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Un espacio dedicado a conocer historias y experiencias reales a las que se enfrentan los inquilinos al alquilar una vivienda. Si tienes algo que contar, escríbenos a alquiler@eldiario.es y hablaremos sobre tu historia.

“La propietaria de mi nueva casa es la que acababa de echarme de la anterior. Decía que estaba mayor para alquilar pisos”

(AMP) El TC admite estudiar el recurso de Podemos contra la ley que agiliza los desahucios de viviendas

Blanca

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En noviembre de 2017, estaba compartiendo piso con tres chicas de las cuales sólo una estaba en el contrato, pagábamos 1.100 euros por un piso de 4 habitaciones, situado cerca de la estación de Delicias, en Madrid.

Cuando mi compañera que estaba en el contrato decidió irse a vivir con su pareja, se lo comunicó a la propietaria diciéndole que yo, que tengo contrato de trabajo indefinido, firmaría en su lugar. La propietaria se negó alegando que iba a vender el piso porque ya estaba muy mayor para andar alquilándolo.

Tras esta agradable sorpresa me vi a principios de diciembre buscando un piso donde mudarme el 1 de enero. Decidí juntarme con dos amigos que casualmente llegaban a Madrid y buscamos un piso de 3 habitaciones. Tras varias visitas, finalmente encontramos uno que nos convencía, 1.200 euros por un piso de 3 habitaciones (dentro de la media de lo que había por el barrio). Lo tuvimos que hacer a través de inmobiliaria ya que no encontramos ni un solo anuncio de particular en el tiempo que estuvimos buscando y las dos visitas al piso que nos hizo el agente inmobiliario nos costaron 1.200 euros + IVA.

Solicitamos el piso, pidiendo que se nos hiciera contrato sólo a nombre de dos de nosotros ya que el tercero se iba a quedar sólo unos meses y tendríamos que encontrar a alguien para sustituirlo. Me pidieron mis tres últimas nóminas y mi contrato (indefinido), como mi compañero es autónomo le pidieron sus últimas 3 declaraciones trimestrales del IVA y unos cuantos documentos más que ahora no recuerdo. He de decir que, sólo con nuestros ingresos, doblábamos el precio del piso, pero no contentos con eso, nos obligaban a presentar un avalista o no nos alquilaban el piso por lo que tuve que pedir a mi madre sus tres últimas nóminas junto con una declaración comprometiéndose a pagar en caso de que nosotros no pudiésemos.

Tras la humillación de, después de ser independiente económicamente durante 5 años, tener que ir a mi madre a pedirle este favor, cuando recibí el borrador del contrato me llevé una grata sorpresa al darme cuenta de que la propietaria era la misma que me acababa de echar de mi piso anterior porque decía que estaba muy mayor para andar alquilando su piso.

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