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Las cuentas del IVO: 35 millones en tesorería, dos en ingresos financieros pero los equipos casi amortizados

Edificio del IVO en Valencia.

Sergi Pitarch

Valencia —

El Instituto Valenciano de Oncología (IVO), una de las fundaciones más reputadas de la Comunitat Valenciana por sus años tratando a cientos de miles de ciudadanos, es -o lo era a 31 de diciembre de 2016- una máquina de generar liquidez, según las cuentas depositadas en el Protectorado de Fundaciones a las que ha tenido acceso el diario.es. La entidad ha ingresado en los últimos años una media de 2,3 millones de euros por sus inversiones financieras a corto plazo y llegó a tener en tesorería en 2016 hasta 35 millones de euros, cinco veces más que en 2015 y en el momento en que chocó con la Conselleria de Sanidad por el cambio en la derivación de pacientes.

Pero esta situación ha cambiado mucho en los dos últimos años, según explica su director general Manuel Llombart, quien reconoce que en los últimos dos ejercicios han consumido esta liquidez. “Estamos llegando a acuerdos con la Conselleria de Sanidad para seguir trabajando como lo hemos hecho después de las tensiones anteriores”, afirma el que fuera también conseller de Sanidad en la última legislatura de Gobierno del PP.

El IVO tenía invertido en capital en 2016 más de 20 millones de euros en deuda a corto plazo que le generó esos 2,3 millones de euros, un cifra muy similar a la de años anteriores. Llombart alega que este dinero es de los intereses devengados de la deuda de las concesiones privadas con la fundación a la que derivan sus pacientes oncológicos.

Los sueldos de los empleados supusieron en 2016 23 millones de euros, más otros seis destinados a las cargas sociales. No figura el sueldo de los directivos ni están desglosados por niveles, pero si se divide este coste por los alrededor de 570 trabajadores la media salarial supone 40.400 euros brutos anuales por trabajador.

De estas cuentas también llama la atención el envejecimiento de su maquinaria puesto que de los 35.962.032 euros contemplados en esta partida tenía amortizados a 31 de diciembre de 2016 casi 30 millones. Esta cifra, explica Manuel Llombart, no se ajusta a la actual realidad ya que la entidad inició un plan trianual de modernización en 2017 que está en plena efervencencia. “Fue un plan que aprobado por el patronato y que ha necesitado de muchas autorizaciones, como por ejemplo la maquinaria para medicina nuclear”, argumenta.

En total, añade, se han ejecutado 11 millones de euros en 2017 y 2018 en la modernización de la maquinaria con un mamógrafo digital, ultrasonidos, salas blancas o la adecuación de nuevos edificios, revela el director general.

La fundación IVO cosechó en 2016 unos beneficios de 7 millones de euros, aunque este tipo de entidades no pueden repartir beneficios y el dinero revierte en la entidad. En cuanto a los ingresos, el 97 % del dinero que entró en la fundación es público, el 94 % de la Generalitat y el 3 % de la Junta de Castilla y León. El resto de ingresos de la entidad lo consigue gracias a las inversiones financieras.

La entidad tiene un contrato con la Generalitat de unos 53 millones de euros pero la dificultad del cálculo provoca que sea muy difícil saber cuál es la facturación final, reconoce Llombart. Eso sí, el Plan de Actuación del IVO para 2018 prevé gastar 64.411.367 euros en los tres servicios que ofrece a la Generalitat, según el documento presentado en el Protectorado de Fundaciones.

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