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María-Carmen Guisán, economista: “El reto más importante tras la crisis del coronavirus es recuperar la política industrial”

La catedrática de Econometría María-Carmen Guisán/Foto cedida

Marina Estévez Torreblanca

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María–Carmen Guisán es una de las economistas más relevantes en España según el portal Ideas, un proyecto voluntario y de fuentes abiertas que trata de organizar desde hace 20 años con rankings a los mejores economistas del mundo mediante el número de referencias en publicaciones académicas. Es una de las dos únicas mujeres, junto a Carmen Reinhart, en el grupo de los cien economistas más leídos (en estos momentos en el puesto 33).

Nacida en A Coruña, empezó a ejercer como profesora de Economía en la Universidad de Santiago de Compostela en 1970 y es catedrática de Econometría desde 1987. Está siguiendo la crisis del coronavirus tanto desde una vertiente económica como de desarrollo de la epidemia. Cree que entre los cambios que se avecinan están la consolidación del teletrabajo y un menor movimiento de las personas. Y confía en que a la postre también haya una transformación positiva para la economía a través de la recuperación de la industria en países como España. “La UE se dejó llevar por la tentación de la globalización excesiva, que promovió grandes ganancias en algunas empresas multinacionales, pero a costa de deslocalización industrial y paro en muchas regiones y países europeos”, advierte.

Además de las terribles consecuencias humanas y económicas, esta crisis es un caso único para el análisis de cómo puede reaccionar la economía a un parón como el actual. ¿Hay algún momento histórico comparable desde su punto de vista?

Grandes catástrofes, como las guerras, provocan en general gran destrucción y parálisis del tejido productivo. Alemania pasó de 6.200 (dólares por habitante al año a precios del año 2000) a 2.600 en su valor real del Producto Interior Bruto por habitante en el período 1944-1946, tuvo una reducción de más del 50% y se recuperó de forma bastante rápida, de forma que en 1954, con 10 años de retraso, volvió a alcanzar el valor del año 1944.

España podría haber pasado de una producción por habitante de 3.800 en 1935 a 2.700 en 1940, lo que supone una reducción del 29%. Se recuperó en 1958 alcanzando el mismo valor de 1935, con 23 años de retraso. En esta crisis sanitaria la destrucción será previsiblemente menor que en las guerras, pero la recuperación será complicada.

¿Qué se debe hacer ahora desde su punto de vista para favorecer dicha recuperación?

Hay que adaptar algunas costumbres laborales y sociales para evitar riesgos sanitarios innecesarios, contaminación por exceso de transporte, etcétera, de forma que el teletrabajo debe ser plenamente apoyado y reconocido, evitando excesos de “presentismo” en muchas actividades. Mientras no haya vacuna, las personas de la tercera edad irán menos a lugares públicos, como supermercados, restaurantes o espectáculos, pero pueden organizarse más servicios de envío de compras a domicilio, restaurantes que envíen comida de calidad a domicilio y espectáculos a distancia, incluso participativos con la tecnología actual.

Por otro lado, un sector particularmente sensible es el turismo. Cualquier mejora en la prevención o control de los contagios de este tipo de enfermedades será un buen impulso para el sector, ya que el potencial turístico de calidad en España es muy alto. Mientras eso no se consigue, habrá que pensar también en otras alternativas, posiblemente potenciando más un turismo de proximidad, en áreas en las que haya un cierto control sanitario y otras actividades que podrán sugerirse según vaya evolucionando la crisis sanitaria y la normalización de la economía.

Pero el reto más importante es un cambio en la política industrial de la UE. En el período 2000-2020, la UE se dejó llevar por la tentación de la globalización excesiva, que promovió grandes ganancias en algunas empresas multinacionales, pero a costa de deslocalización industrial y paro en muchas regiones y países europeos. Además los datos indican que esta política contribuyó a aumentar la contaminación mundial (al desplazar industrias desde países con mucho control ambiental a otros con menor control y al aumentar el transporte internacional).

La UE, y en particular la Europa Latina (incluyendo a Francia, Italia, España y Portugal), necesitan conciliar un mayor desarrollo industrial con una disminución de contaminación, lo cual es posible y deseable. La industria es un motor importante para el incremento del empleo en los sectores de servicios, que es donde se crean la mayoría de empleos.

¿Cree posible recuperar un tejido industrial fuerte? ¿Cómo?

Existe una base de ingenieros, especialistas, profesores de Formación Profesional...Donde más daño nos ha hecho la política europea es en la competencia desleal que supone la deslocalización. Si se van a traer productos de países con costes laborales y de producción bajísimos habría que gravarlos, aunque luego se devuelva como ayuda al desarrollo. No puede ser que el precio esté tirado para el que menos empleo crea, el que más contamina. Esta situación es difícil de revertir, pero creo que esta crisis puede ser un argumento de los países que citaba antes (España, Italia, Portugal y la propia Francia, que es decisiva), para que cambie esta globalización salvaje. Tiene que haber una globalización de la salud, del acceso a la vivienda, del trabajo...pero no globalizar que los capitales anden corriendo por aquí y por allá para ver dónde producen más barato. Alemania sí ha preservado su tejido industrial. Europa tiene que reconsiderar la política industrial, en tema farmacéutico por seguridad, pero también en el resto de las industrias.

¿Qué opinión le merecen en general las medidas que está adoptando el Gobierno para hacer frente a esta crisis sanitaria y económica?

