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Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.

'Félix': la ficción española ya tiene su propio Fargo

Póster de Félix, el thriller de Cesc Gay en Movistar +

Francesc Miró

La primera vez que nos asomamos al mundo de Félix no vemos nada más que un cuerpo tendido en la nieve. Los rayos de sol derriten la helada mientras lo que parece ser un cadáver es movido por un jabalí que pasaba por allí. Muerte y paz, brutalidad y tranquilidad se dan la mano en una estampa de una fuerza indudable. De pronto, Félix abre los ojos. Estaba soñando.

Con este breve pero interesantísimo ejercicio poético, Cesc Gay nos da la bienvenida y a la vez nos advierte: este mundo funciona con sus propias reglas. En él un desubicado y tímido escritor llamado Félix interpretado por Leonardo Sbaraglia, busca a una joven conocida como Julia, a la que da vida Mi Hoa Lee.

Según Félix, ambos pasaron una noche juntos en un hotel de Andorra y desde entonces no la ha visto. Dice que se enamoraron, que iban a empezar una relación, pero nadie parece creerle. La policía le toma por loco cuando denuncia su desaparición junto con la de la tortuga de su hijo. Qué tendrá que ver una cosa con la otra, le dirán. “No lo sé, pero son cosas extrañas. Cosas que están pasando en estos días y alguna relación tiene que haber entre ellas…”, contestará convencido de su salud mental el protagonista, héroe a la fuerza.

Con apenas unas pinceladas aquí y allá, el primer episodio de Félix marca las pautas sobre las que se erige una serie que no se parece a nada de lo que hemos visto en nuestra ficción nacional. Félix es un thriller lleno de humor negro pero también un misterio escondido en un paraje poético. Incluso se diría que es un teatro de variedades en el que conviven personajes magnéticos y extravagantes.

La Andorra de la serie de Cesc Gay podría ser el Twin Peaks de David Lynch, la provincia al sur de Sicilia del Comisario Montalbano, las orillas de una playa en la Australia de Top of the Lake: China Girl. También podría ser la nieve manchada de sangre de los hermanos Coen y Noah Hawley en Fargo. Cualquier espacio rural alejado del mundanal ruido y habitado por gente extraña que guarda secretos.

En poco menos de una hora, Cesc Gay es capaz de crear un microcosmos particular que tiene muy claros sus referentes pero que a la vez resulta inseparable del estilo de su creador. El realizador de Una pistola en cada mano y Truman -Goya a Mejor Película en 2015- traslada su mundo interior a una ficción que juega con el contraste y la semejanza para reivindicarse única.

Como en sus largometrajes, en el episodio piloto de Félix tragedia y comedia conviven tranquilamente mediante diálogos aparentemente sin sentido, que se llenan de verdad por cómo se dicen y no por lo que dicen. Cesc Gay, que también firma el guión junto con su colaborador habitual Tomàs Aragay, ha empezado a caminar una senda entre montañas, moviéndose seguro en un registro en el que la fragilidad se masca pero se sonríe al destino.

Aún no sabemos casi nada. Parece ser que quienes conocen a Julia no quieren hablar de ella, y quienes no la conocen no quieren hacerlo. Algo huele a podrido en Andorra y Félix está dispuesto a averiguar qué es. Aunque eso le lleve, a su pesar, a meterse en los líos. Y por el camino, a atrapar al espectador en la nieve manchada de sangre de los pirineos.

Félix está disponible al completo, bajo demanda en Movistar+ desde el 6 de abril.

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