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Airbnb destaca la presión regulatoria de Barcelona como un riesgo en su inminente salida a Bolsa

El CEO de Airbnb, Brian Chesky

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Airbnb considera la creciente presión regulatoria de ciudades como Barcelona, Ámsterdam y Londres un factor de riesgo para su negocio. La empresa presentó este lunes la documentación para salir a bolsa exigida por la Comisión de Mercados y Valores de Estados Unidos (SEC, en inglés), un extenso informe de más de 300 páginas en el que detalla sus últimos datos financieros, el impacto de la pandemia y las oportunidades y amenazas de futuro. Entre los riesgos, la compañía incluye las “leyes, regulaciones y normas que afectan al mercado del alquiler a corto plazo y al negocio del home-sharing [compartir casa]”.

Concretamente, menciona la petición que 22 ciudades hicieron en marzo a la Comisión Europea para que obligara a la plataforma a compartir datos con la administración, a publicar los números de registro de los pisos turísticos y a eliminar anuncios ilegales. Entre las firmantes estaban —además de Barcelona, Ámsterdam y Londres, destacadas por Airbnb— París, Múnich, Oporto, Berlín, Viena y Valencia. No había más ciudades españolas que estas dos.

“Estos y otros grupos citan preocupaciones en torno a la vivienda asequible y al exceso de turismo. Algunos gobiernos estatales y locales han implementado regulaciones”, dice el documento. “Si las regulaciones restringen o desalientan a los anfitriones a compartir sus propiedades, el efecto en nuestro negocio, operaciones y situación financiera será adverso”.

Lo que Barcelona y otras ciudades europeas piden es que Airbnb —y el resto de plataformas vacacionales— colaboren. Que compartan datos para que puedan aplicar la ley: por ejemplo, en lo relativo a alquilar viviendas sociales como vacacionales, una práctica prohibida en varios lugares. En Barcelona, explican fuentes municipales, el Ayuntamiento reclamó varias veces a las webs que se aseguraran de que todos los pisos anunciados metían su número de licencia. Airbnb empezó a hacerlo “voluntariamente”, dice el documento. Sin embargo, estas mismas fuentes señalan que al principio no verificaban que fuera correcto.

Si la regulación nos obliga a compartir datos con la ciudad, los ingresos caerán porque habrá anfitriones que no quieran y se vayan

Airbnb

“Siempre hemos dicho que introducir la licencia es insignificante: lo que deben garantizar es que todo anuncio tiene un número de licencia válido. Y no lo comprueban”, añaden. La ciudad ha sancionado dos veces a Airbnb y HomeAway por publicitar pisos ilegales y ha suspendido durante un año las concesión de licencias para alquilar habitaciones.

Airbnb no parece por la labor de compartir datos. En la documentación enviada a la SEC pone de ejemplo a Nueva York. “Supuso el 2% de nuestros ingresos en 2019. Si una nueva regulación nos obliga a compartir datos de anfitriones con la ciudad, los ingresos caerán porque habrá anfitriones que no quieran y se vayan de la plataforma. La reducción de la oferta y las cancelaciones la harán menos atractiva”.

Sin embargo, la compañía incluye en otro apartado una lista de sus diez principales mercados y regulaciones y asegura que, tal y como están ahora mismo, no impactarán en sus cuentas. Estas diez ciudades son Londres, Nueva York, París, Los Angeles, Roma, Barcelona, Tokio, Toronto, San Diego y Lisboa. Juntas produjeron el 12% de los ingresos de la empresa en 2019.

Ni un solo ejercicio positivo

Como otras tecnológicas “disruptivas” —véanse Twitter, Uber o WeWork— Airbnb se prepara para cotizar sin haber tenido un solo ejercicio positivo. La empresa cobra a sus anfitriones una comisión de entre el 3% y el 5% por reserva, pero en sus doce años de vida no ha sido capaz de ganar dinero. Hasta la fecha ha recaudado más de 6.000 millones de capital riesgo. Llegó a estar valorada en 31.000 millones de dólares en 2017, pero cayó a 18.000 durante la pandemia. En marzo recaudó mil millones de dólares adicionales para afrontar la crisis.

En 2019, Airbnb perdió 674 millones de dólares y en los nueve primeros meses de 2020 acumula pérdidas de 696 millones. El documento reconoce que quizá nunca alcance la rentabilidad.



¿Por qué iba a querer alguien invertir en Airbnb, que lleva más de tres años retrasando su salida a Bolsa? “Están siendo de los más perjudicados por la crisis, pero la expectativa es que volveremos a viajar”, señala el analista y portavoz de eToro para España Javier Molina. “Cumple los principios que busca todo inversor: alto crecimiento, negocio disruptivo y buenas cifras, porque siguen siendo líderes. Si hace diez años me dices que una empresa no rentable sale a Bolsa pues te digo: dónde vas. Pero ahora estamos en otra ola, donde pagas beneficios futuros. Es la nueva economía. Quizá la acción salga barata por todo lo que han sufrido y habrá inversores agresivos que vendan el mismo día”.

Pese al coronavirus, Airbnb reportó beneficios de 219 millones de dólares en el tercer trimestre de 2020. Los ingresos fueron de 1.342 millones, un 18% menos que en el mismo período del año anterior. La empresa despidió al 25% de su plantilla (1.900 trabajadores) en marzo y redujo a la mitad el gasto en marketing, lo que sin duda mejora sus números. No es el primer trimestre en negro que reporta: en verano del año pasado y del anterior también ingresó más que gastó.



De cara al futuro, Airbnb pretende seguir atrayendo propietarios que pongan sus pisos en alquiler y “expandir nuevos casos de uso, como las estancias de largo plazo” para trabajadores en remoto o viajeros locales. Según datos procedentes de una encuesta de la compañía, “la mitad de los anfitriones” utiliza la plataforma para generar un ingreso extra que les permita “permanecer en su casa”. Análisis independientes como el de este diario han mostrado que más de un tercio de la oferta está en manos de propietarios y empresas con más de cinco pisos, al menos en España.

Airbnb considera esta nueva crisis una oportunidad para captar oferta. “Airbnb empezó durante la crisis de 2008 y creemos que la gente seguirá acudiendo al alojamiento para ganar un ingreso extra”, añade. “El COVID-19 ha impactado negativamente en nuestros resultados financieros pero, a medida que el mundo se recupere de la pandemia, Airbnb será una fuente vital de empoderamiento económico para millones de personas”.

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