'Entourage': Hollywood para principiantes

Entourage ha llegado a la pantallas de cine un año tarde para celebrar el aniversario redondo de la serie que la ha hecho posible. El Séquito (Entourage) aterrizó en HBO en 2004, cuando la cadena estadounidense se estaba convirtiendo en una referencia de la nueva ficción televisiva: Los Soprano, A dos metros bajo tierra, The Wire, Deadwood estaban en emisión, Sexo en Nueva York y Oz acababan de despedirse… Algo empezaba a reactivarse en la televisión generalista, donde aterrizaba una cosecha de series que terminó haciendo historia -Perdidos, House, Mujeres desesperadas, The Office…- en una época en la que las redes sociales todavía no se habían convertido en un punto de encuentro para los seriéfilos ni todavía en el mejor escaparate para cualquier serie que aspire a destacar en una oferta que no ha dejado de crecer exponencialmente.

 

Entourage era novedosa pero también un producto 100% HBO, una cadena que empezaba a apostar por las comedias alejándose lo más posible del esquema clásico de sitcom y con un enfoque luego convertido en seña identidad: comedias ‘sectoriales’ en el que dominan los protagonistas masculinos. Ni siquiera en sus inicios, y a pesar de los alejados que están sus perfiles, la actual Silicon Valley pudo evitar las comparaciones con El séquito (con parte de razón, eso sí).

 

Entourage se despidió en 2011 tras 8 temporadas en antena (disponibles al completo en Movistar+). Sus responsables siempre mantuvieron viva la idea de reunir de nuevo a los protagonistas para ver qué había sido de ellos tras una tanda final que no dejó contentos a todos sus fans. El proceso de negociaciones para conseguirlo casi podría haberse convertido en el guión de la secuela cinematográfica.  

 

Para ver la película no es imprescindible haber visto la serie pero es una de las mejores excusas para recomendarla. El séquito es una radiografía en tono festivo pero sin piedad de la industria de Hollywood con sus excesos, sus miserias, su superficialidad y su misoginia, una de las críticas que siempre acompañó a la serie. Uno de los sus productores es Mark Wahlberg y la historia de la serie está inspirada en sus inicios en Hollywood, después de aplicarle (aunque parezca mentira) varios filtros de cantos a la amistad, buen rollo y un tono menos salvaje que el relato (real) de las correrías de Wahlberg y su séquito cuando era todavía más conocido por su faceta musical y su nombre artístico de Marky Mark.

 

Vincent Chase (Adrian Grenier) es un actor neoyorquino, estrella en ciernes más por su cara cara bonita que por sus dotes interpretativas, que llega a Hollywood acompañado de sus tres mejores amigos: su hermano Johnny (Drama) Chase, primera metarreferencia de El séquito ya que está interpretado por Kevin Dillon, hermano de Matt Dillon; su representante Eric Murphy (Kevin Connolly) y Turtle (Jerry Ferrara), un colega de toda la vida de su barrio de Queens.

Johnny Drama estaba en permanente lucha por remontar una carrera cinematográfica que nunca despegó, Eric era la voz de la conciencia de Vince y Tortuga… solo pensaba en divertirse. Los dardos contra las miserias de Hollywood llega cuando se une al grupo Ari Gold, el representante más poderoso, agresivo y manipulador de la industria. Jeremy Piven fue el verdadero triunfador de la serie, ganó tres Emmy consecutivos y un Globo de Oro, y de plantearse un spin off  sería únicamente el suyo.

Entourage fue encadenando temporadas y se fue convirtiendo en la serie en la que todo el mundo quería aparecer, desde directores, guionistas, actores, hasta deportistas, magnates o celebrities. También se convirtió en un enorme escaparate de product placement con apariciones estratégicas, y otras no tanto, de marcas deportivas, automovilísticas o películas que coincidieron en el tiempo con la emisión de la serie.

Las mejores temporadas son las cinco primeras, hasta llegar a las consecuencias de Medellín. Las tres últimas también merecen la pena aunque solo sea por la complicidad que los personajes ya tenían establecida con el espectador… y ahora que se ha estrenado la película, por comprobar hasta qué punto la realidad, aunque sea la que se fabrica en Hollywood, puede llevar a (con)fundirse con la ficción.