas”.

A nivel musical Anti Flag continúan en su décimosegundo disco de estudio haciendo gala de su habilidad para despachar temas pegadizos. El mejor ejemplo de ello es The Disease, tema en el que despliegan uno de sus puentes fuertes, la combinación de las voces melódicas de Justin Sane (voz, guitarra) con los registros más agresivos y enérgicos del bajista Chris Barker.

En esta misma línea, a lo largo de estos once temas encontramos cortes en los que priman más las melodías (Unbreakable, Christian Nationalist o la acústica Un-American) con otros más directos y contundentes como A Nation Sleeps o Hate Conquers All, canción que abre el disco y en el que hacen una declaración total de intenciones parafraseando algunos de los discursos más incendiarios de Trump.

 

Bombay Bicycle Club

Bombay Bicycle Club

Everything Else Has Gone WrongMmm… / Music As UsualPOP7Everything Else Has Gone Wrong

Vivimos tiempos oscuros que se reflejan en la música: en su mayor parte angustiada, deprimente, crispada, presa de las fobias y preocupaciones que nos atenazan a diario. Sin embargo, sigue habiendo bandas de pop que hacen grandes canciones de pop desprejuiciado y divertido, saltarín por momentos. Es el caso de Bombay Bicycle Club. Y eso, a pesar de que los textos que firma Jack Steadman distan de ser la alegría de la huerta y reflejan las neuras (sentimentales y de las otras) del urbanita medio.

Sin embargo, hay un método en su forma de componer que hacen comprensibles las comparaciones iniciales con otra de las bandas más vitalistas del pop británico, Two Door Cinema Club, y que convierten a este cuarteto en un rayo de luz en medio de tanto tremendismo musical.

No por faltas de referentes sesudos o avalados por la crítica: en las canciones de Bombay Bicycle Club se cuelan ecos del krautrock, el Brian Eno de los primeros disco, los más sofisticados grupos de technopop de los primeros ochenta o hasta la música clásica. Todo ello integrado en un contexto de brit-pop divertido, bailable e inteligente. Sin descubrir la sopa de ajo, pero completando un disco bien resultón.

 

Pale Saints

Pale Saints

The Comforts of Madness4AD / Popstock!SHOEGAZE9The Comforts of Madness

Un año antes de Nirvana conquistara el mainstream, “indie” era una etiqueta asociada a valores que poco tenían que ver con aquellos que hoy por hoy la definen. Uno de ellos era riesgo. Y sí, allá por 1990, cuando otra etiqueta que define a todo un género, “shoegazing”, todavía no había comenzado a emplearse, Pale Saints era una banda rabiosamente original. Con sus influencias, obviamente: el garage arty de la Velvet Underground, las atmósferas guitarreras de Pale Saints y hasta cierta aceleración new wave. Pero desarrollando también un estilo reconocible aún hoy, treinta años después.

Antes de perder efectivos con un tercer disco menor, la banda de Leeds aún publicaría otro largo igualmente maravilloso, In Ribbons, ya en un contexto en el que My Bloody Valentine habían publicado el esencial Loveless y se multiplicaban bandas como Lush, Slowdive, Chapterhouse, etc, que tomaban el sonido de Pale Saints como referente.

Pero esa es ya otra historia, una historia que anticipó esta colección de once preciosas canciones, puro fuego y hielo que se debatían entre los muros de sonido y la voz aniñada de Ian Masters. Con motivo de las tres décadas de su publicación 4AD lo recupera con un segundo disco que incluye las demos del disco y el paso del grupo por el programa de John Peel.

 

Vera Fauna

Vera Fauna

There Is no YearPurple MoonPOP8There Is no Year

Cuatro años después de que publicaran sus primeras canciones y comenzaran a rodar su directo por diferentes puntos de nuestra geografía, los sevillanos Vera Fauna se estrenan en formato largo. Lo hacen con un disco que recoge canciones como Los naranjos o su versión del Colorada de Papa Levante, que han dado a conocer al cuarteto entre un público cada vez menos “alternativo”.

Dudas y flores, lleva unos cuantos pasos más allá lo que Vera Fauna venían prometiendo con sus EPs y singles previos. Esto es, una elegante y soleada psicodelia contemporánea -de Tame Impala a formaciones nacionales como Baywaves, pioneros a la hora de exportar este tipo de sonidos fuera de nuestro país- combinada con un sabor autóctono, remarcado por las voces y también por unas letras que nos sitúan en la Alameda sevillana y campos de naranjos.

Otra banda pues que sumar a la larga relación de artistas nacidos en la capital andaluza, de Silvio o Smash a Pony Bravo, y que en conjunto constituyen una singular escuela del rock en general y la psicodelia en particular.

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