Por lo que más trasciende en la prensa parece que desde el punto de vista económico se está urgiendo a que no haya falta de liquidez en las empresas, y a pedir ayuda de la UE. Evitar la falta de liquidez es importante, pero no suficiente. Insisto en que debe estar unido a una política europea de fomento de la industria y el empleo, ya que la actividad de los sectores de servicios depende, en general, de la capacidad de producción industrial. Si la política europea provoca una disminución del 25% en la industria de un país y luego le da una subvención del 5% de esa cantidad no se habrá mejorado nada.

Una de las medidas que se contemplan es la aprobación de un ingreso mínimo vital ¿le parece adecuado y necesario?

En España existen varias clases de ingresos mínimos, y está bien que existan. La ampliación debe analizarse con detalle. Según datos recientes, las existentes Rentas de Inserción Social tienen más de 300.000 beneficiarios titulares con casi 500.000 familiares dependientes, lo que lleva a un total en torno 800.000 beneficiarios. También existen otras ayudas como los subsidios de paro y otros. Se puede mejorar pero teniendo en cuenta limitaciones. Es importante que esas ayudas sean compatibles con alguna actividad laboral, no desincentiven el empleo ni supongan una carga excesiva para los contribuyentes.

Estamos en un momento de caída bestial del PIB. ¿Cree que la recuperación será en V, en U, el L o incluso en forma de logotipo de Nike, como dicen aquí?aquí

Lo normal es que sea gradual y que en poco tiempo se restablezca, salvo que se cometan grandes errores. Por ejemplo, aprovechar la ocasión de la crisis sanitaria, para incrementar la estatalización de las empresas, como algún político sugiere, sería un gran error. El sector público y el sector privado deben convivir al servicio de la calidad de vida de los ciudadanos.

¿No cree que precisamente debe haber un refuerzo de los servicios públicos, como la sanidad?

En España se ha abusado de que el personal sanitario, del más al menos cualificado (limpiadoras, etcétera) está muy mal pagado. Y el sistema sanitario español se ha mantenido con una alta calidad, a pesar de los recortes o de no invertir más pese al crecimiento de la población, porque hay un componente vocacional muy alto.

Para que esto no ocurra ¿se deben pagar más impuestos por todos los ciudadanos? creo que no. Para que estuvieran mejor financiados servicios públicos como sanidad debería ampliarse la base económica en España, como decía antes a través de la industria, y con ella de del transporte, la construcción, los gastos medioambientales...

¿Cree que la economía y las costumbres sociales volverán a ser lo que eran cuando pase todo esto, o habrá cambios irreversibles?

Creo que algunos cambios, como el teletrabajo y las videoreuniones, están para quedarse, tanto si se supera totalmente la crisis sanitaria como si no. También debe mejorar, por motivos sanitarios, evitar hacinamientos en transporte, espectáculos y espacios públicos. Otros cambios dependerán de la superación de esta crisis, porque la vida social se recupera pronto si no hay peligro para la salud.

Además de investigación sobre economía, en su blog recoge datos de evolución de fallecimientos, recuperados, ingresados en UCI, etcétera por coronavirus. ¿Cree que está cercano el momento en que haya plazas de UCI suficientes para todos los afectados graves?su blog

Efectivamente efectué el análisis de datos estadísticos de las hospitalizaciones por coronavirus, para ver cuándo se produciría el pico de hospitalizados activos (los que están cada día en el hospital) y para ver si habría recursos de UCI suficientes para atender a los pacientes que lo necesitaban, que eran aproximadamente el 12% de los hospitalizados. Efectué un cálculo aproximado de estos indicadores, y con los datos del período 17 de marzo a 1 de abril comprobé que el pico de hospitalizados activos ya se había producido el 27 de marzo y que habría una reducción importante: desde más de 20.000 en el máximo a menos de 6.000 hospitalizados el día 8 de abril, según nuestras previsiones de este indicador.

¿Qué impresiones más relevantes saca de este análisis de la evolución médica de la crisis?

Destaco tres conclusiones. El agradecimiento de la sociedad española al esfuerzo tan valioso del personal sanitario, y de otros profesionales, que debe continuar y mostrarse con más apoyo a las necesidades de a estos sectores, para que tengan los recursos necesarios y condiciones de trabajo menos estresantes.

Además, debe haber más prevención en la política de recursos, de forma que el personal sanitario y la población sepan que el sistema puede responder ante incrementos de la demanda de atención sanitaria y se eviten situaciones de alarma innecesaria. La seguridad sanitaria de un país es muy importante y debe haber asesoramiento científico y de expertos, para actuar en caso de que se presenten problemas especiales. La provisión de material y medicamentos puede ser vulnerable ante distintos problemas internacionales, sean de contaminación, epidemias o conflictos diversos, lo que requiere tener políticas que desarrollen la producción y la capacidad de ampliación de esa producción en caso necesario.

En tercer lugar, para que los analistas de los indicadores sanitarios podamos estudiar la evolución de los datos se precisan ciertas mejoras en la información estadística, que proporcione datos de las variables más relevantes (en este caso no encontramos datos de hospitalizados activos para el conjunto de España), que los datos de las CCAA estén elaborados con metodología similar y que puedan agregarse para obtener el total de España. También me gustaría que exista una mayor coordinación en algunas estadísticas sanitarias de distintas fuentes con el Instituto Nacional de Estadística, y si hay discrepancias se indiquen claramente los motivos.

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