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Iberdrola, Endesa y Naturgy pulverizan su récord conjunto de beneficios en plena batalla judicial contra el nuevo impuesto

Torres de alta tensión en Madrid, en una fotografía de archivo. EFE/J.J. Guillén

Antonio M. Vélez

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Iberdrola, Endesa y Naturgy alcanzaron en 2022 un beneficio neto conjunto de 8.529 millones, una cifra sin precedentes y un 30,5% superior a las ganancias de 2021, que ya fue uno de los mejores de la historia del sector.

En el ejercicio de la crisis energética por la guerra en Ucrania, de la que este viernes se cumplía un año, las dos principales eléctricas españolas y la mayor gasista han presentado ya sus cuentas anuales de 2022. Todas baten las expectativas que las propias empresas realizaron hace unos meses.

Unos resultados que, dada la extraordinaria subida de los precios de la electricidad y el gas por la agresión rusa, “no deberían extrañar a nadie”, según dijo la semana pasada el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés.

Endesa cerraba este viernes el círculo al anunciar una ganancia neta de 2.541 millones, un 77% superior a la de 2021, que, recuerda, estuvo impactado por los deterioros en su negocio fuera de la Península. Unos resultados “absolutamente extraordinarios”, en palabras de su consejero delegado, José Bogas, que “se deben al gas”.

La mayor producción de los ciclos combinados como consecuencia de la sequía ha aportado a la filial de Enel unos 500 millones extra al resultado, según el ejecutivo, y la venta en el mercado mayorista de gas que inicialmente estaba destinado a consumidores industriales, otros 500 millones.

Con ello, la suma de las ganancias conjuntas de esas tres empresas ha superado en 2022 el anterior récord de 2010. Ese año, entre las tres ganaron 8.200 millones gracias en buena medida a los resultados extraordinarios que se anotó entonces Endesa, de 4.129 millones, tras vender entre otros activos su negocio renovable a su matriz italiana, el 1% de Red Eléctrica y la red de alta tensión que aún controlaba.



Hace algo menos de un año, unos días después de la invasión de Ucrania, la Agencia Internacional de la Energía advertía de los multimillonarios beneficios caídos del cielo que iban a recibir las eléctricas europeas por la subida del gas, y no se equivocó.

En el caso de Endesa, ha cosechado en 2022 sus mejores resultados hasta la fecha si se excluyen los extraordinarios, aunque es la única de las tres grandes que no se ha anotado récord de beneficios. Sus resultados son los más elevados desde 2014 (cuando vendió su negocio latinoamericano a Enel) y mejores de lo que anticipó en noviembre, cuando ya revisó sus previsiones al alza. Esto le ha permitido anunciar un incremento del dividendo del 10%, tras unas inversiones récord de 2.343 millones que va a elevar otro 20% este año.

También realizó una inversión récord (10.730 millones) Iberdrola, que ha batido también sus propias expectativas de beneficio. Al igual que Endesa, la mayor eléctrica española ha anunciado una subida del dividendo del 10%, tras pulverizar en 2022 su quinto récord consecutivo de ganancias: 4.339 millones, un 11,7% más, “pese a la caída del 19% del beneficio neto de Iberdrola España”.

Recursos al impuesto

Iberdrola y Endesa han aprovechado sus presentaciones de resultados para confirmar que han recurrido ya ante la Audiencia Nacional el nuevo impuesto temporal del Gobierno al 1,2% de las ventas del sector para drenar sus beneficios extraordinarios. El tributo, que estas empresas consideran discriminatorio, y que también ha recurrido la patronal aelec, tendrá para las tres grandes un impacto conjunto de 800 millones al año: unos 1.600 millones en sus dos años de vigencia (2023 y 2024), según las últimas previsiones que han hecho públicas las compañías.

Iberdrola, la primera en el sector que anunció que acudiría a los tribunales para tumbar ese gravamen, presume de haber realizado una contribución a las arcas públicas españolas de 2.600 millones y “es una de las tres empresas que más tributos pagan a la Hacienda Pública”. La multinacional vasca calcula que el nuevo gravamen va a tener un impacto en sus cuentas de 200 millones al año.

Un impacto similar al que calcula ahora Endesa, que cifra su contribución fiscal en 3.843 millones, el 85%, en España, aunque el 57% son impuestos recaudados por la empresa, que dice que “se mantiene entre los cinco mayores contribuyentes fiscales del país”. La eléctrica cifró en noviembre el impacto de ese tributo en 300 millones. Finalmente lo ha rebajado a 208 millones al año. Su primer ejecutivo se ha mostrado ahora dispuesto a que se grave solo una parte de sus beneficios extraordinarios, los que asegura haber recibido por su negocio de venta de gas.

