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Bankia reduce su beneficio un 68% y avanza que en primavera comenzará a notarse el “deterioro” por los impagos

José Sevilla, consejero delegado de Bankia.

Diego Larrouy

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Bankia ha terminado el periodo entre enero y septiembre con un beneficio de 180 millones de euros, con lo que se reduce un 68% sus resultados de 2019 a 30 de septiembre. Así lo ha anunciado la entidad rescatada este martes en la presentación de resultados, que será la última antes de que la junta de accionistas apruebe el 1 de diciembre su absorción por CaixaBank. Se espera que la unión se cierre durante el primer trimestre del próximo año.

La integración de ambos bancos llegará justo cuando se empiecen a afrontar las consecuencias de la crisis del coronavirus en su balance. Así lo ha apuntado José Sevilla, consejero delegado del grupo, en la rueda de prensa para presentar las cuentas, donde ha sido preguntado por las advertencias del Banco de España ante una posible crisis financiera. “Hace su papel supervisor prudencial de intentar valorar y alertar de algo que todos esperamos, que es que va a haber un deterioro del balance y del crédito”, ha apuntado. Una proyección que sitúa en la próxima primavera y en los meses de marzo abril y mayo, cuando comiencen a vencer los periodos de carencia de los préstamos a empresas avalados por el ICO y de las moratorias de hipotecas.

Para ello, el banco cuenta con 465 millones de euros de provisiones preparadas para cubrir los posibles deterioros provocados por los impagos, tras sumar en los últimos tres meses 155 millones de euros. Para el cuarto trimestre, la entidad avanza que hará mayores reservas de capital para estas eventualidades y que se aumentarán también durante el año 2021, aunque para entonces ya estará unida a CaixaBank. “Se está retrasando la recuperación y eso va a afectar a la capacidad de pagar los créditos”, ha apuntado Sevilla. “Es previsible pensar que en la medida en que se retrasa, las empresas van a pasar de una situación de problema de liquidez a una posible crisis de solvencia”, ha añadido.

Por tanto, el banco se prepara para comenzar a notar en primavera el impacto en su balance de los posibles riesgos de impagos y morosidad. Al igual que el resto de entidades que están presentando resultados durante esta semana, la morosidad se ha estado reduciendo este ejercicio, aunque asumen que aumentará durante el próximo año.

En primavera será también cuando comience la futura CaixaBank a abordar el recorte de plantilla y de oficinas. Sevilla ha avanzado en la rueda de prensa que será a partir del “cierre legal” de la fusión cuando se remitan a los sindicatos para plantear los futuros procesos de despidos y los cierres de sucursales. “En cuanto se formalice la operación, en torno a marzo, se hablará con los sindicatos. Hasta ese momento no ocurrirá nada y a partir de ese momento según lo que se pacte con los sindicatos”, ha apuntado, evitando aventurar una cifra sobre el posible número de afectados o el periodo para realizar estos ajustes.

El banco ha cerrado el tercer trimestre del año con un “exceso de capital” sobre lo que le marca la regulación de más de 2.500 millones de euros, superando así lo previsto en el último plan estratégico. En un comienzo, esto iba a ser destinado a un dividendo extraordinario que debido a la recomendación de restringirlos por parte del BCE, no se terminó de producir. Sin embargo, se utilizará para cubrir “todos los ajustes y gastos que va a tener la fusión”, según ha explicado Sevilla. Es decir, los costes de esta operación serán cubiertos con ese capital de Bankia, a cambio de un aumento en la ecuación de canje dentro de la nueva entidad que fue pactado durante la negociación.

El consejero delegado del grupo también ha abordado la reciente sentencia del caso Bankia, que absolvía a los 34 acusados por presuntas irregularidades en la operación de salida a Bolsa de la entidad en 2011, entre los que se encontraba el propio banco. “Estamos muy contentos por la sentencia”, ha apuntado Sevilla, apuntando que se reconoce “lo que hemos defendido desde el principio, que fue una operación reglada y supervisada”. Si bien, el directivo ha asegurado que “otro juicio” es si fue “buena o mala idea” sacar a Bolsa: “Es claro que no fue una buena idea, pero lo sabemos ahora con toda la información que tenemos”.

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