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Una veintena de solicitantes de asilo denuncia ante el Ministerio de Empleo su exclusión del sistema de acogida

Concentración de solicitantes de asilo frente al Ministerio de Empleo para exigir su inclusión en el sistema de acogida.

Gabriela Sánchez

Amin Akkad escapó de Siria en 2012 pero su búsqueda de un lugar en el que poder construir un nuevo proyecto de vida aún no ha terminado. Esta mañana se ha concentrado junto a decenas de solicitantes de asilo frente al Ministerio de Empleo en Madrid para denunciar su exclusión del sistema de acogida. No pueden residir en centros de refugiados, no se les facilita cursos de español o acceso al empleo ni atención psicológica, como indica la normativa europea de acogida. Se encuentran, dicen, empujados a la indigencia.

El de Amin es uno de los 20 casos presentados en Madrid este miércoles ante el Ministerio de Empleo y Seguridad Social , apoyados por la ONG Coordinadora de Barrios y la Red Solidaria de Acogida, para exigir la reinserción en el sistema de acogida de los demandantes de asilo devueltos a España desde otros países europeos en aplicación del reglamento de Dublín.

La normativa europea obliga a los potenciales refugiados a pedir protección en el país comunitario donde haya quedado registrada su huella por primera vez. Muchas de las personas que llegan a España de forma irregular pretenden continuar su viaje al lugar donde piensan tener más oportunidades de futuro. Si su entrada ha quedado detectada en otro Estado miembro, corren el riesgo de ser devuelto en base al Reglamento de Dublín.

A su llegada a España, muchas de estas personas devueltas están viendo denegada su readmisión en el sistema de acogida, por lo que, alertan, se ven empujadas a una situación de calle y no pueden beneficiarse de los mecanismos existentes para impulsar su integración en la sociedad.

“Hablamos de personas que están llamadas y obligadas a vivir en España, el Estado español ha asumido que se les devuelva y se les acoja en España pero les empuja a una situación de calle. Muchos de ellos tienen permiso de trabajo, pero al no tener opción al aprendijzaje del español no pueden hacer efectivos sus derechos”, denuncia Patricia Fernández, abogada de la ONG Coordinadora de Barrios.

Según el escrito de la queja, a la que ha tenido acceso eldiario.es, las ONG alertan de que “la decisión de no conceder las ayudas sitúan a los solicitantes de asilo en la más absoluta precariedad”. La Red Solidaria de Acogida sostiene que las personas afectadas, familias con menores incluidas, “viven en una situación de inseguridad jurídica y en exiguas condiciones materiales de vida, de indigencia y sin hogarismos”.

Amin Akkad, después de vivir una temporada en Líbano, decidió emprender su viaje a Alemania, donde viven su hermana y su madre. Su destino final era el lugar donde le esperaban. Con el objetivo de reunirse con ellas, pasó por Argelia y Marruecos, donde permaneció una temporada hasta atravesar la frontera de Melilla.

Cuando fue trasladado a la Península, partió hacia Alemania. “Sabía que conseguir la reagrupación familiar era muy complicado. Si ya se tarda mucho tiempo en la respuesta a la petición de asilo... ”, detalla el treintañero sirio. Hasta que la aplicación del Reglamento de Dublín por parte de las autoridades alemanas le forzó a separarse de sus allegados y regresar a España.

“Te encuentras en un centro de personas sin hogar siendo refugiado. Tenemos solo unas horas para estar en el centro. Por la noche, nos las tenemos que arreglar en la calle. No pido un trato especial, solo pido mis derechos”, sostiene Akkad. “Al dejar a la gente en la calle y no podemos acceder a cursos para integrarnos ni estamos bien psicológicamente. ”, añade.

La ONG Coordinadora de Barrios se muestra especialmente preocupada por la situación psicológica en la que se encuentran los demandantes de asilo excluidos del sistema de protección. “Detectamos que están sometidos a un sufrimiento psíquico intenso, lo que está llevando a un abordaje especializado pero no se le está proporcionando por parte de quien debería hacerlo, que es el Ministerio de Empleo”, añade Fernández.

Falta de información sobre la exclusión del sistema

Los afectados y las organizaciones que los apoyan denuncian que los solicitantes de asilo “en ningún caso fueron informados de que, ante la aplicación del Reglamento de Dublín, esto supondría la renuncia a la percepción de todas las ayudas futuras”.

En esta línea, sostienen que “la denegación de las ayudas se ha realizado prescindiendo de cualquier procedimiento administrativo” por lo que consideran que se está produciendo una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva.

Atendiendo a su testimonio, Amin no fue informado de la falta de ayudas ligadas a su devolución a Madrid. “Cuando estuve en Alemania me decían que España me estaba reclamando, pero yo sabía que había personas que estaban allí en situación de calle. Pero en la oficina me decían que me iban a acoger y me iban a dar las ayudas... Pero lo que nos encontramos es que, en el aeropuerto de Barajas, nos dieron un mapa del metro de Madrid y nos dijeron un lugar en el que poder pedir ayuda”.

“Solo pedimos una posibilidad para poder aportar de forma activa a la sociedad española”, concluye el solicitante de asilo sirio, para unirse al grito del resto de compañeros frente a las puertas del Ministerio de Empleo: “Refugiados sin refugio”.

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