En el caso de Naturgy, que no pertenece a aelec, calcula que el impacto del gravamen ascenderá a 300 millones por ejercicio. Esta compañía es la única que no ha confirmado que lo recurrirá. En sus cuentas explica que todavía lo está analizando.

Reforma del mercado

El año pasado, el sector intentó tumbar sin éxito el tope al gas que España y Portugal lograron arrancar a Bruselas, aunque el viernes Bogas dijo estar de acuerdo con esa medida. Y vela ahora armas ante la propuesta de reforma del mercado eléctrico que ha realizado el Gobierno español de cara al vuelco estructural en su diseño que prepara la Comisión Europea.

Bruselas presentará su propuesta el mes que viene y las empresas están llevando su batalla ante las instituciones comunitarias. España confía en que los socios de la UE puedan acordar esa reforma antes de las elecciones europeas de 2024.

Las compañías ya no discuten que la llamada solución ibérica, que España y Portugal han pedido ampliar más allá de mayo, ha tenido un efecto notable de bajada de los precios. En las presentaciones ante analistas y prensa de esta semana, los máximos responsables de Iberdrola y Endesa no han detallado cómo están trasladando a sus clientes (si lo están haciendo) las caídas que ha registrado en los últimos meses.

Y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acaba de advertir de que las empresas están informando a sus clientes de las renovaciones de contratos con “comparativas imprecisas, poco claras y no homogéneas”. Competencia ha pedido al Gobierno una regulación que fije “unos requisitos mínimos de transparencia” en las facturas.

La extraordinaria coyuntura energética de 2022 ha propiciado decisiones que parecían impensables hace un año, como la propia excepción ibérica o la posibilidad de abandonar el sacrosanto diseño marginalista del mercado mayorista, a la espera de lo que depare esa reforma estructural a escala europea.

También parecía que este año convulso precipitaría la reforma de la tarifa regulada de la luz (PVPC) para hacerla menos volátil, una medida que las eléctricas llevaban años pidiendo. La Comisión Europea exigió esa reforma a cambio de aprobar el tope al gas, pero el Gobierno de momento no la ha adoptado, incumpliendo el plazo que había anunciado, tras las advertencias de la CNMC de que encarecerá los precios. El viernes, el máximo ejecutivo de Endesa pidió desvincular cuanto antes el PVPC del mercado mayorista, a cuyos precios horarios está indexado.

Esta crisis también ha propiciado un vuelco en el mercado regulado del gas con la subvención del Gobierno a la tarifa regulada TUR, que siempre había sido minoritaria, lo que ha provocado una avalancha de contrataciones de esta modalidad tarifaria, con algunos problemas de gestión de ese trasvase.

La crisis se ha llevado por delante a muchas pequeñas comercializadoras de luz y está propiciando más concentración en el mercado español, con un récord de bajas en este arranque del año, lo que ha llevado a la asociación que agrupa a las independientes a reclamar al Gobierno medidas para evitar que el mercado quede en manos “unas pocas compañías”.

En el caso de Naturgy, le ha obligado a dejar en el congelador la escisión en dos compañías que anunció unos días antes de la invasión de Ucrania, y que el Gobierno no veía con buenos ojos.

Esta energética, que el pasado ejercicio aumentó la inversión un 28,5%, hasta 1.907 millones, es la única de las tres grandes que redujo su deuda, un 5,9%, hasta 12.070 millones.

Por su parte, Endesa aumentó su endeudamiento neto un 23,4%, hasta los 10.900 millones, en parte por los pagos de dividendos a su matriz. Y La que más deuda tiene en términos absolutos es, con una gran diferencia, Iberdrola. El año pasado la multinacional la aumentó un 12,2%, hasta 44.185 millones. La compañía espera que se sitúe en niveles similares al cierre del ejercicio, siempre que no se cierre la compra de la estadounidense PMN. En ese caso, se disparará a entre 53.000 y 55.000 millones.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha confiado en que la operación se desatasque tras la renovación al completo de los responsables del regulador de Nuevo México. Este organismo vetó la operación en 2021, cuando Galán estaba imputado por el caso Villarejo, del que fue finalmente exonerado en 2022 por haber prescrito los hechos investigados.

Tras estos resultados récord, los consejos de administración de las tres grandes del sector se han repartido 35,6 millones, un 6,1% más que en 2021. Un año más, el mejor pagado es Sánchez Galán, con 13 millones, un 1,1% menos que en 2021. A continuación figura Reynés (Naturgy), con 5,86 millones, casi un 5% más. Bogas recibió 2,47 millones, un 16% más que el año anterior.

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